15/09/2020

Una nueva NetApp, despacito y con buena letra

NetApp sigue un calendario extraño: su año fiscal 2020 se cerró el 24 de abril. Al anunciar los resultados [12% menos en ingresos], el CEO George Kurian anticipó sus prioridades para el nuevo curso. Por un lado, recuperar el crecimiento apoyándose en el software y, por otro, incrementar el negocio de servicios cloud. El rumbo parece bien trazado, a juzgar por las cifras del primer trimestre del año fiscal 2021. El crecimiento del 5,4% de los ingresos indica que la compañía está aprovechando el salto de las empresas hacia la nube hibrida. La mala noticia de turno es que NetApp va a prescindir del 5,5% de su plantilla, despidos que afectarán básicamente al equipo procedente de SolidFire.

George Kurian

Esta semana Kurian dará la cara en un Financial Analyst Day y se espera que exponga su estrategia con más detalle y actualidad. Desde ya se puede decir que la transformación que el CEO ha impreso a la compañía está siendo profunda. Así lo pone de manifiesto una disección elemental de los resultados trimestrales. En los 1.303 millones de dólares de facturación y en el beneficio neto de 77 millones, se confirma el retroceso del negocio de hardware, reducido a 316 millones por la caída en las ventas de sistemas de disco. Adicionalmente, la alianza con Cisco para comercializar en común la infraestructura convergente FlexPod no pasa por su mejor momento.

Por el contrario, los ingresos procedentes de la tecnología all-flash se han disparado un 34%, hasta los 567 millones de dólares, que pueden verse como el contrapeso de la pérdida de importancia de los discos. Al fin de cuentas, como ha explicado el propio Kurian, un 25% de la base instalada ya se ha pasado a flash; esto quiere decir que la conversión de los clientes no ha sido precisamente vertiginosa, puesto que en el trimestre anterior era del 24% y hace un año del 22%.

Presume el CEO de haber arrebatado proyectos de datacenter a su viejo adversario, Dell EMC, gracias a la superioridad de su tecnología all-flash. Los nuevos productos de almacenamiento de Dell EMC, en particular la línea PowerStore, no han sido recibidos por el mercado como esperaba la empresa tejana; de esa debilidad se habría beneficiado NetApp. Siempre a tenor del discurso de esta.

Un punto en el que merece la pena detenerse. Porque el grueso de la artillería all-flash de NetApp procede de la adquisición de SolidFire en 2015 y, sin embargo, es donde más daño hará el recorte de plantilla anunciado, unas 700 personas. Cinco años después de aquella compra que resultaría decisiva, la digestión tecnológica parece haber sido más llevadera que la orgánica: todo indica que las redundancias están lastrando el ritmo de crecimiento. De este modo, también podría perder peso la actividad HCI, su infraestructura hiperconvergente on-premise para nubes híbridas.

El componente expansivo del plan pasaría por consagrar más recursos a los segmentos de mayor margen, primando las inversiones en los entornos Kubernetes. NetApp HCI se alinearía así con el Project Astra, su plataforma de gestión de datos y aplicaciones.

No será la única área en la que Kurian levantará el pie del acelerador. Está previsto rebajar el esfuerzo en MAS Data (Memory Accelerated Data) que vincula las unidades Optane del servidor host con las matrices ONTAP. Según directivos de la compañía, esta tecnología es tan avanzada que va muy por delante del mercado, de manera que mientras este la acoge, NetApp explora otras vías de ingresos. Entre ellas, en primer lugar, la que aflora a cada instante, la nube.

Entonces bien, ¿de dónde procede el grueso de los ingresos de NetApp en esta fase de transición? Del software, en el que ONTAP sigue siendo la estrella; si se le suma el mantenimiento, viene a representar el 71% de la facturación trimestral, con un margen bruto del 83,4%.

En cuanto a la otra gran apuesta de la compañía, el negocio cloud, Kurian es optimista, convencido de que tanto los proveedores de servicio como la clientela están apostando por la propuesta de NetApp. En el caso de los segundos, movidos por la consabida transformación digital. Así las cosas, la nube pública ha supuesto un crecimiento interanual del 192%. No se puede soslayar que en parte se origina en adquisiciones recientes, como en los casos de Spot, CloudJumper (proveedor de escritorio virtual) y Talón Storage (almacenamiento definido por software).

Conviene detenerse en Spot, compañía especializada en la optimización de costes en la nube pública. En esencia, su tecnología ha llamado la atención de NetApp porque permite identificar el patrón de comportamiento de cualquier aplicación y encontrar el mejor entorno para ejecutarla de la manera más rentable. Y esto, Spot puede hacerlo tanto con las aplicaciones tradicionales como con las nativas de la nube. Según la explicación de Kurian, con independencia de la versión de Kubernetes que use el cliente o de quién sea su proveedor cloud, facilita un ahorro de hasta el 70% de la factura.

La mera explicación de las bonanzas de Spot da una idea del cambio de perspectiva que está viviendo NetApp, ahora capaz de tener como aliados a los tres grandes hyperscalers (AWS, Azure, Google Cloud). Fruto de ellas y al contar con equipos de venta dedicados, el negocio de cloud data crece; no tanto para sustituir las cargas de trabajo locales por la migración cuanto por la urgencia de contar con planes de contingencia y continuidad.

Kurian vende la idea de que ninguna compañía consigue ayudar mejor y más rápido a las empresas que se mueven hacia la nube híbrida. La protección contra desastres, combinando la tecnología all-flash en entornos locales con copias en la nube, le ha permitido ganar nuevas referencias y aumentar el volumen de negocio en las existentes. El CEO sostiene que más o menos la mitad de los nuevos clientes de NetApp en el último trimestre los debe a esta estrategia en la nube.

Por otro lado, aunque es pronto para valorar las consecuencias que tendrá la crisis sanitaria, NetApp está jugando la baza de Keystone, que lanzó hace casi un año en un puñado de clientes selectos. Gracias a esta tecnología, las empresas disfrutan de la flexibilidad requerida por su almacenamiento, pudiendo migrar según demanda sus capacidades, independientemente del modelo de consumo, algo que puede ser de utilidad para el cumplimiento normativo.

Las perspectivas de ingresos para el trimestre en curso son conservadoras: contemplan una caída para moverse en la horquilla de 1.225 a 1.375 millones de dólares. Kurian se dice consciente de que la pandemia empapa de incertidumbre el mercado, que sus clientes no son temerarios pese a que el salto a la nube híbrida no tiene marcha atrás.

A todo lo anterior hay que añadir que NetApp tiene un balance saneado, con una tesorería de más de 3.700 millones de dólares. En algún momento podría plantearse alguna compra estratégica, pregunta que sin duda se hará en la conferencia con analistas de mañana y a la que Kurian respondería con su habitual cautela. De producirse, una operación no sería voluminosa pero  bastaría como declaración de intenciones en la actual coyuntura.

[informe de David Bollero]


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