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  6/03/2023

Ramon Pastor

Director Global de Metales 3D de HP

Es una industria reciente que ha venido a sustituir procesos arraigados. Su facturación mundial se estima en unos 15.000 millones de dólares al año, por lo que todavía está lejos del potencial que se le atribuye. Como explica el entrevistado, un motivo es que la también llamada fabricación aditiva ha vivido desde sus inicios más pendiente del hardware que del desarrollo de sus aplicaciones, en las que reside el auténtico valor de la tecnología. En 2016, HP impulsó esta línea de negocio con epicentro en su campus de Sant Cugat. Ramon Pastor, su iniciador y responsable global durante seis años, ha puesto en marcha la extensión de esa tecnología al metal, del que se espera un mayor crecimiento.

Ramon Pastor

En Sant Cugat, uno de los mayores centros de innovación de HP en todo el mundo, trabajan 2.500 personas (700 investigadores entre ellas) de 62 nacionalidades. Y se generan 150 patentes al año. Pese a su relevancia, HP no desglosa el porcentaje de esta actividad en los 19.000 millones de dólares ingresados el año pasado por su división Printing. Pero durante la charla, Pastor ofreció un dato que quizá sea más representativo: durante seis años, los clientes de HP han fabricado 170 millones de piezas usando equipos de impresión fabricados por la compañía con su tecnología 3D. Más de 70 millones de esa cantidad han correspondido a 2022, lo que es prueba de aceleración de la demanda.

Hasta el año pasado, la tecnología de HP se aplicaba exclusivamente a fabricas piezas con polímeros industriales (termoplásticos), antes de incorporar los polvos de metal en 2022. Una clave del desarrollo que ha alcanzado este negocio de la compañía reside en la personalización de los productos. Durante un tramo de la entrevista estuvo presente Didier Deltort, quien a mediados de 2021 ha regresado a la compañía para encabezar esta estrategia.

Hace poco, en una conferencia de Canalys, afirmaba Enrique Lores [CEO de HP] que la impresión 3D, ha alcanzado mundialmente una facturación de 15.000 millones de dólares, pero todavía no ha llegado tan lejos como hubiera podido llegar desde que la compañía abrió esta línea de negocio. ¿Cómo interpreta la frase?

Interpreto, porque me consta, que todavía no hemos capturado una parte sustancial del valor que puede alcanzar nuestra actividad. Y esto es precisamente lo que estamos tratando de hacer: para eso nos hemos dividido en dos divisiones, una que desde hace seis años trabaja con polímeros industriales y otra, muy reciente, que apuesta por avanzar en la impresión 3D a partir de polvos metálicos. En 2021 presentamos una plataforma para esta tecnología, que nos está confirmado en la convicción de que los metales constituyen el segmento de más rápido crecimiento del mercado de impresión 3D.

¿Un cambio en la estrategia de 2016?

La estrategia no ha cambiado, pero se ha extendido para sacar más partido de la propiedad intelectual de HP y de su capacidad para llegar a nuevos mercados verticales. Algunos de los retos que afronta hoy esta industria son consecuencia de haberse enfocado prioritariamente en su desarrollo material, del hardware como del software, sin al mismo tiempo dedicar atención equivalente al desarrollo de sus aplicaciones, que es donde reside la auténtica fuente del valor. La particularidad, en todo caso, es un mayor énfasis en la personalización.

Creo que convendría delimitar los alcances de la industria de que vamos a hablar […]

Para empezar, como bien sabe, el enfoque de HP no es la impresión con equipos de sobremesa. Nuestros clientes son contratistas de fabricación y grandes compañías y de lo que nos ocupamos es de capturar geometrías complejas. Por tanto, no estamos en el negocio del prototipado ni en las series muy pequeñas, sino en la fabricación aditiva a escala, que es donde se encuentra el crecimiento.

