Todo había sido diseñado y calculado para que Christian Klein dejara una necesaria impronta personal que lo afirme como nuevo CEO de SAP en solitario como protagonista de su primer SAPphire Now como CEO de SAP. Finalmente, una sencilla rueda de prensa logró que se exculparan los fallos de streaming que dañaron el espectáculo audiovisual con el que se trató de reciclar una conferencia clásica en novísima “experiencia digital”. En la keynote, Klein deslució por comparación con el estilo de Bill McDermott, un showman. Al día siguiente, solo en pantalla sin parafernalia, respondiendo a periodistas ausentes, el joven Klein (39) ganó enteros en un imaginario duelo de empatía con su antecesor.
No se trata en absoluto de un comentario frívolo. Porque la primera tarea de Klein tras el fiasco de la efímera bicefalia con Jennifer Morgan consiste en deshacer equívocos entre los accionistas, perplejos por la espantada de McDermott, ahora CEO de ServiceNow. SAP tiene un buen banquillo, quería ser el mensaje. Y de paso, enviar señales de calma al mercado estadounidense, tan importante para el negocio de SAP como súbitamente huérfano de representación en su alta dirección (papel que iba a desempeñar Morgan).
No se anunció nada nuevo en la sesión inaugural; de hecho, casi no se habló de productos. Resiliencia, rentabilidad y sostenibilidad: estos fueron los ejes retóricos sobre los que Klein articuló su intervención, plantado delante de un croma con imágenes en movimiento perpetuo. Objetivo: que el espectador se quedara con esas tres palabras. Resiliencia, rentabilidad y sostenibilidad, un hilo argumental que entronca con el mensaje que SAP lleva tiempo predicando, el concepto de empresa inteligente.
Huelga decir que para SAP la nube es la piedra angular y todo lo que sea ir en esa dirección tiene la virtud de acelerar los éxitos de sus clientes (y los propios, claro). “Creo que “esta crisis acelerará el salto a la nube porque las empresas han tomado conciencia de la vulnerabilidad de sus centros de datos” fue una de las frases del guión. Una pena que le fallara el streaming.
La expectativa se desplazó entonces hacia lo que Klein pudiera decir en la rueda de prensa. Sobria, deliberadamente sobria. Con la sola compañía de una asistente que filtraba las preguntas enviadas por los periodistas, el CEO se esforzó por imponer su sello individual. Naturalmente, habló con orgullo del papel que SAP y sus productos han jugado durante la pandemia; se dijo convencido de que, lejos de frenar su negocio en el medio plazo, la experiencia vivida con la Covid-19 supondrá un acelerón de los procesos de transformación digital. Fue la primera de las muchas veces que Klein usó y abusó de este cliché. Como quien llega de primeras a una partida de cartas, dijo algo en absoluto original: “la transformación digital no es una opción, sino una necesidad”.
Klein se ha entrenado a conciencia para matizar los tópicos del marketing. Por lo menos en tres ocasiones resaltó que SAP no pretende ser uno de esos proveedores para pocos años: “queremos construir con los clientes unas relaciones vitalicias” [ hay que reconocer que en gran medida lo ha conseguido]. En esencia, su mensaje fue que la compañía alemana puede ayudar en dos frentes: el tecnológico se da por supuesto, pero también en la reestructuración de los procesos de negocio. Todo ello, para que los clientes “sean competitivos en un mundo digital” resolviendo problemas concretos.
Como ejemplo práctico, retomó el asunto de la pandemia, a propósito de la aplicación de rastreo del coronavirus (Corona-Warm-App) que SAP ha desarrollado junto a Deutsche Telekom y que está teniendo gran acogida en su país: “ayer teníamos 2 millones de descargas y hoy alcanzamos los 6,5 millones”.
La baza con la que cuenta SAP es lo que su CEO llama [otro cliché muy extendido] transformación de los procesos de negocio. Puso como testigos a los clientes en 25 sectores verticales acogidos en su oferta de ERP, un yacimiento de “casos de éxito” para distintas casuísticas. Junto a esta experiencia de la compañía, su sistema de partners le reporta el conocimiento sectorial que convierte en activo de gran valor. Los verticales marcarán la senda del crecimiento, vino a decir.
