El comentario podría empezar por el clásico “¿sabías que…? Microsoft cuenta con un plantel de especialistas en open source, entre ellos el veterano Jean Paoli, que durante años ha desempeñado un extraño papel dentro de una compañía genéticamente hostil a ese movimiento. Pues bien, Microsoft acaba de crear una subsidiaria – Microsoft Open Technologies – con el objetivo de hacer avanzar los trabajos internos sobre software abierto y de lubricar las relaciones con una comunidad de desarrolladores poco proclive a tener tratos con la compañía de Windows. Al frente de esa estructura estará Paoli.
Los escépticos evocarán las diatribas de Ballmer contra Linux, pero eso es agua pasada; lo que ahora mueve molino es la urgencia de acelerar la presencia de Microsoft en dos tendencias que agitan la industria: big data y cloud computing. Y en ambas – de ellas se ha ocupado este blog, sin ir más lejos el pasado viernes – el protagonismo está de parte del movimiento open source. Abundan los ejemplos: OpenStack y Hadoop, pero también CloudStack (Citrix) y CloudFoundry (VMware), por no citar otros. La mayor parte del software comercial actual tiene elementos open source; tarde o temprano Microsoft tenía que reconocerlo, si aspira a mantener su influencia entre los programadores. Sin ellos, por ejemplo, no conseguiría arropar Azure con herramientas de desarrollo.
Paoli lo ha dicho con claridad: “Hay muchas diferencias entre el proceso de desarrollar software ´propietario´ y hacerlo a través de la comunidad open source. En algunos casos, es importante mantener ambos separados, y en otros hay espacio para la interacción […] Vivimos en un mundo mixto, y tenemos que tender un puente entre las tecnologías Microsoft y las que no son de Microsoft. Esto es lo que los clientes esperan de nosotros”. Cosas veredes, amigo Steve, que farán fablar las piedras [la cita es apócrifa].