La víspera del pasado Mobile World Congress, adelantaba el anuncio de su nuevo logotipo, un sutil cambio de grafismo concebido con la aspiración de ser reconocida como una compañía B2B y distanciarse de una imagen que la asocia con los móviles que hoy fabrica y comercializa – bajo la marca Nokia – una empresa franquiciada, HMD Global, circunstancia desconocida por muchos usuarios. El propósito de la decisión es estratégico: apuntalar el crecimiento de la compañía en el mercado empresarial, que actualmente es el más dinámico del mercado de las telecomunicaciones. En 2022, tras crecer un 21%, ha representado un 8% de su facturación de Nokia, pero espera romper pronto la línea del 10%.
Desde que Pekka Lundmark retornó a Nokia, ahora como CEO, la compañía finlandesa ha salido de la difícil situación anterior, en la que encadenaba crecimientos negativos o extremadamente bajos. Desde su llegada, los resultados de Nokia han mejorado un 3% en 2021 y un 6% en 2022. La previsión para 2023 oscila entre un 2% y un 8%, horquilla tal vez demasiado amplia pero que revela cautela ante la situación económica. El próximo miércoles, Lundmark presentará las cuentas del primer trimestre, que darán una pista sobre la marcha de esa estrategia.
Los operadores son, con gran diferencia, la primera fuente de facturación, pero – como ha dicho Lundmark en su rueda de prensa del MWC – es un negocio que difícilmente crecerá más del 1% anual hasta el 2027. Habiendo jugado un papel central en la construcción de las infraestructuras de red de esa clientela, Nokia cree llegado el momento de acelerar en áreas en las que puede servir como “plataforma de transformación” para otras industrias.
La previsión inicial del año fiscal 2023 contempla una facturación de 24.900 millones a 26.500 millones de euros. A efectos de comparación, el primer trimestre del año pasado fue de 5.348 millones Es oportuno precisar que la entrevista que se publica a continuación no prejuzga los resultados del trimestre: la charla con Federico Guillén, presidente de Network Infrastructure de Nokia, tuvo lugar horas antes del cierre de la edición 2023 del MWC.
¿Por qué empezar el Mobile World Congress con algo tan prosaico como un ajuste del logo?
No es banal y se ha dicho claramente qué se pretende con el cambio: que Nokia sea identificada como una compañía B2B. Porque en la imagen de marca que en este momento retiene el público sigue prevaleciendo la reputación de unos dispositivos móviles que en la actualidad los comercializa otra empresa, en la que Nokia sólo tiene un porcentaje menor de capital. En particular, nos interesa ser reconocidos por el negocio de empresas, en el que la compañía trata de ganar presencia porque es el área de mayor crecimiento, con un gran potencial. De los 25.000 millones de euros de facturación en 2022, un 80% se ha generado en las ventas a los proveedores de servicio, cuyo crecimiento es limitado […]. En cambio, hay empresas cuyas compras, en ciertos sectores, crecen a un ritmo del 10% al 15% anual y nos están generando ingresos de 2.000 millones [..] De los que, déjeme presumir, la mayor parte corresponden a mi grupo.
Son 2.000 millones sobre los 9.000 millones que facturó Network Infrastructure, pero la compañía los desglosa de otro modo […]
En la organización actual, la compañía comprende cuatro business groups: Nokia Technologies – que básicamente son las patentes – con 1.500 millones y un margen excelente; Mobile Networks, por el que somos más conocidos y cuyo responsable es mi colega Tommi Uitto, que aporta 10.500 millones. Luego está Cloud & Network Services, con ingresos de 3.300 millones. El grupo que yo dirijo, Network Infrastructure, facturó el año pasado 9.047 millones de euros.
Entre la reorganización y el cambio en la marca se ha esperado dos años […]
Sí. Una de las primeras medidas del actual CEO fue rediseñar la organización de la compañía. Cada grupo de negocio tiene responsabilidad total, salvo una capa horizontal, para evitar la confusión que podría crearse si la función comercial estuviera verticalizada. Cuando empezamos con esta estructura, el mío era un negocio de 6.700 millones que arrojaba un beneficio de 450 millones. Dijimos entonces a los mercados que esperaran un crecimiento beneficio operativo del 9% al 12% en 2023, pero ya en 2021 crecimos un 15% y el año pasado un 10%. Con la consecuencia de que ahora me han subido el objetivo a una horquilla de entre el 11% y el 14% de beneficio operativo este año fiscal [risas]
Doble dígito es algo que casi no se lleva en estos tiempos.
No recuerdo crecimientos así en esta industria, pero lo relevante, me parece, es que esos porcentajes tienen dos explicaciones, una externa y otra interna. La externa no es otra que la pandemia, como puede suponer: provocó un desastre humano, pero nos libramos de que fuera una catástrofe económica. Imaginemos lo que habría pasado en 1995, sin las comunicaciones que tenemos hoy en día, con la gente confinada en sus casas y sin poder trabajar. En esas circunstancias, los operadores se dieron cuenta de que ya no les valía tener líneas fijas de cobre o de cable coaxial ni bastaba con las redes móviles: tenían que invertir masivamente en fibra.
