En enero, Tim Cook, CEO en funciones de Apple, dejó caer esta frase: “el IPad empezó a venderse en abril, y a finales de año el 80% de las grandes empresas de Estados Unidos lo habían adoptado internamente, o hacían pruebas piloto. Nunca había visto algo igual; normalmente las empresas son muy cautas y prefieren las cosas que llevan mucho tiempo en el mercado”. Es pronto para saber si el comentario de Cook es extrapolable a otros mercados, pero hay muchos signos de esa corriente: empresas de software y proveedores de virtualización, empiezan a ofrecer soluciones para este gadget cuyo éxito supera las expectativas … y hoy por hoy no tiene competencia.
Más allá de la mentada y poco explicada ´consumerización`, una de las razones que avalan el fenómeno es que Apple ha puesto en marcha un programa para que las empresas puedan (pagando 299 dólares anuales) desarrollar sus propias aplicaciones, no accesibles al público, para sus empleados. Desde luego, esta apertura empezó con el iPhone y se consolida con el iPad; lo interesante es que gracias a ambos, Apple empieza a vender Mac a las empresas, algo que no le quitó el sueño durante 30 años.
Los analistas dicen que, como esto irá en aumento, preocupa a los departamentos de sistemas, forzados a abrir las puertas al acceso de nuevos dispositivos sin mengua de sus normas internas. Algo que ha captado Microsoft, que en la próxima versión de su herramienta de configuración de servidores SCCM extenderá el soporte al iPad y al iPhone, así como a smartphones y tabletas Android (y, por supuesto, a Windows Phone 7). Un informe de Ovum advierte: “los PC bajo Windows han dominado durante décadas, pero con la proliferación de dispositivos móviles, no es seguro que sea definitivo; si Microsoft quiere ofrecer una solución creíble de gestión a sus clientes corporativos, tendrá que acompasarla con los entornos ajenos, principalmente móviles”.
Cisco es una de las empresas que más pronto vio venir el fenómeno, y trabaja en varias soluciones relacionadas con el resurgir de Mac Os y el advenimiento de iOS y Android. En su batería de aplicaciones para el iPad 2 destaca una una versión ad hoc de WebEx, que permite sacar partido de la cámara para videoconferencia. Al mismo tiempo, anuncia la disponibilidad de Jabber (en la imagen), una herramienta de colaboración que conjuga mensajería y detección de presencia para soportar llamadas de voz y vídeo. Jabber – desarrollada por una empresa que Cisco compró en 2008 – es capaz de detectar si un contacto está en línea e iniciar una comunicación, o transferirla mediante un móvil, un teléfono IP (de Cisco), una tableta Cius (Android, de Cisco) o un PC, sin perder la conexión. Inicialmente, estará dispònible para Mac y se desarrolla para iPad y otras plataformas móviles.
VMware, especialista de virtualización, ha presentado dos productos para el iPad, uno de ellos es la variante de VMware View Client, que permite acceder desde la tableta de Apple a un escritorio virtual de Windows, sus aplicaciones y datos remotos. El CTO de la compañía, Steve Herrod, dice en su blog que esta herramienta responde al requerimiento de los CIO a la vez que da más libertad a los usuarios, en un contexto en el que estos emplean, con frecuencia, sus propios dispositivos. Mediante esta herramienta, el iPad funciona como un thin client conectado por wifi o 3G. VMware llega un poco tarde, porque su competidor Citrix ya tiene en el mercado un escritorio virtual sobre iPad. Otra novedad es la versión para el iPad de vSphere Client (ver imagen), una aplicación de administración remota de recursos que los clientes de VMware pueden descargar de la App Store de Apple.
La sorpresa de todas estas noticias, y otras que vendrán, consiste en que un gadget que todo el mundo percibe como un medio de consumo voraz de contenidos, puede ayudar a que Apple recupere una vocación a la parecía haber renunciado desde que canceló su proyecto Xserve en 2002: hacerse un hueco dentro de las empresas. Ya no vale la excusa de que Apple sólo acoge forofos.