Samsung Electronics planea invertir el año próximo 38 billones de won (unos 24.500 millones de euros) para ampliar su capacidad de producción en las actividades prósperas, al mismo tiempo que reestructura los negocios declinantes. La cifra es un 30% más alta que la inversión de 2011, lo que da una idea de la agresividad con la que se aborda el futuro; al menos una tercera parte de ese monto se destinará a la división de semiconductores, centrándose en microcomponentes y pantallas para dispositivos móviles. En cambio, queda congelada la inversión en LCD y televisores, a la vista de la situación del mercado. Al cierre del tercer trimestre, los resultados de Samsung Electronics arrojaron un modesto aumento del 3% en las ventas y una drástica caída del 23% en el beneficio neto, que contrastan visiblemente con la tendencia observada en los últimos dos años. De las cuatro divisiones operativas de la compañía, sólo la de Telecom (un 35% del total) continúa creciendo en ingresos, mientras el resto (semiconductores, televisión y appliances, y display) desciende tanto en ventas como en beneficio operativo. Lo que no decae es la fe de Samsung en los semiconductores. Se propone aumentar el año próximo un 50% su inversión en plantas de fabricación de chips de memoria, procesadores para móviles y sensores para cámaras digitales. Hay una continuidad con la estrategia que tan buenos frutos ha dado: dotarse de capacidad suficiente para suministrarse a sí misma y a sus competidores. Las relaciones con Apple sirven de modelo: el 16% del valor industrial de un iPhone está representado por componentes de Samsung; al mismo tiempo, en el tercer trimestre ha superado a su rival en ventas de smartphones (en unidades).