Una extraña confluencia astral ha logrado que coincidieran la parálisis del tráfico aéreo en Europa y la aprobación final por la Comisión Europea de la compra de la noruega Tandberg por Cisco, con la que esta gana ventaja como líder del floreciente mercado de telepresencia. Gracias a la erupción del volcán Eyjafjalla, esta tecnología ha recibido una invalorable promoción: con miles de viajes de negocios cancelados, las salas de videoconferencia surgieron como alternativa al contratiempo. Menos relieve ha tenido la otra mitad de la noticia: el consentimiento de Bruselas conlleva la obligación de cesión a terceros, bajo una licencia open source, del protocolo de compatibilidad con los productos de los competidores.

La misión de supervisar el cumplimiento de esta condición ha recaído en un organismo llamado IMTC (International Multimedia Teleconferencing Consortium), un foro que desde 1994 ha ido cambiando el objeto de sus trabajos, como garante de la interoperabilidad entre productos de distintos orígenes. Hay una dosis de curiosidad en el hecho de que entre sus miembros no está HP, que últimamente tiene abiertos varios frentes de batalla con Cisco, rompiendo décadas de cooperación.

“Mientras que la videoconferencia corriente ha disfrutado de interoperabilidad desde sus comienzos, no ha ocurrido lo mismo con la telepresencia [que ha requerido acuerdos explícitos entre las partes]”, se lee en el blog del IMTC. Pero este mercado, al igual que la televisión, evoluciona a favor de una tecnología que ofrece imágenes en alta definición para simular encuentros cara a cara con cierto realismo. Este es el sustrato de la fusión de las respectivas líneas de producto de Tandberg y Cisco.

El protocolo en cuestión, TIP (Telepresence Interoperability Protocol), estará a partir del 1 de julio disponible para la industria, mediante una licencia Apache, en Sourceforge, la mayor colección de proyectos open source del mundo. Nueve empresas (entre ellas Polycon, Sony, Microsoft y Huawei) ya tenían acuerdos bilaterales de licencia con Cisco; habrá que ver ahora si la fórmula satisface a HP – cuyos equipos eran, en parte, suministrados por Tandberg, otra contrariedad – o si tratará de reforzarse mediante una adquisición.

La demanda de este tipo de soluciones está en ascenso, y los movimientos empresariales son intensos. Al parecer, Polycon, con una importante cuota de mercado pero aislada en este paisaje de gigantes, habría encargado a Morgan Stanley un plan para el caso de recibir alguna oferta de compra. Por su lado, LifeSize, especialista de tamaño menor, ha sido adquirida por Logitech, y en los próximos meses presentará nuevos productos de gama baja y media, integrando en ellos un software de Skype para pequeñas empresas.

Todo se explica por una tendencia conocida, la ´commoditización´: los precios bajan y el mercado sube; los acontecimientos de las últimas semanas han propagado el interés entre las empresas. Inicialmente, el reclamo principal de los vendedores era el medio ambiente y, en menor medida, los costes, pero la cuantía de las inversiones echaba el freno. Ahora gana peso otro argumento: los problemas del transporte aéreo podrían ser crónicos…y críticos. “No creo que muchas empresas puedan permitirse el ignorar estas herramientas”, proclama Fredrik Halvorsen, CEO de Tandberg reconvertido en vicepresidente de Cisco.

¿Qué ha ocurrido durante la “semana de ceniza”? Pues que las empresas se han visto forzadas a usar equipos y/o servicios de videoconferencia para mantener la normalidad. Regus, una red de centros de oficinas, estima que el uso de sus salas ad hoc en Europa aumentó un 18% desde el 14 de abril; en Reino Unido – primer país en cerrar su cielo a las aeronaves – el aumento fue del 108%. Proveedores de servicios como Telefónica, Easynet y BT, cedieron gratuitamente sus salas a los clientes habituales. Deutsche Telekom hizo extensiva la oferta a todas las empresas alemanas. Y, en ese ambiente de catástrofe, Tandberg prestó sus equipos para que se celebrara la reunión de los ministros de Transportes que debían hacer frente a la emergencia pero no podían volar. A veces, son hechos de esta naturaleza los que mueven un mercado.