A Ron Hovsepian se le agotaban los cartuchos. En marzo, el presidente de Novell rechazó una oferta de compra por insuficiente y porque escondía un no confesado plan de despiece de su compañía, que desde hace tiempo vive en jaque. Salió entonces del paso anunciando que buscaría otro candidato, y por fin lo ha encontrado: la semana pasada, Novell anunció haber llegado a un acuerdo con Attachmate, que pagará 2.200 millones de dólares. Como casi todo en este sector, prevalece el tópico del “valor para el accionista”: el precio mejora un 9% la cotización previa, y es un 28% más alto a la que precedió a la oferta de marzo. Esta vez, el desguace ha sido pactado con el comprador.
Así dicho, el desenlace sólo describe pobremente una historia compleja. Novell gozó del éxito en la primera mitad de los 90 con su sistema operativo NetWare, que al poco fue víctima de Windows. Exploró otro camino comprando WordPerfect, que acabó derrotado por Office; con los años se volcaría en Linux, tras adquirir la compañía alemana SuSE – otra manera de meter el dedo en el ojo de Microsoft – y últimamente buscaba renacer como vendedor de herramientas vinculadas a la virtualización. En esto último, muchos analistas vieron la posibilidad de una oferta de VMware, que por alguna razón no llegó a producirse; tal vez por la dificultad de desembarazarse del resto de los activos.
La enemistad entre Novell y Microsoft – su momento culminante coincidió con el tiempo en que Eric Schmidt, hoy CEO de Google, dirigía la primera – quedó aparcada en 2006, cuando Hovsepian y Steve Ballmer firmaron un trato (en la foto) por el que Microsoft distribuiría entre sus clientes unos cupones, pagando por ellos a Novell, habilitándoles a usar SuSE Linux en entornos mixtos con Windows, sin temor a eventuales represalias. Novell se aseguraba un flujo de ingresos durante cinco años (expirará dentro de unos meses) y a cambio reconocía implícitamente que su distribución de Linux contiene componentes patentados por Microsoft. Como era lógico, provocó airadas protestas de la comunidad open source, que se sintió traicionada por Novell. Esta misma comunidad asiste ahora con preocupación a la transacción, que contiene un elemento inesperado.
“Ciertos activos de propiedad intelectual de Novell” serán adquiridos por CPTN Holdings LLC, definido como “un consorcio de compañías tecnológicas organizado por Microsoft”, que pagará 450 millones de dólares en efectivo. Es la primera noticia acerca de la existencia de CPTN, registrado como sociedad limitada a principios de noviembre; por no saber, ni siquiera se conoce el nombre de las compañías que acompañan a Microsoft. La información disponible añade que la operación abarca 882 patentes cuyo titular es Novell. Aparentemente, estarían relacionadas con Linux, pero no incluyen los derechos sobre Unix que Novell detenta, tras ganar una batalla judicial de siete años con SCO, ahora en quiebra.
Las partes han sido elusivas sobre las consecuencias de lo acordado. Una cosa queda clara: Microsoft se asegura de que el reconocimiento firmado por Novell en 2006 sigue en pie tras el cambio de propiedad. Mantiene las patentes lejos del alcance de otros pretendientes, pero no las incorpora a su cartera. Entre otros activos cuyo destino se ignora estaría Cloud Manager, un software que permite gestionar recursos virtualizados basados en diferentes hipervisores con una herramienta única. Si hubiera otros compromisos, el tiempo lo dirá.
Otra incógnita es el futuro de SuSE Linux. Es rentable, y el nuevo propietario tiene ante sí dos opciones: preservarlo como tal, vinculándolo a su catálogo de software y servicios, o prepararse para venderlo a un tercero. Sobre la segunda opción, se ha especulado prematuramente con eventuales interesados: IBM, HP, Cisco, Oracle, la lista de sospechosos habituales. Cualquiera de ellos debería, en tal caso, considerar si una vez en su poder, la distribución de Linux conservaría su atractivo para la clientela o acabaría perdiendo terreno ante RedHat, cuyo primer mérito es el `agnosticismo´, entendido como ausencia de ataduras. Interesante dilema.