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  22/04/2024

Jesús Hernández Galán

Director de Accesibilidad de la Fundación ONCE

Infatigable e imperturbable, un robot asistencial en pruebas deambula por el laboratorio donde tiene lugar el encuentro con Jesús Hernández, director de Accesibilidad de la Fundación ONCE. Luego explicará la función del autómata, pero antes le parece importante aclarar que los proyectos que se desarrollan no sólo van más allá de las personas invidentes y otras patologías discapacitantes. Y aún más allá: en la entidad se priorizan aquellas tecnologías que a priori se prevé tendrán impacto para el resto de la  población. Ahora sí, ya puede explicar por qué el robot podría, si tuviera facultad para oir, enterarse de una larga y prolija conversación. Que empezó [la manía actual diría que arrancó] asi:

Jesús Hernández-Galán

Esta plataforma robótica es un ejemplo  de lo que hacemos aquí. La hemos  desarrollado  trabajando con Star Robotics para que personas mayores se muevan en grandes espacios, como grandes superficies o aeropuertos. No se ha lanzado comercialmente todavía, ni le hemos puesto nombre, pero funciona.

¿Y por qué es un ejemplo?

Porque es el resultado material de un contrato de colaboración con una empresa especializada, destinado a poner en  marcha el proyecto y dejar en sus manos el desarrollo tecnológico, la adaptación al caso de uso y a las necesidades de un colectivo que les hemos planteado porque este sector forma parte de nuestra actividad e intereses. Para nosotros es fundamental que el destinatario sea un colectivo de personas con discapacidad o, en este caso primariamente las personas mayores. Este es un robot, asistencial, pero con otras innovaciones nos involucramos para mejorar la vida de analfabetos funcionales, en personas que no dominan el idioma o que vienen de fuera, o bien en personas con deterioro cognitivo. Hacemos tests de usuarios para ir modelando la solución que proporcione respuestas a un mercado realmente existente. A partir de ahí podemos plantearnos la cuestión de comercializar cada producto y cómo hacerlo.

La comercialización queda a cargo de la empresa asociada al proyecto, ¿o me equivoco?

Dependiendo del proyecto, somos muy flexibles, nos adaptamos a las capacidades que pueda aportar un tercero. Si este pone el software, analizamos su accesibilidad, porque en esto somos expertos. Vuelvo a la plataforma robótica: nos reservamos el diseño ergonómico para que una persona, independientemente de cuál sea su discapacidad, pueda utilizarla. Vamos, que aquí, como habrá visto al entrar, hacemos diseño industrial puro y  duro. Trabajamos sobre los requerimientos funcionales que necesita la solución […] hasta llegar a la fase de prototipado. En ese momento, empezamos a testar con el mercado cómo implementar una experiencia viable.

Normalmente, ¿quiénes son esos socios?

Si pregunta por la robótica, llevamos mucho tiempo en proyectos con Adif y Renfe. También Alstom, el fabricante de trenes francés, que nos ha homologado como proveedores en accesibilidad. Ellos sabían lo que querían, pero les faltaba lo que tenemos. Por otro lado, nuestra relación de colaboración con El Corte Inglés es antigua y fructífera.

Imagino que la ONCE, su Grupo Social y su Fundación, comparten una  inclinación por los asuntos relacionados con la salud del colectivo con discapacidad […]

Desde luego. Tenemos que remontarnos a la pandemia, porque ha sido un punto de inflexión para todos. Ya habíamos detectado una oportunidad de reuniones con participación de personas con discapacidad visual o sensorial, a través de videoconferencia que fueran completamente accesibles. Desde el principio, contamos con el concurso de universidades junto con nuestro equipo […] Desde entonces, las circunstancias han cambiado y llevamos algún tiempo trabajando con Microsoft […] para nosotros sería imposible pensar en comercializar algo así. Lo que quiero señalar es que siempre tratamos de trabajar con quienes están más cercanos a la implementación de soluciones accesibles.

¿Siempre con el mismo modelo?

Todo lo contrario. Las empresas tienen distintas alternativas: pueden participar de un proyecto o intervenir en el prototipado […] o pueden ser partners en el desarrollo o en la comercialización.

