Por múltiples razones, a Qualcomm le ha tocado estar últimamente en el candelero y no es tarea fácil ordenar esas razones. Por un lado, su empeño en la diversificación: intenta valerse de su condición de líder del mercado de procesadores para smartphones para competir en otros campos – el PC, el automóvil, el IoT industrial – todo ello gracias a la inteligencia artificial como ingrediente rompedor. Por otro, su buena posición en el mercado chino podría ser sacudida por los vientos de la geopolítica. Pero el negocio va bien: ha cerrado su año fiscal con un 9% de crecimiento en ingresos y su cuarto trimestre ha sido fantástico (+ 19%), mientras su valor en bolsa duplica el de Intel. Leer más