La noticia saltó a finales de julio, al borde de las vacaciones, y en primera instancia pareció que este post podía esperar. Desde entonces, han sido tantas las repercusiones, que es hora de reparar la omisión: el anuncio de la compra de Nicira por VMware, por 1.200 millones de dólares, ha tenido la virtud de situar el concepto de software-defined network (SDN) en la agenda de la industria. En marzo circulaban rumores acerca del interés de otras compañías: Juniper, IBM e incluso Cisco, que eventualmente podría ser la más afectada. Pero, curiosamente, en la quiniela no aparecía VMware, la que ha pujado más alto al destinar a la compra en cash una quinta parte de su tesorería.
La transacción pone en evidencia que la estrategia de VMware consiste en expandir su ámbito original, la virtualización del servidor, a otra meta, la virtualización del datacenter. Nicira, fundada hace sólo cinco años y respaldada financieramente por la flor y nada del venture capital californiano, parte del protocolo OpenFlow – desarrollado en Stanford – para abordar una nueva visión del datacenter: dar a la red la misma flexibilidad de que gozan los servidores virtualizados que están conectados a ella. En lugar de seguir cargando la red con hardware que se ocupa de canalizar mensajes fijos, lo que propone Nicira es poner más inteligencia programable en el controlador, para configurar y reconfigurar los dispositivos en función de los patrones dinámicos de tráfico.
El software de Nicira usa un controlador distribuído que no requiere un hardware determinado, lo que significa que no excluye de entrada a ninguna de las soluciones existentes en el mercado, y que es compatible con el concepto de fabric, ahora tan en boga. Se trata, pues, de un concepto arquitectónico que abarca la ´programabilidad` de distintas capas, con el fin de optimizar los recursos de la red, darle agilidad, y otros argumentos en la misma línea. Aunque no es nuevo en los círculos académicos, el concepto de SDN irrumpió como tema de discusión en la industria a finales de 2011 y, con inusitada rapidez, se ha convertido en materia masticable para el marketing, y ahí se ha asentado ahora mismo.
“La red es la auténtica barrera para el cloud computing”, sentenciaba en marzo Alan Cohen, VP de marketing de Nicira, durante la visita de un grupo prensa europea. Por su parte, Martín Casado explicaba que su producto NVP (Network Virtualization Platform) no es sólo una implementación del protocolo OpenFlow: “desde la perspectiva del servidor, lo que vemos en el datacenter es una mezcla de hipervisor y redes, que refuerza la idea de que se trata de un mundo heterogéneo”.
En este punto – al parecer, ninguno de los presentes lo advirtió entonces – su planteamiento concordaba con la visión de VMware (y de EMC) acerca de un datacenter definido por software. Ahora bien, como barruntaba el colega Chris Mellor, el éxito de una tecnología no está ligado exclusivamente a la tecnología en sí misma, sino también – y sobre todo – al modelo de negocio. El mercado de networking parece estar “atado y bien atado”, y SDN plantea interrogantes acerca de su encaje con las políticas de los operadores, que algo tienen que decir.
¿Podrá VMware arrebatar el control de las redes al hardware fabricado por esos grandes nombres en los que cualquiera piensa cuando se habla de networking? Lo menos que puede decirse es que es el propósito de la compra de Nicira. Con la tecnología de esta, podría provisionar la conexión en red de máquinas virtuales ubicadas en distintos puntos del datacenter.
Algunos comentaristas han salpimentado la noticia con la noción de que la compra de Nicira por VMware preludia una ´guerra` – ¡qué manía! como si no hubiera ya suficientes – entre una visión física centrada en el hardware (en la que el valor reposa en el software que se ejecuta en el switch) y otra en la que el hipervisor toma el mando. La hipótesis es, como poco, prematura.
El debate acerca de las virtudes de SDN debería seguir creciendo, puesto que influye sobre estrategias de gran calado, pero en la práctica su adopción está en una fase apenas embrionaria: es difícil saber qué piensan realmente las compañías de networking, pero verbalmente ninguna quiere que se piense que es ajena al movimiento. Es lógico: se trata de combinar la defensa de la cuota de mercado con expresiones de apertura hacia la novedad, aunque venga de donde no la esperaban.
Dave Meyer, que ostenta el rango de ingeniero distinguido en Cisco, da en el clavo: “OpenFlow desafía algunos puntos centrales de los dogmas de la industria, pero es evidente que con SDN el genio ha salido de la botella y no es probable que vuelva dentro”.
Es una actitud que comparten otros proveedores de networking – Brocade, Juniper, HP – que han empezado a diseñar estrategias de SDN. Una tendencia que ya se está traduciendo en productos: Arista, un rival menos conocido de Cisco, ha presentado su nueva familia de switches con varios guiños a SDN; Huawei se ha invitado a la fiesta al anunciar nuevos routers que describe como SDN-enabled – destinados a “ofrecer flexibilidad a los operadores de redes IP cuyo tráfico crece sin pausa”. ¿Quién será el próximo?
Pero no cabe duda de que quien más debería sentirse amenazada por la irrupción de SDN es Cisco . Steve Herrod, CTO de VMware, niega la mayor: “la compra de Nicira no modifica los vínculos existentes con un partner tan importante como Cisco”. Puede ser, pero lo menos que puede decirse es que a partir de ahora el partnership será de otra naturaleza.
A este respecto, Cisco ha elaborado un discurso formalmente impecable. Trata de convencer al mundo de que se toma seriamente SDN – que, en teoría, podría favorecer alternativas de bajo coste a su línea de negocio más rentable – y al mismo tiempo sostiene que en absoluto lo ve como una amenaza. La CTO de la compañía, Padsmaree Warrior, ha marcado la línea al titular así un post de su blog: ”Networking is cool again…and that´s good for Cisco”.
Esta es, literalmente, la posición oficial expuesta por Warrior: “Ante todo, SDN […] no va a ´commoditizar` la infraestructura subyacente. En la práctica, estas nuevas arquitecturas añaden más demandas al núcleo de la infraestructura para que la red pueda virtualizarse con garantías de seguridad y alta performance, a escalas superiores. Hay diferentes modelos de negocio posibles, pero SDN no minimizará la infraestructura, del mismo modo que un nuevo modelo de volante no reduce la importancia del motor” (sic).