No será tan fácil como lo cuenta [risas]

Uno de los problemas que solemos encontrar es la barrera mental que pueden tener algunas compañías, consistente en pensar que van a comercializar un producto destinado exclusivamente para personas con discapacidad, cuando no es así […]  Van a comercializar algo que será mejor para toda la sociedad. Porque la innovación, si no es para todas las personas, no es innovación, ¿tenemos que recordar algo tan elemental?  Muchas veces, las empresas hacen sus análisis de coste / beneficio en función del impacto sobre un cierto número de usuarios potenciales y por lo tanto es habitual que el número de personas con discapacidad no sea suficiente para obtener un retorno económico significativo.

¿Cuáles son las grandes cifras?

Me apoyo en datos de la Organización Mundial de la Salud: más de 1.000 millones de personas en todo el mundo tienen discapacidad de algún tipo. Pero es una cifra desactualizada;  según recuerdo, en 2008 fue estimada en el 15% de la población mundial. En consecuencia, desde el Grupo Social nos dedicamos a La realidad es que, desde el Grupo Social y la Fundación ONCE, trabajamos exclusivamente para el colectivo y nos enfocamos en las personas que lo tienen más difícil, pero con ello mejoramos la vida de muchas más personas.

¿Es mucho o poco, desde su punto de vista? ¿Es sostenible hacer algo que sea sostenible en el tiempo?

Los urbanistas han calculado que la accesibilidad puede resultar  imprescindible para el 15% de la población y conveniente – aunque no imprescindible –  para el 40%: una persona mayor tiene problemas para leer la pantalla del móvil, una persona con artrosis tiene problemas de movilidad. Etcétera. Finalmente, la accesibilidad hace que la existencia sea más cómoda para el 100% de la población.

Pero hace falta un fundamento económico sostenible […]

Con la accesibilidad se puede ganar dinero, ¿conoce alguien que diga lo contrario? Por esto mismo, trabajamos con la noción de inversión de impacto social. Las empresas tienen el foco que tienen, pero desde luego que aspiran a una cuenta de resultados positiva.

Aspiran, pero ¿lo consigue un porcentaje significativo, que sería la prueba del éxito?

Ah, eso depende del acuerdo al que lleguemos con cada compañía a la hora de comercializar. En la colaboración con startups, firmamos un acuerdo según el cual, cuando lleguen al break even y empiecen a tener beneficios, el 5% de estos retornarán a la Fundación y nosotros igualaremos esa cantidad para hacer un proyecto común de impacto social, como manera de ayudarles a reinvertir sus beneficios en nuevos proyectos y a desarrollarse como compañías.

¿Y para eso la Fundación ONCE tiene una aceleradora?

No tenemos una figura jurídica que encaje con lo que se considera una aceleradora, pero internamente empleamos el concepto y entendemos muy bien las reglas usuales. Pero no tiene sentido crear estructuras que en el futuro nos costará mantener […] Para eso contamos con terceros, como la W3C o PwC. Y debo decir, en favor de esta consultora, que nos ayuda muchísimo a través de su servicio para empresas de alto potencial a hacer un análisis pormenorizado de las empresas que entran en nuestro esquema. De hecho, lo vemos más como un servicio de crecimiento que de aceleración […]. Y lo digo porque hubo un tiempo en el que nos equivocamos al tratar con proyectos en fase semilla cuando algunos tenían como único mérito proceder de tesis doctorales y, por lo tanto, su tasa de mortalidad era altísima: algunas venían con el certificado de defunción pintado en la frente [risas].

¿Alguien tiene prisa por empezar a facturar?

[…] Hemos aprendido a a escoger organizaciones que estén próximas a ese momento, que tengan un equipo consolidado, con experiencia y larga trayectoria profesional […] pero no estén apremiadas […] La escalabilidad puede ser mayor de lo que vemos habitualmente en el mercado.

Hay formas más sencillas y directas de ayudarlas, supongo.

