La semana pasada, Intel celebró por primera vez su Technology and Manufacturing Day, en San Francisco, con presencia de prensa y analistas. El evento fue complementario del Investor Day de febrero, tan parco en detalles técnicos. Esta vez, el rasgo dominante fue una exaltación de la vigencia de la llamada ley de Moore, con protagonismo de Stacy Smith. Tras nueve años como CFO de Intel, en octubre pasado fue promovido al rango de vicepresidente ejecutivo a cargo de las operaciones de fabricación y logística globales. Un mes antes, durante el Mobile World Congress, el autor de este blog tuvo la rara oportunidad de entrevistarle en Barcelona.
Conviene resumir los antecedentes. La transformación preconizada por Brian Krzanich empieza por un aviso: la facturación de 2017 será igual a la del año pasado, que ya fue igual a la de los precedentes [si se detrae la aportación de las empresas adquiridas] y, en principio, de los tres próximos años se espera un crecimiento plano o mínimo. Al mismo tiempo, las apuestas más recientes [memorias no volátiles, módems para móviles, internet de las cosas, inteligencia artificial, coche autónomo] están verdes y exigen considerables inversiones en la ampliación de las capacidades industriales de la compañía.
El coste medio de una fábrica de esta complejidad es de unos 7.000 millones de dólares; se cuentan con los dedos de una mano las empresas que pueden permitírsela cuando, además, en pocos años [este es el sentido económico de la ley de Moore] llegará otra generación tecnológica. En palabras de Smith, Intel lleva tres años de adelanto sobre sus competidores, e invierte lo necesario para mantenerlo.
¿Está contento con sus nuevas responsabilidades?
¿Contento? En este momento me considero la persona más feliz dentro de la compañía. Entre unas cosas y otras, sigo involucrado en casi todo lo que hace Intel, por lo que sería muy injusto si no me sintiera satisfecho. Y por otra parte, Bob Swan [el nuevo CFO] está haciendo un trabajo excelente, así que nadie me echa de menos [risas]
Me gustaría conocer su visión de lo que implica para la industria el paso de un proceso de 14 nanómetros al de 10 nm Qué cambios estructurales va a suponer para el mercado y, por supuesto, para Intel […]
Los aspectos industriales hay que verlos en el contexto estratégico. Hemos pasado de ser una compañía que estaba en el corazón de una industria de hardware a ser una compañía que está en el corazón de la nube, sin que esto signifique sacrificar lo conquistado. Por el contrario, el liderazgo de Intel en la fabricación nos da la increíble capacidad de cambiar nuestros procesos de producción; es lo que está pasando ahora mismo con la tecnología de 10 nm. De conformidad con la ley de Moore, vamos a combinar una vez más la bajada de costes con una mejora del rendimiento, y esto se reflejará con el tiempo en todo nuestro catálogo.
¿Es el momento para dar ese paso a los 10 nm? ¿Por qué?
Lo esencial es que sabemos cómo ajustar nuestra tecnología de manera que los procesos de fabricación admitan distintos ´sabores`. En la generación de 14 nm, los productos destinados a ofrecer altos rendimientos fueron los primeros en ver la luz, sin que necesariamente el tamaño fuera nuestra principal preocupación, como lo sería en las versiones siguientes, en las que el coste era un factor sensible, justo el momento en que el bajo consumo pasó a ser fundamental. Esta es una característica del modelo estratégico de Intel: el énfasis va sucesivamente de la performance al coste y a la eficiencia. Tenemos la escala necesaria para poder desarrollar las tecnologías optimizadas en cada etapa.
He leído que la generación de 10 nm debía haber aparecido antes, pero su desarrollo se paralizó por razones de mercado. Cuando sus primeros productos salgan a la luz, habrán pasado más de tres años […]
No es así, el plan nunca se paralizó. Anteriormente, el tránsito de 45 a 32 y luego a 22 nm se hacía en dos años o dos años y medio, era el lapso normal de una generación a la siguiente. Con la de 14 nm, la cadencia se estiró un poco: entre dos años y medio y tres años, y lo mismo va a pasar con la generación de 10 nm, que implica introducir mejoras muy superiores a las normales en términos de densidad. Para llevarlas a escala industrial, ha sido necesario un poco más de tiempo, pero sigue siendo consistente con la estrategia; hemos tenido que dar más pasos, pero sin apartarnos de los fundamentos de la ley de Moore.