No olvidó persistir en el mantra de los datos y en su requisito de calidad porque – así respondió a una pregunta servida – “la solución no pasa por volcar todos los datos disponibles en un mismo data lake”. Para resolver los problemas de los clientes, es preciso que “todas nuestras aplicaciones hablen entre sí, que utilicen el mismo modelo de datos y los mismos servicios”.
En esta línea, apuntaría Christian Klein que S/4HANA y su Cloud Platform van a jugar un papel principal. La compañía está volcando mucho esfuerzo en labores de integración: ya ha reescrito casi el 50$ de sus aplicaciones para que su interoperabilidad sea plena, y prevé alcanzar un 90% antes de finales de año, aseguró. Aunque “falta trabajo de integración por hacer, permitirá el intercambio de datos entre aplicaciones sin que los clientes necesiten modelos propios”.
Además, el abanico de API dentro de su plataforma se reforzará aún más, si bien en la actualidad ya supera las 1.500 (sólo SAP S/4HANA en la nube tiene más de 300) con ellas se simplifica la integración del mundo SAP con lo que no es SAP. En el discurso de Klein, se trata de armonizar tanto los modelos de datos como los flujos de trabajo, para que se produzca una integración de los procesos de negocio.
En esta misma línea, la compañía ha ido dilatando los plazos de soporte de su ERP tradicional. “Queremos dar a nuestros clientes tiempo suficiente para hacer su transición a la nube; por esto ampliamos la vigencia del soporte estándar”. Esto explica también la granularidad “para que el tránsito al cloud se realice de manera progresiva”, dejando al cliente todas las opciones abiertas para mantener on-premise la parte de su estructura que desee por el tiempo que desee.
Es clave el papel de la BTP (Business Technology Platform) en este modo de entender el camino hacia la empresa inteligente de los desvelos de SAP. Inevitablemente, pasa por integrar aplicaciones SAP y no SAP. Las novedades que se incorporan no sólo giran en torno a las aplicaciones en sí, sino también a los datos que generan. Las bondades de esta plataforma se extienden de manera paralela a los desarrolladores, los proveedores de soluciones SAP y sus partners de integración, que encuentran en la BTP un canal de entrega de sus soluciones, tanto empaquetadas como personalizadas.
En cierto modo, este es el ´ecosistema` que ha ido creando gradualmente SAP. No pueden quedar fuera los hyperscalers que compiten con ella en algunas áreas pero son imprescindibles en el lado de la infraestructura. Esto se ve con claridad en el acuerdo estratégico que SAP ha firmado con Microsoft Azure bajo una nomenclatura reveladora, Embrace.
En medio de una pandemia cuyo final no se adivina, Chrisian Klein trató de destacar el lado más humano de una compañía en la que ha hecho una carrera fulgurante [de controller en 2015 a CEO en 2020], con una visión ecologista muy propia de los tiempos que corren. Con la afirmación de que “no queremos dejar atrás a ningún cliente, a ningún partner”, Klein puso el acento en las pymes que están sufriendo más agudamente los efectos de la crisis. Sin entrar en mayores detalles, apuntó una política de flexibilidad en las condiciones contractuales de sus clientes, que aplicará caso por caso modificaciones “que bajo otras circunstancias no tendrían razón de ser”.
Del mismo modo, para la plantilla de decenas de miles de empleados en casi 130 ubicaciones, el binomio trabajo seguro / productividad mantiene su vigencia: el 95% teletrabaja. De cara a los clientes, “nuestra obligación es apoyar que su negocio continúe. A fin de cuentas, las áreas de las que se ocupan las soluciones de SAP son precisamente aquellas que han estado sometidas a más presiones últimamente, con las cadenas de suministro a la cabeza.
Es una narrativa de aguante – de resiliencia, se dice ahora – que vale para SAP, para las empresas y para el propio Klein, que tiene que afianzarse en un puesto que no esperaba ocupar, o al menos no tan pronto.
[informe de David Bollero]