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  10/10/2017

10Oct

Aprovechando el Channels Forum que anualmente organiza Canalys, este año en Venecia y no en Barcelona, HP Inc. ha hecho un anuncio que no por esperado pierde dramatismo: suspende definitivamente las ventas de su dispositivo Elite X3 y se compromete a dar soporte al parque instalado hasta finales de 2019. Al mismo tiempo, responsabiliza por ello al cambio de estrategia de Microsoft que – para decirlo toscamente – la ha dejado «colgada de la brocha». El X3, presentado en febrero de 2016, fue un salto sin red que HP se atrevió a dar para acompañar a Microsoft en una estrategia que esta no se tomaba en serio: una variante de Windows 10 que debía llamarse Continuum, y que debería tender un puente entre smartphones, tabletas y portátiles.

Hace varios meses, HP abandonó la fantasía de bifurcar el hardware X3 lanzando un segundo modelo bajo Android al tiempo que esperaba una decisión final de Microsoft sobre Windows 10 Mobile. Comprendió que la imaginaria Universal Windows Platform nunca vería la luz, entre otras cosas porque no despertaba el menor interés en los desarrolladores de software. Dion Weisler, CEO de la compañía, está disfrutando el liderazgo de HP en el mercado de PC y, además, obtiene resultados que gustan a la bolsa; ¿por qué dejarse atrapar por un socio que no es de fiar?

Nick Lazaridis, CEO de HP Inc. en la región EMEA, no lo dijo así. «Microsoft – fingió justificar –  como cualquier otra compañía, que tiene el derecho de cambiar su estrategia y de poner menos el foco en aquello que antes pensaba sería su foco en la actualidad».

En su libro Hit Refresh, que acaba de ponerse a la venta, Satya Nadella, CEO de Microsoft desde 2014, desvela que discrepó de Steve Ballmer cuando este decidió pagar 7.600 millones de dólares para comprar la división de móviles de Nokia. Una vez al mando, Nadella procedió a amortizar en libros el valor de aquella adquisición [y a recuperar 1.800 millones de créditos fiscales], despidió a prácticamente todo el personal incorporado y canceló la producción de los smartphones Lumia.

Es cuestión de tiempo que Microsoft decrete la defunción de la versión móvil de Windows 10. En la práctica, Nadella reconoce el dominio absoluto del duopolio Android-IoS, que esteriliza cualquier esfuerzo de competir contra ellos. Por el contrario, el éxito de Microsoft dependerá de su capacidad de seducir a los usuarios de dispositivos Android-IoS (y Mac) para suscribirse a Office 365 y OneDrive o que alojen sus aplicaciones móviles de empresa en la nube de Azure.

En otras palabras, no necesita su propio sistema operativo para móviles, ni su tienda de aplicaciones móviles ni, por consiguiente, su propia marca de móviles. Puede descartarse definitivamente que entre sus planes se encuentre un smartphone Surface. En perspectiva, los resultados nos dirán si – como intuyen algunos analistas – Microsoft será gradualmente menos dependiente del ´ecosistema` Windows y más de la estrategia cloud first que aplica Nadella.


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