No había buen rollo entre los analistas tras los flojos resultados en cadena de las empresas especializadas en networking [Brocade, Riverbed, Aruba, Rukus, e incluso Juniper]. Tal vez por esto se quedaron cortos en sus previsiones sobre el tercer trimestre de Cisco. Su error consistió en que Cisco no juega exclusivamente en esa liga, que representa el 47% de su negocio. El trimestre febrero-abril lo ha cerrado con un elocuente incremento del 5,4% en los ingresos (12.200 millones de dólares) y un excepcional aumento del 14,5% del beneficio neto. Y los inversores, que se habían dejado guiar por los analistas, lo han celebrado elevando la acción a su precio más alto desde octubre del 2010.
John Chambers, el incombustible CEO de la compañía, atribuyó la buena marcha de Cisco a «los primeros síntomas de que la economía mundial está reaccionando». No es la primera vez que lo dice, ni la primera que se equivoca. Es cierto que la economía norteamericana mejora, y que en Estados Unidos recoge el 58% de sus ingresos (el aumento trimestral fue del 7%), pero no lo es menos que Europa sigue en crecimiento plano, por mucho que Chambers ya la vea despegando. Los mercados asiáticos, el chino en particular, muestran una inquietante parsimonia.
La clave está en la diversificación que Cisco emprendió hace tiempo, en una carrera frenética de adquisiciones. En el tercer trimestre dio un extraño giro: compró una empresa israelí y dos austríacas, pero aun así su liquidez sigue subiendo fuera de Estados Unidos. Las áreas de mayor crecimiento de Cisco han sido las que se apartan de su tradición: cloud aumentó un 77% y wireless un 27%.
Cisco se distancia de sus competidores tradicionales con nuevas apuestas. Si las compras de Meraki (mobilidad) y NDS (servicio de vídeo) responden a lo esperado, los frutos empezarán a verse el próximo año fiscal. Un área que está siendo observada con atención es SDN (software-defined networking), en la que Cisco ha pasado de una actitud defensiva inicial a plantearse que el liderazgo es posible. Con este refuerzo, más el éxito de sus servidores, se aseguraría una posición competitiva en el mercado de los datacenter y el cloud. El punto flaco que revelan las cifras del tercer trimestre – y no por primera vez – es su oferta de seguridad end-to-end. A nadie extrañaría que hiciera una adquisición en los próximos meses.