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  26/03/2015

26Mar

Tirar del hilo de una noticia suele traer otras noticias, que se explican recíprocamente. Microsoft y Samsung han puesto fin a las hostilidades abiertas cuando la primera acusó a la segunda de resistirse a pagar el canon debido por las patentes de Microsoft que cubren componentes de Android. Pocos meses después, han firmado un pacto por el que el software de una se integrará en los dispositivos de la otra. Es una paradoja, que vale para sugerir que cada compañía tiene un plan B.

El de Microsoft se puede resumir así: ya que los consumidores no corren a comprar dispositivos con Windows Phone, ¿por qué no colocar nuestro software y nuestros servicios en las plataformas ajenas, sean de Apple o de Google? El de Samsung, aunque oficialmente lo niegue, consiste en tomar distancias con respecto a Android, y para ello no vacila en echar un cable al mayor enemigo de Google.

La primera manifestación fue el anuncio, en el Mobile World Congress, de que el Galaxy S6 incluirá software de Microsoft (OneNote, OneDrive y Skype) preinstalado y que Knox Workspace – contenedor de servicios para empresas en los dispositivos de Samsung – incluirá Office 365. Recuérdese que el año pasado Samsung y Google prometieron que la tecnología Knox correría en una versión de Android para el mercado empresarial; pasados los meses, esa versión – Android for Work – se ha anunciado sin rastros de Knox, que sin embargo abre la puerta a Office.

Una desagradable sorpresa para Google. Su modelo de negocio es ingenioso: entregar gratuitamente Android a los fabricantes, para luego ´monetizarlo` con sus propios servicios: el buscador, naturalmente, pero también su suite Google Apps.

La última noticia – por ahora – es que las tabletas (Android) de Samsung van a incorporar preinstaladas las aplicaciones básicas de Office 365. No se ha informado por cuánto tiempo, pero Chris Capossela, director de marketing de Microsoft, ha desvelado en una entrevista con Mary Jo Foley que la estrategia – la adopción del modelo freemium – consiste en captar la buena voluntad de los usuarios de otros sistemas operativos «dándoles un cierto nivel de servicio que les induzca a pagar posteriormente, una vez que los han probado». La idea subyacente es que Word, Excel y otras aplicaciones de Office, añaden valor intrínseco al dispositivo y ayudan a engrosar la base de usuarios de Microsoft, detrayéndola de los de Google Apps.

En la práctica, Samsung avisa que los usuarios podrán desactivar Office si no quieren conservarlo, pero también podrán desactivar las aplicaciones de Android que no les interesen. De hecho, pueden desactivar el buscador de Google. Para que no se malinterprete (sic) este paso, la marca coreana ha explicado que sólo trata de dar respuesta a los usuarios quejosos por no poder eliminar aplicaciones que vienen integradas por defecto y que para ellos son innecesarias.

Tirando del hilo, hay más. Microsoft ha anunciado que las bases del acuerdo con Samsung se extenderán a otros diez OEM para integrar su «servicio de productividad móvil para consumidores y usuarios profesionales» en productos con el sistema operativo Android. La lista incluye en primer lugar a Dell [aparentemente sólo para el mercado de Estados Unidos] y otros 9 en Europa, Asia y África. Entre ellos está la compañía portuguesa JP Sa Couto, pero también el fabricante por cuenta ajena Pegatron.

Es posible que sea más fácil negociar con estas marcas que con otras globales como Lenovo, para las que Android es un recurso secundario, y si los resultados fueran satisfactorios en esos mercados, el procedimiento podría extenderse. Es lo que sugiere la cadena de acontecimientos: el año pasado, Microsoft lanzó aplicaciones de edición de documentos bajo iOS y Android, antes disponibles sólo para suscriptores de Office 365. En enero, reveló que acumulaba 80 millones de descargas. O sea: es una estrategia, no una campaña transitoria.

Microsoft no renuncia, ni mucho menos, a vender sus Lumia y sus Surface, pero colocar su software en los dispositivos del líder del mercado, también es un negocio. Mary Jo ha dado en el clavo en su blog: «si alguien tenía dudas de que Microsoft pasaría de ser una compañía de «dispositivos y servicios» [legado de Steve Ballmer] a serlo de «productividad y plataformas» [lema de Satya Nadella], aquí tiene una prueba concluyente».


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