Desde 2012, VMware ha sido fiel a Barcelona como anfitriona anual de su conferencia europea Explore (salvo en 2020). En noviembre de 2023 el encuentro coincidió con la noticia de que China había autorizado al fin la adquisición de VMware por la compañía Broadcom, más conocida por sus semiconductores que por sus activos de software. Desde entonces, ha pasado a llamarse VMware by Broadcom, un síntoma muy menor de los profundos cambios que ha introducido el nuevo propietario. Hock Tan – como sus callados accionistas – ha decidido que sólo le interesan las grandes cuentas, no más de 3.000 en todo el mundo, para los que no necesita más que una mínima parte del canal comercial heredado.
Esta fue la primera de las expectativas con las que abrió Explore 2004 – primero en Las Vegas, luego en Barcelona – por lo que la asistencia fue visiblemente inferior a las de años anteriores. En algo habrá influido la modificación de la política de licencias aplicada de sopetón, unas maneras que no podían menos que molestar porque, cuando las cosas se hacen así, lo normal es que se encarezca el coste total.
Los resultados de la nueva estrategia dictada por Tan, ya conocida de sus adquisiciones anteriores, han sido varios: 1) reducción del número de clientes, 2) contracción del catálogo de productos y 3) deserciones en el canal. Del malestar consiguiente probablemente han sacado partido los competidores, entre los que sobresale Nutanix, muy crecida últimamente a costa de VMware. Por lo visto y oído en la Fira, al parecer Broadcom habría tomado conciencia de que ha ido demasiado lejos, por lo que se ha puesto a la tarea de recuperar terreno.
Ha consistido en replantearse la cartera de productos, integrando los de más éxito (vSphere, NSX y SAN) en una plataforma unificada y darle un nombre acreditado: VMware Cloud Foundation (VCF). Combina la oferta de computación, networking y almacenamiento bajo una misma marca y añadirles seguridad en un empaquetamiento cuya racionalidad, al decir de Tan, reside en que las empresas pueden afrontar de una vez los problemas que él mismo resumió como “las tres C”: coste, complejidad y cumplimiento (de regulaciones diversas).
La fórmula ha llevado a predicar desde el escenario que el futuro de las empresas está en el lado privado del modelo cloud. Hock Tan observa un cierto desapego de las empresas por la noción de “nube pública” que aconseja a proponer una plataforma en la que la nube pública se convierte sin sobresaltos en nube privada.
La terminología puede confundir: el adjetivo ´pública` implica que las cargas residen en una infraestructura, propiedad de un proveedor de servicios cloud, que es compartida con otros clientes, siempre bajo control del proveedor. Mientras que, bajo el apelativo ´privada`, esas cargas pueden estar virtualizadas donde el cliente decida, en su propio centro de datos corporativo o el de un proveedor de servicios entre los centenares de alcance local o regional que se han unido como socios comerciales de VMware. La lógica ha cambiado, pero sirve de contribución a sanear una reputación que se ha visto tocada por un desembarco que no se ha hecho de las mejores maneras.
Oficialmente, la documentación de VMware define VCF como “la primera plataforma de cloud privada que es capaz de proporcionar la escala y la agilidad que se esperan de las redes públicas y con una sensible baja del coste de propiedad […] Pero esto no se traduce en aislamiento, porque las empresas pueden seguir usando las nubes públicas por razones de elasticidad”.
Con una precisión adicional: tampoco es cosa de distanciarse de los hyperscalers con lo que hace buenos negocios – que no significa que las cargas tengan que desplegarse necesariamente en un centro de datos del cliente – sino que pueden estar en el edge o incluso en una nube pública.
En una simpática entrevista con el autor de este blog, Paul Turner, vicepresidente de productos de Broadcom – y en esa condición primer responsable de VCF – recalcó que casi el 80% de los datos dentro de las empresas están alojados en sus centros de datos, no en una nube ajena. “Hay distintas razones para que así sea: es verdad que las nubes públicas ganaron rápida popularidad debido a su comodidad y su agilidad, pero los análisis recientes indican que los costes son hasta un 40% más caros que si esas cargas estuvieran en el centro de datos propio, porcentaje que depende de la escala y de la eficiencia con la que sean gestionados”.
Por otra parte – dijo el alto ejecutivo – las aplicaciones residentes en una nube pública tienden a conformar “silos de datos” que las alejan de un concepto hoy ascendente en Europa, el de nube soberana, que pone el acento en la localización controlada de los datos para impedir que sean enviados a “otras jurisdicciones” (sic). La nube soberana “es para nosotros un pilar de nuestra estrategia porque creemos que lo es para nuestros clientes ”. Broadcom ha anunciado que 50 de sus asociados van a ofrecer servicios de nube soberana, entre ellos 30 en Europa, Oriente Medio y África.
Abundando en este producto estrella de la conferencia [el otro, Velo RAI, será abordado en este blog la próxima semana], Turner se explayó a gusto . “Creemos estar entregando lo que los clientes buscan y necesitan: una experiencia cloud a la que hemos dado la vuelta. Para conseguirlo, es obvio que hace falta una infraestructura de computación virtualizada, que la tenemos con vSphere; también hace falta virtualizar la red y de esto se ocupa NSX [nota: rebautizada v Defender] con gran eficacia y, por último, el almacenamiento virtualizado con vSAN […] La habilidad de VMware reside en conjugar esos tres elementos y hacer desaparecer los silos, automatizar el conjunto y que la plataforma gestione su propio ciclo de vida”.
La compañía no esconde que su objetivo último es que los clientes de vSphere, que han sido su fortaleza durante muchos años, se reciclen en clientes de la plataforma VCF, pero parece tomárselo con más calma: “antes, queremos estar seguros de que VCF es entendida por los clientes, de cualquier talla, como una fuente de valor y flexibilidad”. Uno de los anuncios de Barcelona ha sido un programa de licencias reconstruído para adecuarlo a las medianas empresas, que pudieran haberse sentido desplazados al darse prioridad a las grandes cuentas. En principio, la suscripción a vSphere Enterprise Plus presenta un empaquetamiento más digerible y al alcance de esa categoría de empresas.
Un informe de Gartner sobre el mercado de infraestructuras híbridas distribuidas (DHI, según la sigla usual en inglés) mantiene a VMware en el cuadrante de líderes, en una posición menos relevante que AWS y Microsoft – lo que es entendible – pero también queda por debajo de Nutanix y algo por encima de Oracle. Resulta curioso que la consultora no encontrase ningún competidor en condiciones de aparecer con el rango de challenger.
En el mismo informe, Gartner pone el dedo en una llaga al señalar que, según sus averiguaciones, un 10% [¿demasiado redondo?] de los clientes de VMware han iniciado este año pruebas de concepto son productos alternativos de la competencia.
En su keynote de Barcelona, el CEO de Broadcom pareció contrarrestar esta opinión de Gartner cuando ratificó que en el segundo trimestre del actual año fiscal, casi 3.000 clientes de VMware han suscrito el nuevo modelo de suscripción que guía la política comercial de la compañía a partir de su revisión.
[versión extensa de la publicada en La Vanguardia el 17/11]