Una decisión que en España se tomó mucho antes de la pandemia. Es justo decirlo.
Lo ocurrido le da la razón a Telefónica, que tomó la decisión correcta. Si no fue el primero, habrá sido el segundo después de Verizon, pero sin duda fue el primero en Europa; de hecho, España tiene mejor cobertura con fibra que cualquier otro país europeo menos Portugal.
Nos hemos olvidado de lo mucho que se discutió, no sólo en España, si merecía la pena tender fibra o seguir explotando el cobre.
[…] Hasta que el maldito virus zanjó la discusión. Con el cobre, jamás habríamos tenido en cada hogar cuatro flujos de Netflix ni videoconferencia. En aquel momento, yo estaba a cargo de las ventas globales: en abril o mayo de 2020 recibimos pedidos de India equivalentes al valor que les habíamos vendido en los cinco años anteriores.
Una explosión de demanda simultánea: en banda de fibra y en 5G.
A mediados de 2020, si preguntabas cuál era la prioridad de inversión, si fibra o 5G, la respuesta, invariablemente, era “las dos cosas”. Un resultado clarísimo de la convergencia fijo-móvil. Cualquier operador que quiera salir adelante, tiene que hacerlos converger desde el punto de vista comercial. Con 5G no es alcanzable la misma capacidad que con la fibra […] Pronto llegará el fijo inalámbrico, FWA (Fixed Wireless Access): cuando es caro desplegar fibra o se va a tardar mucho en llegar a un barrio, es la solución perfecta como complemento a la fibra.
¿FWA está en su grupo?
La parte del CPE [Customer Premise Equipment] sí, la de estación base en el de Mobile Networks. Obviamente, trabajamos muy de la mano los dos grupos.
Disculpe la digresión. Estábamos en que no hay dicotomía entre fibra y 5G.
Ahí está: son complementarios. Al entrar mucho tráfico 5G en la red tienes que transportarlo y para eso necesitas acceso óptico y routers IP. Y también cables submarinos, cada vez más. Es un tráfico que necesita tuberías más anchas y por eso crecen estos negocios que, afortunadamente, tenemos en Nokia. En el caso de los cables, se añade la excepcional demanda de los hiperescalares: ellos son los que están poniendo el 75% del cable, porque quieren tener control sobre su propio tráfico.
Recuerdo haber visitado hace años la fábrica de Alcatel, que ahora es de Nokia, en Calais […] Es un negocio cíclico.
Y una tecnología muy interesante. Estamos metiendo 20 pares de fibra en un cable e investigamos con 24 pares. Son olas de inversión: un buen día bajarán, no sé cuándo, pero ahora mismo tenemos un backlog de dos años y nuestros barcos cableros están. El negocio de cable submarino de Nokia creció un 32% en 2021 y un 22% en 2022, esto último por el retraso de tres o cuatro pedidos en el cuarto trimestre.
Me decía que no todo era de origen externo […]
Sí. En cuanto a la explicación interna, el pico de demanda de tráfico nos llega precisamente cuando mejor estamos en tecnología […] Justo antes de la pandemia, la compañía completó el desarrollo de su chipset Quillion. En este momento, ya tenemos más de cien clientes desplegándolo en cuarenta países. Es un chip de 14 nanómetros que da NG-PON (Next Generation Passive Optical Network) con 25Gbps. Ha habido bastante debate en la industria acerca de si era mejor pasar directamente a 50G o a 100G, porque lo recomienda la UIT. Claro que tenemos equipos que soportan 50 o 100 cuando es económicamente viable, pero la verdad es que en este negocio no compites sólo con tu competidor sino contra el precio máximo que el usuario final está dispuesto a pagar. Y puedo asegurar que el cliente es muy sensible al precio.
¿Hay oposición entre las dos tecnologías?
La belleza de nuestra solución es que en la misma placa podemos poner a la vez GPON, XG- PON y 25GPON, en la misma placa. Y si los adaptadores ópticos van en la misma fibra, podemos tener las diferentes lambdas [longitudes de onda].
¿Es una ventaja competitiva?
Vamos dieciocho meses adelantados a competidores que se empeñaron en 50 y 100 gigas de PON. Nosotros tenemos 25 ¿para qué? GPON se usa para residencial y XG normalmente para empresas […] Los 25Gbps se van a usar, entre otras cosas, para dar backhaul a la red móvil cuando haya 5G con ondas milimétricas, que incorporarán millones de estaciones small cells […] No habrá que hacer zanjas en esta parte de la red, que es lo que más cuesta. Por eso está triunfando nuestra solución y la consecuencia es que tenemos un 50% de cuota.
¿No han tenido problemas de cadena de suministro?
