Con ocho días de diferencia, los anuncios de Microsoft y Google han trazado una consigna común: se trata de impedir que el monopolio del iPad vaya a más. Pero difieren en los medios para llegar al fin común. Para Microsoft, su tableta Surface como un diseño de referencia, un reto a los fabricantes para que se atrevan a competir con Apple con una experiencia de usuario equivalente o superior a la que ofrece el iPad.
A Microsoft no le contrariaría demasiado si Surface no se vendiera mucho, siempre que sus partners tuvieran con Windows RT el éxito que les ha faltado con Windows 7. Google, en cambio, deja a los fabricantes que compiten como mejor sepan, pero la tableta Nexus 7 tiene otra pretensión: marcar el listón de precio bajo, 199 dólares [ya se verá si equivalen a 160 euros] para permita disputar al iPad la batalla estadística que reduzca en unos cuantos puntos el liderazgo de Apple.
La experiencia de Amazon con su Kindle Fire (una interpretación libre de Android), parece haber inspirado a Google: hay un espacio – el de los 199 dólares – en el que Apple no entrará de ninguna manera, y hay otro, la franja de 500 a 700 dólares, en el que hoy por hoy es imposible batir al líder. Amazon presentará en julio una nueva versión de su tableta, que está a punto de llegar a los mercados europeos. Por lo tanto, se puede decir que el objetivo inmediato de Google es contrarrestar a Amazon, más que atacar frontalmente a Apple.
De hecho, el mercado de las tabletas está escindido en dos bloques: el iPad por un lado, los low cost por otro. En el primero, Apple obtiene un margen confortable, mientras el segundo puede ser económicamente ruinoso. A menos que – como es el caso de Amazon – la rentabilidad se obtenga por la venta o alquiler de contenidos. En cuanto a la rentabilidad de Nexus 7, puede que no preocupe mucho a Google, si consigue evitar que su rival se le escape. Dentro del campo Android, la misión de atacar a Apple en su terreno quedaría reservada a Samsung, único fabricante que tiene recursos para plantarle cara. Curiosamente, hace tiempo que prepara su alternativa con el máximo sigilo.