Contra lo acostumbrado, los asistentes al encuentro del sector de las telecomunicaciones, que AETIC convoca cada septiembre en Santander, no han escuchado sólo tópicos y letanías sobre la sociedad de la información. Esta semana ha habido, sobre todo, controversia de la buena. Julio Linares, consejero delegado de Telefónica, abrió el juego criticando a la Comisión Europea, responsabilizándola por el retraso de las inversiones de los operadores, una posición que no es nueva pero alcanzó especial relieve por las circunstancias. La necesidad de un marco estable de regulación que promueva la inversión, fue el hilo conductor de la intervención de Linares.
En los próximos meses, el argumento será repetido y replicado, pero no está nada claro que su destinataria cambie su política. Estaba claro que el blanco de las críticas de Linares no era el secretario de Estado Francisco Ros, presente en Santander, sino la comisaria europea Viviane Reding, cuyo mandato llega a su fin y que, a tenor de los rumores que llegan de Bruselas, pretende renovar su cargo e incluso reforzar sus competencias. No eran las palabras de Linares un reproche a toro pasado sino un aviso. La señora Reding se ha pasado los últimos cinco años metiéndose con los operadores dominantes e incluso chocando con los reguladores nacionales, a los que pretende arrebatar una parte de sus competencias.
Linares fue muy explícito en dos aspectos polémicos: la drástica rebaja en los ingresos por tráfico de roaming y la presión para recortar los precios mayoristas. Según dijo, el sector en su totalidad habría sufrido por esa causa una caída de ingresos calculable en 40.000 millones de euros, en unos tiempos que exigen la inversión de por lo menos 6.000 millones para desarrollar las redes de nueva generación en Europa. Recordó, al respecto, que la Unión Europea acumula retrasos en el tendido de fibra óptica, que en Japón cubre el 48% de las líneas de banda ancha y en Corea el 44%. Incluso en Estados Unidos, donde esta cuestión se considera de altísima prioridad, el porcentaje (6%) triplica el europeo.
Metido en harina, Linares no se privó de recordar que el gobierno español ha aprobado un gravamen del 0,9% de los ingresos de los operadores, para compensar a la televisión pública por la desaparición de la publicidad. En este punto, sí que fue acompañado por sus competidores.
Contra lo acostumbrado, los asistentes al encuentro del sector de las telecomunicaciones, que AETIC convoca cada septiembre en Santander, no han escuchado sólo tópicos y letanías sobre la sociedad de la información. Esta semana ha habido, sobre todo, controversia de la buena. Julio Linares, consejero delegado de Telefónica, abrió el juego criticando a la Comisión Europea, responsabilizándola por el retraso de las inversiones de los operadores, una posición que no es nueva pero alcanzó especial relieve por las circunstancias. La necesidad de un marco estable de regulación que promueva la inversión, fue el hilo conductor de la intervención de Linares.
Julio Linares
En los próximos meses, el argumento será repetido y replicado, pero no está nada claro que su destinataria cambie su política. Estaba claro que el blanco de las críticas de Linares no era el secretario de Estado Francisco Ros, presente en Santander, sino la comisaria europea Viviane Reding, cuyo mandato llega a su fin y que, a tenor de los rumores que llegan de Bruselas, pretende renovar su cargo e incluso reforzar sus competencias. No eran las palabras de Linares un reproche a toro pasado sino un aviso. La señora Reding se ha pasado los últimos cinco años metiéndose con los operadores dominantes e incluso chocando con los reguladores nacionales, a los que pretende arrebatar una parte de sus competencias.
Linares fue muy explícito en dos aspectos polémicos: la drástica rebaja en los ingresos por tráfico de roaming y la presión para recortar los precios mayoristas. Según dijo, el sector en su totalidad habría sufrido por esa causa una caída de ingresos calculable en 40.000 millones de euros, en unos tiempos que exigen la inversión de por lo menos 6.000 millones para desarrollar las redes de nueva generación en Europa. Recordó, al respecto, que la Unión Europea acumula retrasos en el tendido de fibra óptica, que en Japón cubre el 48% de las líneas de banda ancha y en Corea el 44%. Incluso en Estados Unidos, donde esta cuestión se considera de altísima prioridad, el porcentaje (6%) triplica el europeo.
Metido en harina, Linares no se privó de recordar que el gobierno español ha aprobado un gravamen del 0,9% de los ingresos de los operadores, para compensar a la televisión pública por la desaparición de la publicidad. En este punto, sí que fue acompañado por sus competidores.