Se suponía, hasta ahora, que HP compró Palm el año pasado para apropiarse del sistema operativo webOS, que le permitiría entrar tardíamente en el mercado de los smartphones – del que ha estado increíblemente ausente – sin tener que pasar por ventanillas ajenas, y para liberarse de ataduras en el desarrollo de tabletas competitivas. Desde la semana pasada se sabe que el objetivo es mucho más ambicioso: integrar webOS también en sus PC e impresoras, para que todos los dispositivos de su marca puedan conectar con la nube que está montando. Lo que abre una incógnita: qué va a pasar con la adhesión histórica de HP a Windows y cómo afectará a sus vinculos con Microsoft.
“WebOS incluirá un interfaz común para el hogar, los profesionales y las empresas”, subrayó Leo Apotheker al presentar la nueva estrategia de HP. Cloud y conectividad fueron las palabras más repetidas por Apotheker. La nube de HP alojará aplicaciones y servicios propios y de terceros, incluyendo una tienda online para consumidores y empresas. Será un concepto muy distinto al de la AppStore de Apple y sus imitadoras, aunque Apotheker y su equipo directivo fueron parcos en detalles y fechas.
Todd Bradley, VP a cargo de la división de sistemas personales, anticipó que al preinstalar webOS en los PC y otros productos, HP originará una masa crítica de más de 100 millones de dispositivos [60 millones serían PC] que será útil a los desarrolladores. Este es un objetivo en sí mismo, porque si se limitara a smartphones y tabletas, no podría competir en atractivo con iOS y Android. Pero hay otro aspecto: ante ese futuro que algunos llaman post-PC, HP tiene el máximo interés en prolongar la vida del PC, al conectarlo a la nube. Y esta es el mejor desmentido al rumor originado en China según el cual estaría considerando retirarse de ese negocio, como en su día hiciera IBM, con el argumento de que el PC está `commoditizado´.
O sea que los PC – y al menos una parte de las impresoras – de HP llevarán webOS preinstalado. Es todo lo que se sabe, pero la compañía tendrá que encontrar la fórmula que cubra la brecha existente entre entre los sistemas operativos para móviles y para ordenadores. Este problema no ha sido resuelto por Apple, pese a que iOS se parece cada vez más a Mac OXb, y trae de cabeza a los ingenieros de Google encargados de delimitar dónde acaban los dominios de Android y empiezan los de Chrome OS.
La anterior sería una de las razones por las que webOS tendrá que convivir necesariamente con Windows en un mismo PC.Aunque «convivir” no deja de ser un verbo equivoco. Pudiera ser que webOS actuara como un modo de inicio rápido para lanzar determinadas aplicaciones sin pasar por la obligada espera a que Windows acabe su procedimiento de carga. O bien que fuera un entorno runtime para ejecutar en Windows aplicaciones escritas en webOS. En los dos casos, daría visibilidad al nuevo sistema operativo, sin forzar a los usuarios a decantarse. Tampoco sería la primera vez: HP ya intentó hace años la coexistencia de Windows y Linux en algunos modelos, con resultado negativo.
Claro que sería temerario que HP pretendiera prescindir de Windows para reemplazarlo por webOS. Anda por el mundo un enorme número de programas basados en Windows, con muchos millones de usuarios familiarizados con su interfaz. Rizando el rizo, se puede considerar que el actual Palm Market tiene – como las tiendas de Apple y Google – aplicaciones de consumo, pero pocas o ninguna herramientas de productividad; HP confía en que será capaz de atraer desarrolladores “serios” con el señuelo de que sus creaciones tendrán un mercado amplio gracias a la convivencia con Windows.
Hasta que salga Windows 8, en principio en 2012, Microsoft no tendrá un interfaz táctil que le permita competir seriamente en el mercado de los tablets. Este fue el primer motivo por el que fracasó el precipitado Slate, que Steve Ballmer presentó en enero de 2010. Windows 8 abrirá la puerta a una nueva generación de portátiles, pero HP no puede esperar al paso lento de su aliado y quedarse descolgada del mercado.Por esto, se confiese o no, es una crisis de pareja. El movimiento de HP no puede ser del gusto de Microsoft, pero esta no tendrá nada que reprocharle mientras siga recibiendo royalties por los 60 millones de PC anuales con Windows.