Recuerdo que en 2015 le pregunté para cuándo los metales [risas]

Nos ha llevado tiempo tener la respuesta, pero aquí estamos. La explicación es doble. Por un lado, se trata de un segmento en el que nuestra tecnología nos ofrece posibilidades más amplias que las del plástico. La segunda, que la fabricación tradicional en metal ha sido muy ineficiente, a diferencia del plástico, en el que la inyección ha alcanzado altas cotas de eficiencia. Y podemos elevar sustancialmente la eficiencia en ambas.

¿Cómo se consigue aumentar la eficiencia que falta en la metalurgia?

Llegar a producir una pieza de metal consolidada donde hasta ahora se ensamblan varias partes, no deja de ser un reto difícil multiplicado por incontables casos distintos. Algunos de nuestros clientes producen partes que no están personalizadas, pero la impresión 3D puede conseguirlo con procesos más simples y de menor coste. Al final, las ventajas se reflejan en el tamaño de las series, en unos inventarios menos numerosos, en la cadena de suministro, en la simplificación de las labores industriales y también en un menor desperdicio de materia prima.

[…] Cinco ajustes con evidente impacto económico

Hay más. Algunos logros de la impresión 3D, como es la reducción de peso de la pieza final y la disipación de calor durante el proceso de fabricación. Son aspectos importantes en la fabricación de piezas metálicas cuando una pieza que requería ensamblar varias partes ahora puede ser enteriza. Las mismas ventajas se encuentran en la fabricación aditiva con plásticos, pero con más motivo son evidentes en el metal.

¿Con qué criterio se eligen las aplicaciones prioritarias?

Genéricamente, apuntamos a situaciones en las que el time-to-market puede ser reducido o cuando una pieza específica puede mejorar el rendimiento del conjunto […] consolidando partes o facilitando el transporte. Otra cuestión importante es la gestión. Muchos clientes están optando por ajustar lo más posible su producción a lo que se puede vender en un plazo razonable. No es exactamente producción bajo demanda, pero es menos dependiente de la escala. Y es posible diseñar una pieza sabiendo de antemano que va a ser producida por impresión 3D.

¿Cuál es el impacto de coste?

En los ejemplos concretos que he mencionado [y han sido omitidos en la transcripción por economía de espacio] hay un ahorro de costes, pero no siempre es así. En ciertos casos, la impresión 3D puede ser más cara, pero aporta ventajas en el rendimiento o en la gestión de inventarios. El coste de fabricación no es el único factor a considerar.

¿Siempre añade cualidades la impresión 3D?

No todas las industrias tienen los mismos requerimientos, pero en general deberíamos distinguir las cualidades de resiliencia de las de sostenibilidad. Un aspecto relevante es el de las piezas de repuesto: si se puede imprimir con 3D una pieza que falta en los almacenes.

Esas son cualidades objetivas, pero también puede existir la percepción de quienes esperan que una marca tradicional sea conservadora en cuanto a sus procesos.

En primer lugar, no hay ninguna diferencia de calidad entre una pieza producida a la manera tradicional y otro impresa en 3D. En absoluto hay sacrificio de las propiedades mecánicas de la pieza. Por otra parte, veo otro razonamiento posible: que algo forme parte de un proyecto en 3D puede proyectar una imagen de innovación. Ahora que lo dice, hay más factores a tener en cuenta: algunos clientes de Europa o Estados Unidos están relocalizando su producción y sus cadenas de suministro tras la experiencia de los últimos años.

¿Qué importancia tiene el software en la impresión 3D?   

Aporta inteligencia. Es indudable que el el hardware debe funcionar, pero el software es extremadamente importante en tres áreas. Cuanto más digital sea una fábrica, mejor funcionará y esto adquiere importancia, por ejemplo, en la conexión de la impresora 3D a un ERP que la vincula con el sistema de gestión de una fábrica. Es algo en lo que trabajamos de la mano de proveedores destacados como Siemens y otros. En segundo lugar, el software es crucial, por ejemplo, para simular las deformaciones que podrían aparecer en el proceso de impresión. Y la tercera cuestión es la trazabilidad de los datos, la telemetría, para la optimización del sistema y el mantenimiento preventivo. Por encima de estas tres áreas, está el control del flujo de trabajo, que obviamente es tarea del software.

