Android subvenciona a Windows Phone. Como suena. Es una de las tantas paradojas sorprendentes de este mundillo: Microsoft recauda más dinero por el canon que cobra a los fabricantes adheridos al sistema operativo de Google que por las ventas del suyo propio. Unos 2.000 millones de dólares anuales, según ha calculado un analista de Nomura Research. El cálculo puede ser exagerado, porque en las cuentas de Microsoft el segmento Device & Consumer Licensing, en el que se incluye el canon, registró en el trimestre cerrado en setiembre ingresos totales de 4.343 millones de dólares.
Exagerada o no la cifra, en ausencia de datos oficiales se estima que el canon oscila entre 5 y 10 dólares por dispositivo Android vendido, según la negociación con cada uno. De lo que se deduce que el mayor pagano es Samsung, que sólo en el pasado trimestre vendió 88 millones (no todos Android, sin embargo).
No menos sorprendente es el hecho de que Google no ha considerado que le corresponda intervenir en defensa de Android, actitud con lo que ha evitado enfrentrarse a Microsoft en los tribunales, pero ha dejado que cada fabricante se las arregle como pueda: pagar o litigar son las opciones, y la mayoría ha elegido la primera. Con una notable excepción, Motorola, propiedad de Google, que se resiste.
Según leo en el blog de Florian Müller, especialista en patentes y consultor de la industria en esta materia, un tribunal alemán ha dado la razón a Motorola en su reclamación de invalidación de una patente de la que es titular Microsoft, y que cubre el sistema FAT (File Allocation Table). El juez del caso ha determinado que esa patente no responde al “criterio de tecnicidad” que exige la convención europea, y en consecuencia declara su nulidad.
La sentencia de primera instancia puede ser apelada, y es exactamente lo que hará Microsoft. Müller señala que los antecedentes apuntan a que la corte suprema alemana revierta la sentencia, pero aun ese caso no deja de ser un atisbo de brecha en el articulado mecanismo jurídico montado por los abogados de Redmond. Y 2.000 millones no son calderilla.