Según tengo entendido, durante dos o tres años hubo una contención del capex por razones económicas, inherentes a la situación del mercado pero en 2016 ha remontado. ¿Significa que el mercado requiere reforzar el nivel de inversión?
El capex de este año es consistente con el del año pasado. Considere que hemos dedicado recursos a disponer de capacidad para fabricar en China las memorias 3D XPoint [tecnología desarrollada en común con Micron, a la que Smith no menciona] que son un negocio nuevo para Intel. Por primera vez en décadas hemos construido una fábrica de memorias. A esto se debe, básicamente, el incremento del capex en 2016. Su pregunta me da pìe para insistir en la importancia que asignamos al rendimiento, la densidad y el coste de los chips de memorias, a la par de la que siempre han tenido las CPU.
Durante años, con las generaciones anteriores, Intel estaba prácticamente sola en el mercado, si se exceptúa a AMD. Ahora tiene tres o cuatro competidores que trabajan con procesos de 10 nm ¿Le preocupa?
Hace 10 o 15 años había tal vez una docena de compañías con fábricas propias. AMD, como ha dicho, pero también Texas Instruments, Fujitsu, Sharp, Sony, etcétera. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? Que para mantener la capacidad de esas fábricas a la altura de las exigencias del mercado, había que hacer fuertes inversiones, pero la escala financiera de esas compañías no permitía afrontarlas. En los últimos años, hemos visto que muy pocas invierten en capacidad industrial propia, y mi impresión es que en dentro de cinco años sólo quedarán Intel, Samsung y TSMC. Habrá otros actores de pequeña dimensión, pero realmente sólo esos tres podrán hacer frente a la escala de inversión que requiere controlar tus procesos. Intel y Samsung para sus productos, TSMC para terceros.
Samsung y TSMC dicen haber alcanzado a Intel con sus propios procesos de 10 nm […]
Lo que Intel llama 10 nm. no es lo mismo que lo que ellos llaman 10 nm. Sus procesos son menos sofisticados, sus productos son menos densos, y obtienen rendimientos inferiores, equivalentes a los de nuestra generación de 14 nm, que llevamos tres años en producción. De modo que nuestra ventaja sigue vigente […]
En ese caso, tiene sentido que Intel fabrique semiconductores para terceros […]
Es un punto de nuestra estrategia actual. Recientemente hemos anunciado un contrato de fabricación para Spreadrum, compañía china con la que tenemos relaciones estrechas. Vamos avanzando en esa línea, y le aseguro que tenemos ambición, deseos y recursos para desarrollar ese modelo de negocio, nuevo para Intel .
Hablando de ambición, imagino que Intel no renuncia a fabricar para Apple […]
Ya fabricamos para Apple: CPUs para el Mac y módems para el iPhone. Por supuesto, tiene un potencial enorme como cliente, y podemos aspirar a más.
En cuanto a la integración de GPU y CPU, creo que el acuerdo de licencia con Nvidia está a punto de expirar. ¿Está previsto un desarrollo adicional propio en arquitecturas gráficas, que han adquirido tanta importancia en los últimos tiempos?
Tenemos nuestra propia arquitectura gráfica, y la mayor parte de nuestras ventas en este segmento son productos integrados. Piense en los gráficos sofisticados de Core i7, y comprenderá que desde el punto de vista del mercado gráfico total, Intel es el líder. Tenemos una arquitectura gráfica específica para nuestros servidores Xeon Phi, enfocada hacia ciertas cargas como el análisis de datos y la inteligencia artificial; en mi opinión es muy competitiva. En resumen, nuestra propiedad intelectual en este campo nos permite tener soluciones con un claro liderazgo […]
Cuando salgan los primeros productos en 10 nm, ¿estarán dedicados al datacenter, que ha sido definida como un área prioritaria en el Investor Day?
