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  31/03/2015

HP y Foxconn sacuden el mercado de servidores

¿Foxconn? Sí, aquella empresa taiwanesa con plantas en China, a la que se le suicidaban los obreros. Es conocida por fabricar bajo contrato millones de iphones, kindles, playstations, xboxes y otros gadgets. En mayo de 2014, su fundador Terry Gou anunciaba en Taipei, junto con la CEO de HP, Meg Whitman, que una empresa común se proponía desarrollar una nueva clase de servidores: simples y de bajo precio. Diez meses después, HP ha presentado los primeros frutos de la iniciativa: la familia de servidores Cloudline está optimizada para las necesidades de los proveedores de servicios cloud y por tanto para competir con los fabricantes de marca blanca que se han adueñado de ese segmento del mercado.

Meg Whitman y Terry Gou

Meg Whitman y Terry Gou

Algunos datos permiten entender el porqué del movimiento de HP. Según IDC, el mercado total de servidores creció apenas el 2,3% en 2014, pero el de los fabricantes de marca blanca (ODM, original design manufacturers) creció un 7,8%. HP lidera el mercado (26,2%) y los servidores son una fuente de beneficio, pero ve venir el peligro: según Antonio Neri, VP del Enterprise Group, el 40% de los servidores que se venden se usan para soportar cargas cloud, y en 2017 la proporción será el 50% de un total que, entretanto, apenas habrá crecido.

Los servidores de marca blanca, con componentes commoditizados, se venden desde hace años, pero se les ha reprochado el plantear problemas de servicio, que los confinaron a un espacio marginal. La situación ha cambiado: los proveedores de servicios cloud [Amazon, Google, Facebook, Microsoft, etcétera) conforman una clientela insaciable, casi la única que asegura un crecimiento sostenido de la demanda. En sus modelos de negocio, los resultados de estas compañías están ligados directamente a la infraestructura que soporta sus servicios, por lo que se han dotado de capacidades internas, que les permiten saber exactamente lo que quieren, diseñarlo y encargar su fabricación a un puñado de ODM (Quanta, Wistron o Foxconn), inclinados naturalmente a satisfacer esas necesidades a bajo precio.

Así se ha ido creando una tensión en el mercado. Los ODM, que al principio sólo fabricaban bajo contrato para las marcas tradicionales, han pasado a competir con ellas. En lugar de resignarse o quejarse, HP ha optado por asociarse con uno de esos contratistas/competidores, con el que ciertamente tiene relaciones antiguas. El acuerdo, sobre el que se han dado pocos detalles, no se define como un outsourcing industrial, sino como joint venture: HP diseña, comparte la cadena de suministro con Foxconn, que a su vez ensambla las máquinas, y el circuito se cierra con la comercialización directa por HP – esto es, sin intervención del canal – en operaciones de volumen. Los CloudLine están pensados para operaciones de miles de servidores, no docenas.

Se trata de una bifurcación del catálogo de servidores de HP. Aclaran los directivos de la compañía que CloudLine complementa pero no reemplaza a la línea ProLiant, orientados a los datacenter corporativos y que, por lo general requieren software certificado, herramientas avanzadas de gestión, soporte y mantenimiento. Hay, por consiguiente, una diferencia de exigencias de calidad: mientras los proveedores de servicios cloud y web scale pueden digerir sin problemas una cierta ratio de fallos – dar de baja un servidor y transferir su carga a otro nuevo es algo instantáneo – algo que sería una perturbación para cualquier datacenter de empresa. El hecho es que los primeros crecen – sobre todo en Asia, terreno fértil para los ODM – y los segundos crecen poco o decrecen, como consecuencia del auge de la nube.

Es posible que el camino abierto por HP sea seguido en los próximos meses por las marcas rivales: Dell, pero también Cisco y, sobre todo, Lenovo, que se ha reforzado tras comprar la división de servidores x86 de IBM, cada una en alianza con su ODM correspondiente. De momento, HP se ha apuntado un tanto, que podría ser muy útil de cada al plan de separación en marca, en el que será fundamental preservar la rentabilidad del negocio de servidores.

Una peculiaridad de CloudLine es que, además de su coste – en principio entre un 10% y un 25% menos que el de un ProLiant, dependiendo de la configuración – con ellos HP ha abrazado la norma de diseños abiertos, con especificaciones definidas por Open Compute Project – OCP, una iniciativa lanzada por Facebook en 2012 y a la que pocos pueden sustraerse – y se basan en componentes estándar. Su sistema operativo preferente es Linux (en sus variantes RedHat, Ubuntu y SuSe) pero también soportan Windows Server 2012 R2, un aspecto fundamental porque Microsoft es también miembro de Open Compute Project, y se dice que va a usar CloudLine en sus centros de datos para la nube de Azure. Por cierto, será compatible con la nube Helion, de la propia HP.

Los tres modelos anunciados – uno de ellos en tres versiones – incorporan procesadores Xeon ES v3 (Haswell) y están certificados para v4 (Broadwell), de Intel. Las especificaciones de diseño contemplan la estandarización de BIOS, componentes, herramientas de gestión, almacenamiento y controladores de red. Estos criterios son deliberados para que puedan desplegarse en entornos multivendedor. Otra muestra de apertura es el soporte de OpenStack, para tratar grandes series de datos con capacidad escalable. No es ocioso recordar que HP se ha convertido en uno de los adalides de OpenStack.

Durante la presentación de CloudLine en la conferencia de OCP, Antonio Neri insistió en trazar una línea divisoria con la familia ProLiant. Nada dijo acerca de una eventual fricción con la iniciativa Moonshot, miniservidores modulares que hasta ahora aparecían como la alternativa iconoclasta a ProLiant. Entre los presentes quedo la impresiónde que HP procura no alejarse de la arquitectura convencional. Cuando a Neri le preguntaron si habrá una versión de CloudLine para procesadores ARM, respondió que no está previsto.


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