Sí, las hay. Puede ocurrir que nos pidan ayuda sobre cómo retener talento, o puede que no sepan comercializar, tal vez porque, siendo  investigadores no poseen esa habilidad. En algunos casos, añadimos sus productos a la cartera del Grupo Ilunion, que tiene una rama especializada en accesibilidad. Otra forma de ayudarlas es validar sus productos adquiriendo pilotos que nos pueden servir […] Sigo con mis ejemplos [risas] Hemos desarrollado e implementado sistemas de orientación para el Camino de Santiago, un proyecto que empezó una startup que antes había pasado por varias aceleradoras sin conseguir que se interesaran en su producto/servicio para peregrinos con discapacidades.

¿Eso ocurre a menudo?

Sí, ocurre que una startup venga con su proyecto y su idea previa del negocio, que probablemente estará incompleto […], pero gracias al conocimiento que hemos acumulado en la Fundación, acabamos coincidiendo en casos de uso en los que no hubieran pensado. Tengo el ejemplo de una startup catalana que llegó a vender más en Canadá que en España de un sistema de acompañamiento en el transporte público para personas con discapacidad física, lo que para ellos fue una auténtica sorpresa. Y para nosotros.

¿Hay proyectos nacidos dentro de la Fundación que hacen el camino inverso?

Sí, hay proyectos de intra-emprendimiento que hemos desarrollado y no estamos preparados para su comercialización […] Veamos: un problema banal en el que no habéis pensado las personas ajenas a la  experiencia: ¿a qué altura debe estar la botonera de un ascensor? Es una minucia o eso parece […] y es fundamental para los que vamos en silla de ruedas, si la botonera está a una altura fuera de nuestro alcance. Igual que es importante para una persona ciega que el ascensor tenga información en braille, ¿no es cierto? Una aplicación para llamar el ascensor desde un teléfono móvil fue una solución tal vez incompleta pero efectiva, que desarrollamos junto con Nayar Systems, que fabrica componentes para ascensores  y se la vende a marcas de ascensores. Por cierto, la idea no surgío de nuestra parte sino de una reunión con la federación empresarial del sector, FEEDAi

Por favor, cuénteme la dimensión europea de la actividad que se ve en este edificio […]

El Centro Europeo de Accesibilidad, en cuya sede estamos, es una iniciativa de la Comisión Europea y a eso se debe que hayamos sido contratados para el desarrollo de estudios por el EIT Europe, la asociación paraguas de las tecnológicas de la Unión. Por cierto, a esta iniciativa debemos que todos los procesos de transacciones bancarias tengan que ser accesibles en Europa, se trate de una transferencia, una retirada de efectivo en un cajero así como, en general, toda  la interacción del cliente con su entidad bancaria ha de ser accesible. Es una obligación que se ha ido imponiendo, pero en la que seguimos trabajando con varias empresas que desarrollan software y hardware para el sector financiero […]

¿A quién atribute haber ganado el concurso frente a otro consorcio encabezado por Capgemini?

Nuestro presidente nos dice que tenemos que meter la nariz en todos los sitios, estar inquietos por participar en todos los foros e influir en cada uno de ellos. Por tanto, a veces la iniciativa es nuestra y otras veces firmamos convenios de colaboración con distintas compañías. O son ellas las que vienen a nosotros porque nos ven como referente en temas de accesibilidad. Sigo con los ejemplos, le serán útiles para la crónica. Seggitur [organismo de la Secretaría de Estado de Turismo] saca una licitación para el desarrollo de su plataforma de destinos inteligentes basada en datos […] Nos presentamos y somos elegidos para el diseño de la arquitectura de datos sobre accesibilidad de destinos turísticos […] ¿Lo hacemos solos? No, porque lo que sabemos es de accesibilidad, así que nos presentamos en consorcio con Atos.

Antes ha mencionado a Microsoft […]

Hombre, claro. Microsoft es un caso modélico. Nos llama porque tiene una línea de apoyo para proyectos sociales en el ámbito de la IA: “¿tenéis algún proyecto interesante que podamos financiar?” No dudamos en responder, porque este equipo rebosa de ideas que falta concretar. En este caso, hay un problema relevante a la hora de evaluar las soft skills en procesos de selección de personal con discapacidad intelectual: los test diseñados para evaluar sus habilidades blandas no son comprensibles, y no exagero. Así fue que, con el respaldo de Microsoft, nos pusimos a la tarea de ayudar a los reclutadores a evaluar esas habilidades blandas: lo bautizamos GOSA (Gamification of Skills Assesment].

