El anuncio, ayer, de un acuerdo por el cual Microsoft adquiere a AOL un paquete de 800 patentes y la licencia no exclusiva de otras 300, por las que pagará 1.056 millones de dólares, confirma la fiebre de la industria por dotarse de estos activos como forma aguda de competencia. El año pasado, un consorcio – del que Microsoft forma parte junto con Apple – compró 6.000 patentes subastadas por la quiebra de Nortel. Días atrás, IBM vendió a Facebook las licencias sobre 750 patentes que el comprador espera usar en su defensa contra la demanda que le ha puesto Yahoo! por infracción de propiedad intelectual. Un analista de Jefferies calcula que RIM, el fabricante de BlackBerry, podría conseguir fácilmente un acuerdo para ceder el uso de una cartera cuyo valor estiman entre un mínimo de 1.000 millones y un máximo de 2.500 millones. Y, por supuesto, está en el aire el destino de los activos de Kodak, cuyo valor se estima en unos 2.600 millones.
Son cifras de vértigo. En el archivo de este blog se pueden encontrar antecedentes de una tendencia cuyos protagonistas más notorios son Apple, Samsung y Motorola (con Google en la trastienda). Es una carrera desenfrenada entre los gigantes de las TI para protegerse a sí mismos contra amenazas legales, o para tener munición contra sus competidores. No todos consiguen rentabilizar el capital intelectual, sin embargo: InterDigital (cuyo rol es precisamente el de coleccionista de patentes) ha tenido que renunciar a la subasta de su cartera de patentes porque no podría conseguir el precio esperado; en cambio, la está ofreciendo por piezas.