Todo el mundo ha tenido problemas de supply chain. A nosotros, en lo único que nos afecta comercialmente es en las ONT [Optical Network Terminal] porque son tecnologías de más nanómetros que se usan en los móviles, en los coches, en los chips de wifi […] por eso hay problemas de suministro en áreas que son menos críticas para Nokia como NI (Network Infrastructure).
¿Cuál es la posición de Nokia en IP?
Hace un año más o menos sacamos el FP5, un procesador de 1.248 núcleos que, si lo comparamos con un iPad que tiene 10 núcleos, nos da una medida de la potencia que tiene nuestra oferta. Además, reduce el consumo de energía y triplica la capacidad. Todo esto sin cambiar el chasis, sólo sustituyendo la tarjeta FP4. Se trata de una migración muy fácil para cualquier cliente […] Somos el número uno del mundo en el segmento que llaman edge routing.
¿Y en el core?
Si sumamos edge y core, somos el número dos; en EMEA, los primeros en todo. Esto se debe fundamentalmente a la demanda de clientes tan relevantes como Google y Microsoft. Estamos creciendo tanto en routing como en interconexión y switching de centro de datos. Es una de nuestras líneas más recientes.
Continuamente aparecen noticias sobre avances en las comunicaciones ópticas […]
La verdad es que en esto íbamos un poco rezagados, debido a que hace cinco años perdimos una generación y tardamos en reaccionar. Finalmente, en diciembre de 2021, sacamos nuestro chip de 7 nanómetros que nos puso a la par con la competencia en 400G, el actual estándar de transmisión. No teníamos producto, pero cuando nos recompusimos, pronto empezamos a ganar cuota porque tenemos más ingenieros que nadie […]
Hablando genéricamente, ¿cuál sería la comparación entre Nokia y sus competidores en infraestructuras de red?
Todo el mundo quiere ser como Nokia, porque todo el mundo se ha dado cuenta de la mejor combinación es óptica + fijo + móvil. Si tienes las tres cosas, te has asegurado una posición puntera en el mercado.
Algo de lo que tal vez se habla poco es que en la base de todo está el dominio de los chips.
Y estos chips los hacemos nosotros […] Diseñarlos confiere dos ventajas evidentes: garantiza el suministro y el control sobre el rendimiento. No todos los competidores pueden decir lo mismo. Unos días antes del Mobile World Congress presentamos el PSE-6s, con 800 gigas y que permite transmitir a 2.000 kilómetros de distancia. El competidor que nos sigue llega a 700 kilómetros, con eso tendrá una idea.
Aquí tengo apuntado que Nokia controla cuota del 13% pero no me aclaro si es en fibra o en fijo […]
En fijo, y es bastante más del 13%. Por lo general no me gusta alardear de cifras de mercado, porque hay distintas formas de calcularlas y las comparaciones son odiosas, según dicen. Cuando un competidor hunde los precios, Nokia prefiere no competir, se hace a un lado. Pero creo que tengo una cifra que le va a gustar: un 38% de cuota en ONT, con cinco puntos de crecimiento. Global porque, si no contamos China, se convierte en 43%.
Eso iba a preguntar: lo que llamamos mercado global en realidad son dos mercados, no uno.
Dos y cada vez más divergentes. No es un secreto para nadie que el chino es un mercado cautivo. Y ahora, con los problemas geopolíticos, nadie se acuerda de que llevamos veinte años en China con restricciones.
¿Cuál es su pronóstico sobre el mercado mundial?
Va a seguir creciendo, cómo no, con la gran necesidad de cobertura que hay. Dependiendo de la región de la que hablemos, crecerá entre un 25% y un 50%. Queda mucho recorrido hasta que lleguemos a estar sobrados de cobertura en fibra. Además, habrá que renovar las antiguas […] Los que empezaron primero con GPON, si ahora quieren ir a XGS-PON tendrán que cambiar las tarjetas, que también son un buen negocio para Nokia.
Hablando sólo de fibra de acceso en España, la abundancia de anuncios parece sugerir que no está lejana una saturación. ¿Es así?
Con 18 millones de hogares pasados y unos 13 millones conectados, según las cifras publicadas, no creo que pueda hablarse de saturación.
Hace un momento mencionaba la disociación creciente en el mercado mundial. Contribuye a ello el conflicto con China […]
Para nosotros, los competidores chinos – me refiero a Huawei y ZTE – son muy respetables y naturalmente los encontramos con frecuencia según en qué. Unas veces ganamos y a veces perdemos, como es normal. Si me pregunta por China, sólo diré que, en telefonía móvil, los suministradores occidentales hemos pasado de una cuota del 40% de la infraestructura en el país a sólo el 5%. Entretanto, es notorio que se ha desplegado muchísima, por lo que ese descenso de cuota no se puede interpretar de otro modo que por razones geopolíticas, sobre las que no me corresponde pronunciarme.