24/01/2025

Broadcom empieza 2025 tuteando a Nvidia

Broadcom ha ingresado por derecho propio en el selecto club de empresas que valen en bolsa más de un billón de dólares. Mientras la celebridad de Nvidia parece llevarse en exclusiva el crédito de la explosión de la inteligencia artificial, la compañía que dirige el adusto Hock Tan ha desplegado una estrategia paralela, que mira especialmente a la inferencia más que al entrenamiento. Y de ella está obteniendo frutos. Los resultados de la compañía – antes sinagapurense, ahora californiana – se ha ganado a los inversores ávidos de seguir apostando por todo lo que suene a IA pero, a la vez, con ganas de diversificar con un activo cuya cotización bursátil tiene visiblemente crecimiento por delante.

En España, Broadcom es poco notoria y lo sería menos si no fuera por su adquisición de VMware y la rudeza estratégica de su primera fase como propietaria de la compañía de software que fuera propiedad de Dell. Pero el puntal de  su modelo de negocio es otro bien distinto, el mercado de semiconductores en un momento propicio. Las GPU (Graphic Processing Unit) de Nvidia, así como las de AMD que van ganando terreno, son de propósito general y están muy enfocadas al entrenamiento de los grandes modelos de lenguaje (LLM, por su sigla en inglés). Por su parte, Broadcom desarrolla aceleradores específicos para IA, a los que denomina XPU [aquí la X no tiene una traducción concreto, salvo como signo matemático de variable]. En esta línea, la compañía ha fichado un equipo de expertos procedentes de los equipos de ingeniería de Google.

El planteamiento tiene lógica: hoy por hoy, los grandes consumidores de este tipo de semiconductores son los hyperscalers, que están apostando por el desarrollo de sus chips propios. Cubierta la parcela del entrenamiento, esta clientela mira a las XPU personalizadas como solución para optimizar sus procesos de inferencia. Esta es- se rumorea – la fórmula que emplean Google, Meta y ByteDance como presuntos clientes de Broadcom, al mismo tiempo que esta ha llegado a acuerdos con OpenAI y Apple, en paralelo a los que Microsoft y Amazon tienen firmados con Marvell. Tanto Broadcom como Marvell (un competidor menor pero respetado) tienen experiencia en la fabricación a través de TSMC. De hecho, la mediación de Broadcom habría sido clave para que OpenAI se asegurase un hueco en los planes de TSMC para el primer chip que está diseñando con vistas a lanzarlo en 2026.

Sobre el papel, la gran ventaja de las XPU de Broadcom sobre las GPU de Nvidia residiría en que las primeras son de tipo ASIC (Application Specific Integrated Circuit), en este caso diseñadas con propósito de inferencia, pero que cumplen la tarea con mayor eficiencia: más velocidad a menos coste. Dicho de otro modo, el chip Sohu, así lo ha bautizado Broadcom, supera teóricamente al buque insignia de Blackwell en esa tarea.

La táctica de Broadcom implica no sacar al mercado chips listos para usar, sino trabajar directamente con sus clientes para crear soluciones específicas. En cierto modo, se trata de un fenómeno muy parecido al que se viera hace años en la minería de criptomonedas, cuando se pasó de las GPU a ASIC especializados. Broadcom habría iniciado la producción de sus XPU el año pasado con uno de sus clientes mencionados, pero promete hacerlo con otros dos en 2025 y 2026. Cuáles y en qué orden es secreto sumarial.

En 2022, los semiconductores generando a Broadcom ingresos de casi 1.900 millones de dólares en el capítulo IA, que al año siguiente prácticamente se duplicaron: 3.800 millones. La tendencia era buena, pero se hizo espectacular en 2024, saltando hasta 8.200 millones sólo en el cuarto trimestre y llegando a representar el 59% de los ingresos totales con un crecimiento del 12%.

Si se toma como referencia el SAM (Service Addressable Market) para chips de redes y computación con IA que Tan ha calculado como facturación a sus tres grandes clientes – entre 15.000 y 20.000 millones – la compañía habría cubierto entre un 60% y 80% de su objetivo. Son datos que se endulzan  con el optimismo a que autorizan las previsiones dee l CEO. Según este, para 2027 los tres clientes  de marras construirán clusteres XPU con una horquilla de entre 500.000 y 1.000.000 de motores de cómputo (sin contar CPU o DPU) que generarían conjuntamente un SAM de entre 60.000 y  90.000 millones de dólares. A los accionistas esto les suena muy bien, obviando el no menor problema de que esa demanda supondría aumentar un 33% los requisitos de capacidad de producción que, como se ha dicho, dependen de la taiwanesa TSMC y puede que se fabriquen en su nueva planta de Arizona.

A estas previsiones, ya muy optimistas, habría que sumar las ventas potenciales que espera Broadcom para cuando prosperen los planes de OpenAI – otro rumor en danza– se distancie de Microsoft. De momento, en el primer trimestre de 2025, la proyección inicial sitúa las ventas totales de semiconductores en 8.100 millones de dólares (+10%)  a las que la IA contribuiría con 3.800 millones (+65%).

Al novedoso enfoque que traen las XPU, se suma la experiencia de Broadcom en redes, que se plasma en su línea Tomahawk y en el chip Jericho3-AI, capaz de conectar hasta 32.000 GPU y plantar cara a la alternativa Infiniband de Nvidia sino también a la opción Specrtrum-X. Es cierto que el debate sobre la disyuntiva Infiniband-Ethernet está muy abierto, pero Broadcom presta oídos a informes que se decantan por su elección estratégica.

Con estos números, no sorprende el fervor en la bolsa. Las tres cotizadas citadas en esta crónica – Broadcom, Nvidia y TSMC – superan el billón de dólares de capitalización. Los empleados de la primera se apartan por momentos de la discreción para declararse subcampeones de la IA y con aspiraciones a disputar la corona a Nvidia. A saber.

En algo exageran: los buenos datos de rendimiento de las XPU aún son insuficientes para abandonar las GPU de Nvidia, más versátiles y con reputación de estándar, por no mencionar un amplio ecosistema y una CUDA (Compute Unified Device Architecture) bien asentada en el mercado. Este punto es bien interesante, dado que la IA no sólo se levanta sobre cimientos de hardware sino también sobre software, capítulo  en el que Nvidia dispone de una arquitectura completa.

Puestos a comparar, desde que alcanzó su cénit en noviembre, la acción de Nvidia se ha resentido un poco – en parte por las ventas de empleados veteranos enriquecidos por la valoración de los títulos con los que fueron premiados en años anteriores – pero sus resultados son sólidos – crecimiento del 94% – aunque es poco creíble que Nvidia se vaya a quedar quieta ante el avance de las XPU de Broadcom. Con toda  seguridad, 2025 será un año intenso en este frente tecnológico.

[informe de David Bollero]


Contacto Suscríbete RSS


Sobre el autor. Copyright © 2025 El dominio norbertogallego.com es propiedad y está administrado por Diandro SL. B85905537. Creative Commons