La oferta de compra lanzada por Cisco sobre la noruega Tandberg parece a punto de triunfar, no sin antes haber tenido que endulzarla elevando el precio un 13%, de 3.000 a 3.400 millones de dólares. La resistencia de una minoría de accionistas se ha ablandado, y la empresa californiana ha logrado hacerse con los títulos que le faltaban para sumar el 90% que la legislación del país nórdico marca como umbral de aceptación. Quedaría así despejado el camino para la mayor adquisición que haya hecho Cisco desde que en 2005 pagó 6.900 por Scientific Atlanta. Pero la transacción, que las partes dan por hecha, no estará jurídicamente concluida hasta las primeras semanas de 2010.
La absorción de Tandberg tiene para Cisco el valor que le da el potencial del mercado de videoconferencia, que se estima alcanzará en 2014 una facturación total de 4.500 millones de dólares. Para hacerse con el control de la empresa noruega, ha aceptado pagar un múltiplo de 25 veces sobre los beneficios previstos del año entrante. Las relaciones entre ambas compañías han sido amistosas desde que ambas lanzaron en común un videoteléfono, hace cuatro años.
Las oportunidades de negocio de la videoconferencia se concentran en las soluciones de gama alta, estimuladas por el impacto que la crisis – y las amenazas sobre el transporte aéreo – está teniendo sobre los presupuestos de viajes de las grandes corporaciones. Pero esta modalidad requiere costosas instalaciones de salas ad hoc, lo que significa que el crecimiento del mercado requiere avanzar hacia la interoperabilidad e introducir sistemas de sobremesa de calidad. Estas son dos de las virtudes que Tandberg puede aportar a Cisco.
Como dato accesorio: el nombre de Tandberg puede crear alguna confusión. La compañía noruega es una de las ramas herederas de Tandberg Radiofabrik, compañía de audio nacida en los años 30 que, en las últimas décadas, ha segregado sus actividades de datos y almacenamiento (Tandberg Data) y de televisión (adquirida por Ericsson).
Las ventas de los equipos de Tandberg se han disparado desde 2006, hasta alcanzar en el pasado ejercicio la cifra de 808 millones de dólares, que quintuplica la de Cisco en el mismo segmento de negocio. He aquí otra justificación para la compra. La estrategia de Cisco tiene como eje las arquitecturas de colaboración, con un fuerte énfasis en el vídeo. Los adversarios con los que se encuentra en este mercado son conocidos: HP vende bajo la marca Halo equipos con tecnología de Tandberg; por otra parte, esta tiene acuerdos con Microsoft en el expansivo mercado de las comunicaciones unificadas. El despliegue de fuerzas alienta la conjetura de que no durará mucho la independencia de que goza otro especialista, Polycom.
Esta y otras adquisiciones recientes de Cisco se inscriben en su análisis acerca del crecimiento exponencial del vídeo por Internet; a ello se debió, en marzo de 2007, la compra de WebEx. Y, por cierto, ya que el tráfico de vídeo requiere más ancho de banda, se amplía la demanda de los equipos de red que Cisco suministra a los operadores.
La absorción de Tandberg no cambiará su centro neurálgico, que seguirá instalado en Noruega y en Bélgica. Está previsto que mantengan su puesto los 1.500 empleados y todo el equipo directivo. Su presidente, Fredrik Halvorsen ha sido un aliado de John Chambers durante las negociaciones, y será recompensado con la dirección del Telepresence Technology Group de la empresa combinada.
La operación presenta otro rasgo de cierto interés. De los 35.000 millones de dólares de tesorería de Cisco, la mayor parte se encuentra aparcada fuera de Estados Unidos, y repatriarla tendría un alto coste fiscal. Esto permite suponer que su presidente, John Chambers, está muy atento a las oportunidades que se presenten en el extranjero. En la presentación de resultados del tercer trimestre, comentó Chambers: “en India y China hay diez veces más ingenieros que en Estados Unidos, y muchos han creado nuevas empresas; tenemos que ir allá donde está el talento”.
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El apetito comprador de John Chambers no se ha atenuado por la crisis, sino más bien al contrario: en 2009, Cisco ha comprado siete empresas – dos más que el año anterior – que encajan en sus líneas estratégicas. Empezó en enero con Richards-Zeta Building Intelligence, pequeño especialista en middleware para redes IP; en marzo sorprendió con la decisión de comprar Pure Digital, fabricante de la cámara de vídeo portátil Flip, y a los pocos días añadió a la cesta Tidal Software, proveedor de soluciones para centros de datos. Hasta octubre, Cisco hizo una pausa, tras la cual lanzó tres ofertas, además de Tandberg: la empresa de infraestructura móviles Starent (2.900 millones de dólares) y la de seguridad ScanSafe. La última operación del año ha sido significativa: una empresa de HongKong, que instala plataformas de cable digital en China.