Se habló bastante de LTE y de Wimax durante el reciente Mobile World Congress, pero los operadores son conscientes de que a sus redes 3G les queda mucha vida, y rentabilidad, por delante antes de cumplir su ciclo. Por otro lado, la economía dicta pausar las inversiones en nueva infraestructura y exprimir al máximo la existente. Esto podría conseguirse añadiendo capacidad HSPA para que la banda ancha móvil iguale las prestaciones de la fija. HSPA no tiene por qué ser una propuesta en áreas donde la velocidad y la calidad del servicio móvil han de ser elevadas. La filial española de Vodafone entiende que en esa tecnología tiene una carta para arrebatar mercado a Telefónica.
Coincidiendo con el congreso de Barcelona, el presidente de Vodafone España, Francisco Román, anunció que la empresa acelerará el despliegue de banda ancha móvil, ampliando la cobertura HSPA de hasta 14,4 Mbps (velocidad real máxima de 10,8 Mbps) en las 31 ciudades más pobladas de España. En ciertas zonas de alta concentración, los usuarios disfrutarán de HSPA+ de 21,8 Mbps (máximo real: 16,2 Mbps). Esto implica que, sin apartarse de su rol como operador móvil, Vodafone se propone competir cara a cara con la oferta ADSL en el tope de velocidad. Algo que, curiosamente, hace en Reino Unido el operador móvil O2, filial de Telefónica.
En el mismo acto, Román presentó la puesta en marcha de una prueba piloto en la localidad catalana de Sant Quirze del Vallés, a 20 km. de Barcelona y 5 km. de Sabadell, que se propone demostrar el potencial de la banda ancha móvil como alternativa a la fija. El test consistirá en el despliegue de una red HSPA a 14,4 Mbps, para ofrecer a un centenar de hogares de la comarca telefonía e Internet en banda ancha con routers y bases WiFi, durante seis meses. Pasado ese período, se conocerá el grado de satisfacción de los clientes, para determinar si la alternativa es viable incluso en poblaciones de dimensión mediana.
Más allá de su alcance necesariamente limitado, el interés del ensayo – el primero para todo el grupo Vodafone, pero coherente con su estrategia de ocupar nuevos espacios – reside precisamente en que se plantea para una comunidad enteramente cubierta por la banda ancha fija, con la que se trata de competir. En otras palabras, para determinar si lo que es válido para las grandes urbes puede serlo para un municipio de 20.000 habitantes. La compañía se propone alcanzar tres objetivos con el proyecto: 1) evaluar el nivel de satisfacción de los usuarios, comparándolo con su propio servicio ADSL en la zona; 2) verificar en el terreno real las velocidades de subida y bajada alcanzadas en laboratorio; y 3) examinar qué capacidad adicional de red sería necesaria para atender un área de esas características.
En el congreso de Barcelona pudieron verse distintas soluciones duales, entre ellas la tecnología de femtoceldas – que Vodafone viene probando desde tiempo atrás – y antenas inteligentes que mejoran la calidad de servicio sin elevar significativamente la inversión. Ericsson hizo una demostración con un pico de descendente de 84 Mbps, mientras Huawei aseguraba haber alcanzado los 112 Mbps. Sin embargo, estas propuestas aparecerán como futuristas mientras no se encuentre solución a la dotación de frecuencias, un aspecto políticamente delicado que pone en cuestión si la capacidad de los operadores de banda ancha móvil estaría en condiciones de absorber las nuevas exigencias sin contar con espectro adicional.