No en ese momento, pero sí en el siguiente nodo, los 7 nm. No le quepa duda de que el Data Center Group está alineado con el avance de nuestra tecnología de fabricación, porque es un negocio que en su escala se beneficia de la mejora de performance que podemos obtener, para resolver los problemas que se plantean los Amazon de este mundo, los Google de este mundo, los VMware de este mundo […]
[…] Facebook promueve su Open Compute Project para desarrollas una nueva clase de servidore; ¿siente que es una amenaza a la posición de Intel?
Siempre ha habido distintas opciones en el mercado. Da lo mismo que se trate de servidores IBM Power PC, ARM o AMD,… incluso los SPARC: no han faltado alternativas en el mercado. Para nosotros, la clave es hacer tres cosas muy bien: 1) aportar la mejor performance, 2) la eficiencia energética cada vez más importante en ciertas cargas y 3) aportar las soluciones que respondan a las necesidades de los clientes. En ciertos casos, esto significa customizarlos, en otros adaptarlos a ciertas cargas, como hacemos con las aplicaciones de machine learning. O sea, que no nos sentimos en absoluto amenazados.
¿Qué efecto tiene la integración de Altera desde el punto de vista de la fabricación?
La racionalidad estratégica de la adquisición de Altera tiene dos vectores. Uno es que, al incorporar su tecnología FPGA [field programmable gate array] en nuestro proceso de fabricación, podemos obtener una gran performance y una eficiencia añadida. Son beneficios tangibles de la fabricación en 14 nm de los productos de Altera, y con el tiempo ayudará a ganar cuota de mercado. El segundo elemento es, a mi juicio, aún más importante: somos capaces de poner transistores FPGA en procesadores Xeon […] ya los estamos despachando empaquetados, y pronto veremos FPGA + Xeon en una misma pieza de silicio.
¿Puede ocurrir algo parecido con la aportación de Nervana en inteligencia artificial? ¿Habrá que esperar a la próxima generación?
Nervana viene con su propiedad intelectual, y esta fue un aliciente de la adquisición. Estamos despachando sus productos, pero no los fabricamos en nuestras plantas; con el tiempo lo haremos.
Como usted sabe, las circunstancias en que se anunció la futura fábrica de Arizona han sido interpretadas políticamente. Al mismo tiempo, Intel tiene plantas en China, que eventualmente podrían verse afectadas en el nuevo contexto de la política gubernamental en Estados Unidos […]
Más de la mitad de nuestras fábricas están en territorio estadounidense, pero en su conjunto tenemos unas capacidades muy bien balanceadas. Al escoger el sitio para construir una nueva planta, tenemos en cuenta tres cosas, quizá cuatro. La primera es la disponibilidad en el país del talento que vamos a necesitar. La segunda es la existencia de una infraestructura muy robusta y la tercera la facilidad de acceso a los mercados. Un cuarto factor es el coste total de la planta. Bien, si usted revisa la lista de nuestras fábricas alrededor del mundo, verá que todas cumplen al menos tres de estos cuatro requisitos. Específicamente, en el caso de Arizona se dan los tres primeros, pero no el cuarto; construir y poner en marcha una fábrica en Estados Unidos cuesta unos 2.000 millones de dólares más que en otras partes del mundo. De todos modos, la diferencia más importante es de naturaleza fiscal.
Sobre esos preceptos, ¿cuánto espera invertir en manufacturing durante los próximos años?
Públicamente, sólo nos comprometemos sobre un año, a la vez […] y hemos dicho que en 2017 el capex será de 12.000 millones de dólares, una cifra ligeramente superior a la del año debido a las inversiones que estamos haciendo en Dalian (China). De los 12.000 millones, unos 2.500 millones corresponden a la producción de memorias.
Aunque sólo se comprometa anualmente, me deja la impresión de que la inversión será más alta en años sucesivos […]
No puedo confirmar su hipótesis. Tenemos la determinación de que el capex sea juzgado por sus resultados, lo que quiere decir en crecimiento de unidades producidas.