11/06/2012

A Larry le va la marcha

Acaba de perder un juicio contra Google que creía haber ganado, y ya está Oracle otra vez en los tribunales de California, en esta ocasión frente a HP en un caso que confirma la presunción de que esta industria le ha tomado gusto a la costumbre de instrumentalizar la justicia para que resuelva sus cuitas competitivas. Durante décadas, Oracle y HP mantuvieron relaciones armónicas de colaboración: el software de la primera y el hardware de la segunda se compaginaban (incluso cooperaron en el diseño de la primera máquina Exadata, en 2008), en una alianza de facto contra IBM. Las cosas se torcieron cuando Oracle compró Sun, convirtiéndose en competidor directo de los servidores de HP.

Larry Ellison

Larry Ellison

Tiempo después, los clientes de Oracle que usaban su software sobre servidores Unix de HP empezaron a recibir avisos de que pronto dejarían de recibir soporte y actualizaciones. La explicación era inquietante: Oracle se había enterado de que la actual generación del procesador Itanium, que equipa la plataforma Integrity de HP, sería la última, en virtud de la decisión de Intel de abandonar su desarrollo y concentrar sus esfuerzos en la arquitectura x86. Tanto Intel como HP lo desmintieron, y al alimón acusaron a Oracle de difundir informaciones falsas, pero la semilla había germinado.

No se sabe si el desencuentro hubiera ido más lejos de no haber sido por el despido de Mark Hurd, a la sazón CEO de HP y amigo personal de Larry Ellison, fundador de Oracle. Una diferencia estratégica se transformó así en una obsesión personal para Ellison. Un mes después, Oracle fichaba a Hurd como copresidente, motivo por el que su anterior empresa optó por demandarle – junto a su nuevo empleador – ante el riesgo de transmisión de información confidencial que conocía en razón de su cargo. Como a ninguna de las partes le convenía ventilar trapos sucios en los tribunales, llegaron a un acuerdo desde entonces conocido como Hurd Agreement, por el que HP retiraba la demanda, Hurd renunciaba a 30 millones de dólares de su finiquito, y Oracle se comprometía a seguir dando soporte a los productos de HP. Esto es lo que ha declarado en el juicio Anne Livermore, a la sazón vicepresidenta de HP, que negoció el acuerdo.

El valor de esta cláusula es clave en el juicio que se ha abierto la semana pasada. Según HP, es una extensión formal del anterior contrato entre las dos compañías; según Oracle “nunca hemos aceptado que un acuerdo relativo al empleo de Mark Hurd pudiera obligarnos a escribir nuevo software para una plataforma que ha entrado en su etapa terminal”. Por otro lado, Oracle sostiene que HP actuó de mala fe al esconder que, para reemplazar a Hurd, iba a contratar nada menos que a Leo Apotheker, uno de sus muchos enemigos [todavía colea un litigio con SAP de los tiempos en los que Apotheker dirigía la compañía alemana]

En la primera fase del proceso, el tribunal rechazó la pretensión de Oracle de que se reconociera como fraude la ocultación por parte de HP e Intel de que el chip Itanium no tenía futuro más allá de 2014; en la vista preceptiva de conciliación, Oracle rechazó toda posibilidad de llegar a un acuerdo. Por esto, en la fase actual, el juez James Kleinberg tiene que fijar su posición: si la reclamación de HP tiene fundamento, o si – como sostiene Oracle – su decisión de no soportar los sistemas basados en Itanium es simplemente un avatar del mercado. HP reclama una indemnización de 4.000 millones de dólares, pero esta cuestión sólo será discutida por el jurado una vez que el juez haya decidido sobre la vigencia del contrato entre las partes.

El enredo es en sí mismo una lección de historia. Itanium fue desarrollado en común por HP e Intel en los años 90. Por entonces, parecía una gran idea: HP se ahorraba muchos millones en el diseño de un chip propio, e Intel contaba con un procesador de altas prestaciones, capaz de competir con el UltraSPARC de Sun y el Power de IBM. El momento culminante para Itanium llegó con la formación de ISA (Itanium Solution Alliance), con miembros tan destacados como Fujitsu, Unisys, NEC, Hitachi y Microsoft … además de HP y Oracle. Fue un espejismo: el único fabricante que sigue fiel a Itanium es HP.

Documentos aportados por Oracle al tribunal revelan que desde 2008 HP ha subvencionado a Intel para que siguiera desarrollando Itanium, una práctica que aquella presenta como escandalosa, aunque sea habitual en la industria. Intel ha declarado que “nuestro desarrollo sobre Itanium sigue vivo, y estamos comprometidos a presentar en su momento una nueva hoja de ruta como garantía intergeneracional para los usuarios de HP-UX y otros sistemas operativos”. El tribunal ha dado la razón a Intel en el sentido de que no tiene por qué presentar la documentación sobre sus planes con respecto a Itanium, puesto que Oracle es ahora su competidor desde la compra de Sun.

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La incertidumbre sobre el futuro de Itanium ha dañado seriamente a HP. La directora financiera de la compañía, Cathie Lesjak, ha subrayado públicamente que los ingresos de la división BCS (Business Critical Systems) han caído debido al declive de las ventas de la plataforma basada en Itanium [desde que Oracle inició su campaña] por las dificultades de cerrar contratos”. Las cifras publicadas por Gartner confirman la aseveración: la caída ha sido del 40% desde finales de 2010.

Según un informe publicado por el diario californiano San Jose Mercury, las ventas de HP han mermado en 500 millones de dólares por este motivo, y si Oracle ganara – y, por tanto, mantuviera su boicot a Itanium – la bajada sería de 4.000 millones de dólares en los próximos años.

Como es imaginable, HP sostiene que la actitud de Oracle responde a la intención de arrebatarle una parte de su base de clientes, presionándolos con el riesgo de perder el soporte de sus bases de datos y middleware en sistemas que para ellos son críticos. Por eso resulta curioso constatar que también las ventas de sistemas Unix de Oracle decaen. En una entrevista publicada el otro día por el Wall Street Journal, decía Meg Whitman, CEO de HP: “la razón por la que hemos llegado a este punto es que muchos clientes que usan su software sobre nuestros sistemas no están dispuestos a abandonar la plataforma HP-UX para cambiarla por la de Oracle”.

Cualquiera sea el desenlace del litigio – el juez Kleinberg lo ha comparado a un divorcio, y ha invitado a las partes a “actuar con responsabilidad” – HP tiene que acelerar su proyecto Odyssey, anunciado en noviembre del año pasado. Entre otros objetivos, pretende “redefinir el futuro de la computación de misión crítica con una hoja de ruta que unifica las arquitecturas Unix y x86”. Aunque oficialmente la compañía asegura que su estrategia sigue centrada en los sistemas Integrity (Itanium) en “entornos más flexibles”, las palabras de Meg Whitman no dejan lugar a dudas sobre el protagonismo que tendrán los procesadores Xeon en ese viaje.


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