Podría decirse que sobran cosas que hacer.

Suelo decir que trabajamos para dejar de trabajar. Nos encantaría que en esto de la accesibilidad cada uno asumiera la responsabilidad y no tuviéramos que existir. Pero no podemos estar tranquilos, porque hay mucho en lo que colaborar y estar vigilantes. Nos está pasando ahora con la IA generativa y su alto  potencial de sesgos que podrían afectar a diferentes discapacidades. O con los sistemas de seguridad, que a mí personalmente me excluyen porque no puedo estirar la mano para poner mi huella digital. Y una persona sin ojos no es válida para el reconocimiento del iris, ¿cómo puede ser que nadie lo haya pensado?

¿Hay social washing tal como hay green washing? No faltan quienes lo consideran un truco de marketing […]

Por nuestra parte,  tratamos de asegurar que cuando colaboramos con terceros, haya realmente un propósito, una intención de desarrollar los proyectos para que realmente se ejecuten. Somos cuidadosos: no nos unimos a las empresas para que mejoren su imagen con una nota de prensa que no nos aportaría nada. Claro que firmamos memorandos, pero antes hemos constatado que hay voluntad real de aplicarlos en actividades conjuntas. El social washing prolifera, pero nos protegemos seleccionando muy bien a los partners.

En los tiempos que corren es inevitable preguntar por la inteligencia artificial […]

De cómo la IA ayuda a las personas ciegas, hay un ejemplo clarísimo en el reconocimiento de imagen. Que puedan ir sacando fotos con el móvil y el sistema les diga que están fotografiando, que puedan leer un prospecto o la información de un envase, es una asignatura pendiente. Luego está la IA aplicada a la interpretación de la lengua de signos. O bien es una herramienta válida para las personas con discapacidad intelectual a las que se les puede facilitar una conversación con un lenguaje sencillo y comprensible.

Olvidaba preguntar por el proyecto Tándem, del que he recibido noticias de segunda mano.

Exactamente se llama TandEM algoritmo verde […] y la iniciativa es de una entidad dedicada a la formación de jóvenes para que participen de procesos de innovación. Vamos a desarrollar unas plantas para el reciclado de aparatos electrónicos, contratando  a personas  con discapacidad. Para nosotros es un proyecto redondo, porque trabajamos en la resolución de problemas de accesibilidad al mismo tiempo que creamos empleo para personas con discapacidad. Y hay un componente medioambiental al que nos asociamos.

¿Es la parte más relacionada con el Grupo Social ONCE?

Desde la óptica del impacto sobre el empleo son incomparables. Hace tiempo leí una entrevista en su blog a Ilunión, que mostraba otra dimensión: el empleo que va asociado a las políticas de accesibilidad […]. Nosotros intentamos complementarlas con un enfoque medioambiental.

Todo parece orientado a la rentabilidad como un valor secundario. ¿Es así? ¿Con qué criterios se analiza la viabilidad económica de los proyectos? Hay dinero público implicado, en parte por aportación europea, del que hay que rendir cuentas. Y, como es natural, las empresas buscan retorno […]

Efectivamente. Hacemos un análisis financiero de cada proyecto para distinguir los que sólo buscan impacto social, que los hacemos porque es la vocación de la Fundación ONCE, de otros de I+D que tienen o pueden tener retorno económico.

Acabemos hablando del robot que hoy nos acompaña. Me ha caído bien [risas]

Estos robots están diseñados para prestar asistencia a personas con distintas discapacidades: visual (total o parcial), auditiva, cognitiva, de movilidad reducida y también a personas mayores, según el modelo. Su función es facilitar la accesibilidad y la autonomía de los usuarios. El convenio con Star Robotics ha tenido como resultado la puesta en funcionamiento de este ARI (Asistente Robótico Inteligente). Puede hacer paradas en distintas posiciones antes de guiar a la persona a su destino final, reconociendo obstáculos e identidad personal para actuar en un catálogo de situaciones. Es natural que a los dos nos caiga simpático.


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