2/06/2017

Samsung presume de seguridad en sus móviles

Decir que la seguridad es un factor vital para las empresas es una verdad de Perogrullo. Como lo es sostener que los dispositivos móviles son fundamentales para la productividad empresarial. Pero el binomio seguridad-movilidad no casa bien. Según un estudio presentado por Samsung en coincidencia no deliberada con el caso WannaCry, el 95% de las empresas españolas encuestadas proporciona un smartphone o una tableta a sus empleados para uso profesional, y el 55% considera que la seguridad en el uso de esos dispositivos es un reto crítico para la propia empresa. Por otro lado, el 68% de los empleados desea compartir datos del negocio con clientes y/o proveedores a través de esos dispositivos.

Hay un mensaje explícito por el que Samsung ha promovido el estudio: la trivialización en el uso de los smartphones no evita, sino que más bien tiende a favorecer, la persistencia de tecnologías desfasadas, con más posibilidades de sufrir ciberataques. El 43% de los trabajadores participantes, afirma no pensar nunca en la seguridad de su dispositivo móvil, asumiento por defecto que es seguro. La posibilidad de separar los perfiles personales y de trabajo sería decisiva para fomentar un uso más productivo de estos dispositivos, opina el 76% de los responsables corporativos.

La forma de trabajar de las empresas ha variado en los últimos años, y los dispositivos móviles tienen mucho que ver en ello, David Alonso, director de B2B de Samsung España, al presentar el estudio, hizo hincapié en que «el modelo de negocio abierto y colaborativo está arraigando en el mundo empresarial. Cada vez es mayor la interacción con colaboradores freelance y esto implica necesariamente que personas ajenas a la plantilla pueden acceder a información sensible».

Precisamente, a un 60% de los responsables de tecnología de las empresas encuestadas les preocupa sobremanera que los freelancer usen sus dispositivos personales para acceder a datos del negocio. A este factor se añade que cada vez se intercambia más información con otras empresas, a las que se facilitan datos que deberían ser confidenciales. Por otro lado, está la delicada cuestión de la privacidad. Más de la mitad de los responsables de TI piensan que deberían tener derecho a monitorizar  el uso por los empleados de los terminales (que en un 80% de los casos les son suministrados por su empleador) mientras que, como es imaginable, la mayoría de los empleados piensan que esa práctica sería intrusiva.

El estudio no destaca por su amplia cobertura. Se ha desarrollado en seis mercados europeos, y en España ha recogido las respuestas de 50 responsables de tecnología y 200 empleados. Pero más que la validez de los porcentajes, es revelador de las tendencias y, en todo caso, vale cmo justificación a la estrategia de Samsung.

El objetivo de la marca consiste en servir de habilitador para el uso de dispositivos móviles de consumo como herramientas de trabajo. La pieza central de este planteamiento es Knox, la plataforma de seguridad que la compañía lleva tiempo ofreciendo y que, de manera implícita, sugiere que Samsung no confía del todo en Android para la protección de sus dispositivos.

Knox – el nombre está bien traído – cuenta con la certificación de varios gobiernos, entre ellos los de Estados Unidos y China. Se define como plataforma que aúna varios productos. Unos están orientados al usuario particular y son gratuitos, como la carpeta segura en el Galaxy S8, y otros orientados al mercado empresarial, con un coste mensual de 4 euros por dispositivo. Es el caso de Knox ork Space, que compatibiliza dos entornos: el profesional – con medidas muy sólidas de protección – y el personal, que asegura la privacidad del usuario.

Según Alonso, la oferta de Samsung Knox cubre una demanda existente. Los responsables de tecnología se mostrarían más proclives al trabajo remoto con dispositivos que dispusieran de esta opción. La plataforma contiene tanto soluciones para grandes empresas como para pymes. Entre ellas Knox Premium, que permite gestionar los dispositivos de forma segura en colaboración con los servicios MDM (mobile device management) existentes en el mercado.

El hardware se conjuga con la seguridad de la plataforma Knox. El Galaxy S8, modelo más reciente de Samsung, cuenta con medidas de acceso biométrico a través de Samsung Pass, que incluyen huella dactilar, reconocimiento del iris y reconocimiento facial. Se deja a las empresas la opción de escoger el método de acceso que más se ajuste a sus políticas de seguridad. Pero Knox no está presente sólo en la gama alta de smartphones de Samsung: paulatinamente, la marca ha incorporado esa función a todos sus modelos de las series J, A y S. Aunque Alonso reconoce que algunos modelos son más adecuados a los entornos empresariales, debido a su rendimiento.

En cualquier caso, si bien Knox está disponible en una amplia gama de dispositivos, tanto corporativos como de consumo, los terminales de empresa – los catalogados como tal en el acto de compra – añaden una particularidad adicional. Se trata de parches periódicos de seguridad, una actualización que es menos frecuente en los smartphones de consumo.

Knox lleva tiempo en el mercado, pero su introducción ha sido gradual. La compañía apunta que hay globalmente más de 80 millones de sus dispositivos que usan esta plataforma. En España, aproximadamente un millón de terminales empresariales de la marca. Antes de echar cuentas improvisadas, hay que aclarar que no todos son de pago. Por el momento, Knox se comercializa a través de las operadoras y de ciertos proveedores de software preceptivamente certificados. Según la compañía, es de fácil implementación, aunque en parte depende de la herramienta en la que se integre: si se utiliza un MDM de BlackBerry o Mobile Iron, esa facilidad será mayor.

Como queda dicho, Knox es el argumento central de la estrategia de Samsung cara a las empresas, pero Alonso precisa que esta va mucho más allá: «De hecho, en el mundo empresarial el smartphone está sustituyendo al PC portátil como herramienta de trabajo en muchas circunstancias». Las estadísticas confirman que el acceso a Internet a través de dispositivos móviles se acelera, y en buena medida esto obedece a las aplicaciones de empresa. Lo que tiene una derivada: «los hackers prefieren atacar los sistemas operativos más populares […] y si esta tendencia se acentuara, el smartphone se convertiría  en el dispositivo preferido para acceder a los datos». En tal caso, soluciones como Knox adquirirían protagonismo.

De momento, del estudio de Samsung se desprende que las empresas están más preocupadas por proteger los PC que los móviles. Y no les faltan motivos, a la vista de la cantidad e intensidad de las amenazas. En cuanto a los empleados, resulta por lo menos curioso que el 44% reconozca no conocer las tecnologías de cifrado que sus empleadores están implantando en los smartphones, a la vez que se quejan de las que protegen sus PC y, por lo visto, consideran un fastidio.

Lo que lleva a otro asunto adyacente. Las empresas siguen percibiendo los PC como las herramientas de productividad por antonomasia. muy por encima de los smartphones. Esta convicción hay que verla en perspectiva: para el 40% de las encuestadas, en los próximos años el smartphone sustituirá gradualmente al PC como dispositivo principal. En esta respuesta a su cuestionario, Samsung encuentra una razón más para promover su plataforma Knox.

[informe de Pablo G. Bejerano]


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