Era obvio que Charles Chuck Robbins formaría su propio equipo al poco de suceder a John Chambers como CEO de Cisco. Así lo hizo en varias tandas, y el proceso en cascada aún no ha acabado, como consecuencia de los huecos que se han ido produciendo en el organigrama de la compañía. No era obvio, sino más bien inesperado, que Robbins prescindiera prematuramente de uno de sus fichajes estrella, alguien al que él mismo fue a buscar. Emparentado con el anuncio de otro recorte de plantilla, he visto pasar el nombre de Zorawar Biri Singh, designado CTO por Robbins en julio de 2015.
Biri Singh llegó al cargo con un CV singular: se dio a conocer en 2008, cuando vendió su startup Encentuate a IBM, que le encargó el diseño de una estrategia cloud. Cumplidos los dos años pactados, pasó a HP, como senior VP and Cloud general manager, pero esta vez no duró dos años: se incorporó como partner del fondo de inversión de su compatriota Vinod Khosla. Diez meses después, aceptó la oferta de Cisco… y así hasta octubre. En su perfil de LinkedIn se identifica como advisor.
¿Por qué me intereso en el personaje, pudiendo ocuparme de esas apasionantes aplicaciones para móviles que se desarrollan en España? Porque consta en mi archivo que cuando Robbins fichó a Biri Singh, le encargó ejercer un «liderazgo de pensamiento» que incluía formular una hoja de ruta de plataformas y arquitecturas e influir con sus ideas en la política de inversiones a corto plazo.
Parecía un buen portavoz – pueden verlo en YouTube – aunque a veces daba la impresión de ir a su aire, algo que un periodista siempre agradece. En una rueda de prensa en Berlín, el hombre sembró una cantidad de ideas con fondo teórico. Por ejemplo esta, que tengo grabada: «vivimos el encuentro de dos tendencias que van a definir la próxima generación del datacenter. Una es la nueva arquitectura de aplicaciones de Internet, en la que los microservicios, ejecutados en contenedores sobre una infraestructura cloud, mejorarán enormemente el uso del hardware y acelerarán los desarrollos y despliegues. La segunda es la proliferación de funciones analíticas y su cruce con machine learning, que permiten pensar en una auto-optimización de la infraestructura […]». Su leit motiv – eso creo entender – era la orquestación, que daría por resultado el acople – en el sentido de trabajar en común de las tecnologías UCS y ACI: computación, almacenamiento y networking, todo en uno.
Ahora mismo, sólo podemos preguntarnos si esas ideas permearon la estrategia de la compañía o se han quedado varadas ante la exigencia más prosaica del mercado. No tengo noticia de que el puesto de CTO, que en Cisco tiene connotaciones estratégicas, haya sido cubierto por alguien más ortodoxo.
Otro movimiento llamativo en las filas de Cisco ha sido la ruptura del vínculo que Chambers había establecido con un cuarteto de ingenieros, de nombre Mario Mazzola, Prem Jain, Luca Cafiero y Soni Jiandani, colectivo conocido por la sigla MPLS. Alguna vez he contado aquí que funcionaban como una task force o «equipo A», al que Chambers recurría para acortar los plazos de un proyecto de desarrollo tecnológico. La originalidad consistía en que, cuando eran requeridos por el CEO, los cuatro creaban una startup interna, apoyada financieramente por Cisco, que la compraba luego en función de resultados. Mazzola y Cafiero, líderes espirituales del grupo, bautizaron tres empresas sucesivas con nombres italianos: Andiamo, Nuova e Insieme. La primera se ocupó de almacenamiento, la segunda está en el origen de los servidores UCS y la tercera ha sido responsable del desarrollo de ACI.
La verdad es que el extraño papel de MPLS nunca sentó bien dentro de la compañía, y no es difícil entender por qué: Cisco pagó en total 2.300 millones de dólares por las startups creadas por los cuatro ingenieros. El nuevo CEO decidió que ese no era su modelo, y les propuso cambiar su estatus por un contrato de asesoría, oferta que declinaron.
¿Fin de la historia? No tan rápido. La semana pasada se supo que Mazzola y sus socios han creado una startup, ahora fuera de Cisco, y han ofrecido a Microsoft invertir en ella. Se sabe poco al respecto, pero según la versión que me ha llegado el objetivo sería desarrollar un software de networking que se integre con la tecnología de Azure. Mi fuente californiana no ha sabido decirme si en esa iniciativa cuentan con la anuencia de Cisco o, en caso contrario, si se expondrían a un litigio en asunto tan delicado.