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  7/11/2022

Frontier y Alpine, nuevos proyectos de Dell

Al imperio de Michael Dell le faltan dos años para cumplir los cuarenta, pero luce ta madura como si ya los tuviera: su valor en bolsa es de 28.000 millones de dólares y ha facturado 106.000 millones en los pasados doce meses. Su tesorería (y la de su fundador y primer accionista) se beneficiará pronto de la venta a Broadcom de su participación en VMware. Ahora que están en boga las metáforas aeronáuticas, Dell habló en un encuentro reciente con la prensa, con viento de cara (discretamente) y con viento de cola (profusamente). Para sensibilizar a sus clientes sobre sus novedades tecnológicas, inició en octubre una serie de conferencias regionales que recalará en Madrid el 30 de noviembre.

Michael Dell

Los resultados del tercer trimestre se conocerán ocho días antes de esa convocatoria. Entretanto, el multimillonario tejano presumió a su manera: “no es nuestro primer rodeo; sabemos cómo emerger con más fuerza tras estas situaciones”. Fue todo lo que dijo de la macroeconomía, pero fue más explícito acerca de las razones que le llevan a ser optimista. La compañía que fundara en 1984 ha refinado mucho su estrategia y el mes pasado ha anunciado lo que ha bautizado Project Frontier. Se trata de una plataforma operativa (hardware más software) que promete ayudar a los clientes a simplificar, optimizar y escalar sus aplicaciones en el edge.

En su componente software, este proyecto estará disponible en la primera mitad de 2023, pero antes, en diciembre, Dell empezará a despachar PowerEdge XR4000, el más pequeño de su gama de servidores (del tamaño de una caja de zapatos) con múltiples opciones de montaje, un hardware robusto, preparado para soportar condiciones impredecibles como olas de calor y caídas de tensión, a las que no son ajenos los entornos distantes del centro de datos.

Los casos de uso del edge computing están creciendo rápidamente porque las organizaciones quieren gestionar y asegurar los datos cerca de la fuente, pero encuentran limitaciones de soporte en esas ubicaciones. Desde el punto de vista expresado por Dell, el edge confiere más realidad al concepto multicloud: “está respaldado por nuestra red de soporte al despliegue en plantas, tiendas y logística, instalaciones donde esperamos que alcance relieve en los próximos años”.

Según ha explicado la compañía, el Project Frontier aportará las siguientes capacidades: elección de software de aplicación, una arquitectura abierta, protección zero-trust de las aplicaciones, los datos y la infraestructura, así como una gestión centralizada. Con esa finalidad, Dell contempla una red de servicios de soporte en 170 países, lo que da idea de la relevancia que asigna a esta iniciativa.

“Nuestra hoja de ruta – respondió Michael Dell el mes pasado en una concurrida rueda de prensa online – está diseñada en función de lo que buscan los clientes. Cada vez son más numerosos los que se inclinan por un modelo de consumo flexible de la infraestructura, que pone el acento en la simplicidad y la consistencia”. Y aquí el alma mater de la compañía se arrancó a predicar uno de sus temas favoritos, APEX, la oferta de pago de servicio en pago por consumo.

“Los clientes – dijo – aspiran a dedicar una parte creciente de su gasto [en TI] y de sus energías a cosas que realmente les aporten una diferenciación del negocio. Puede que se trate de dispositivos preconfigurados o tal vez de servicios cloud, pero todo confluye en el mismo objetivo. Por eso es un tema dominante en nuestras conversaciones con ellos”.

Lo que se conoce como multicloud, intervino su número dos y chief operating officer, Jeff Clarke, “es la agregación de distintas nubes para que trabajen como un sistema único. Nuestro software permite a las empresas gestionar la seguridad, los servicios y las aplicaciones, pueden emplear el mismo concepto tecnológico transversalmente a través de los entornos cloud, para resolver problemas que se pueden presentar lejos del centro de datos, piensen en una fábrica, una mina remota o un hospital […] Nosotros estamos para ayudar a los clientes a sortear las dificultades de esos entornos que sin duda son complejos”.

Otro asunto abordado en la rueda de prensa no era estrictamente una novedad, ya que el Project Alpine fue anunciado en enero de este año: se trata de una colección de productos de almacenamiento cloud que se pueden contratar a través de los tres grandes proveedores de nube pública: AWS, Azure y Google Platform. Este servicio – Clarke insistió bastante en ello – permite a las empresas elegir uno u otro de estos hyperscalers contando con la certeza de una mayor movilidad de datos entre los tres así como con cabinas on-premise.

Puede interpretarse como otra vuelta de tuerca que enriquece su oferta de almacenamiento ampliada en los últimos años para recoger la influencia de la nube. Además, a través de APEX, conecta con el Backup Service de la compañía. A manera de justificación de su  proposición, Dell ha difundido una reseña académica de Stanford según la cual las empresas estadounidenses – hay que suponer que lo mismo ocurre en otras latitudes – pagan en exceso miles de millones de dólares por capacidades de almacenamiento que en realidad no necesitan: los usuarios, viene a decir el argumento, gracias al Project Alpine podrían personalizar los costes y opciones de rendimiento según sus necesidades individuales.


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