Cambiando de tercio, ¿qué espera HP del futuro de esta actividad?

En los próximos tres años nos vamos a concentrar en polímeros metal y aplicaciones end-to-end de ambas categorías. Vamos a poner el foco en las geometrías complejas, que necesitan ser personalizadas en función de la aplicación de que se trate. Esta es razón por la que la compañía ha contratado a personas como Didier, que había trabajado en HP hace años y ha seguido vinculado al mercado de healthcare, muy importante para la compañía. Otras personas proceden de diferentes industrias verticales. Antes me pedía una delimitación; pues bien podría ser la siguiente: creemos ser una industria de industrias.

Cuando traduce customization por personalización, entiendo que no se está refiriendo a la individualización de los productos […]

A veces sí. Puede tratarse de manillares para bicis, de sillas, de prótesis o de muchos objetos y partes determinantes en la vida cotidiana […] Hay muchos productos en los que podríamos contribuir a la calidad de vida; esto es la personalización en su sentido estricto.

Entonces, ¿el crecimiento depende de ser capaces de disuadir a nuevas industrias verticales?

Desde luego, si queremos que otras industrias adquieran capacidad de imprimir en 3D aquello que necesiten, el papel de HP tiene que ser de estimulación y aceleración de la demanda. Lo que requiere que nos involucremos en el desarrollo de aplicaciones. Es por esto que nos hemos puesto a la tarea de innovar con soluciones de software y hemos tomado un rol más activo en la relación con varias industrias. Esto implica más casos de uso: donde vemos que hay tracción suficiente, nos involucramos como actores de esas industrias. Es decir que tenemos que hacer el mejor producto y al mismo tiempo aumentar nuestra influencia entre los clientes objetivos.

Entre los activos intelectuales de HP hay tecnologías que vienen directamente de la ciencia, por lo que la cartera de patentes es un factor importante en las dos cuestiones que menciona: los productos y la capacidad de influencia en el mercado […]

Cuando hablo de acelerar la demanda, no me refiero sólo al hardware, nuestras impresoras, sino a las aplicaciones. Por eso es importante que el hardware incorpore soluciones de software y, al mismo tiempo, que HP asume una función proactiva de formación. Esto se consigue a través de casos de uso. Evidentemente, nos apoyamos en las invenciones de HP a lo largo de muchos años dedicada a la impresión 2D. La compañía suma más de 28.000 patentes de las que unas 10.000 aproximadamente tienen una perspectiva de impresión. Para que se lleve una idea: el año pasado este campus generó 150 patentes.

Tengo un problema de percepción que empieza con la palabra impresión: al final, este es un negocio de servicios a la industria […]

Tenemos tres tipos de servicios. Uno es el de adopción: cómo ayudar a nuestros clientes a identificar qué partes tiene sentido imprimir en 3D y, consecuentemente, ayudarles a diseñarlas. Otro, obvio, es la resolución de problemas y cómo mantener la continuidad de la producción. Y luego están los servicios profesionales clásicos: cómo ayudas a tu cliente a obtener la eficiencia que busca.

¿Cómo evoluciona el negocio?

Bien y concretamente en 2022 muy bien. Estamos teniendo año tras año ratios de crecimiento de doble dígito en plásticos. Somos líderes en termoplásticos, que es el terreno en que jugamos. En metales acabamos de empezar, pero hemos despertado un interés que por momentos desborda nuestras capacidades.

Doble digito ¿podría ser más concreto?

El crecimiento se ha sostenido en una media de entre el 20% y el 25%, por encima del mercado y no hemos llegado al punto de inflexión, que estaría en el 30% o un poco más alto. Uno de los elementos que nos está ayudando a crecer es la tarea de educación, que es muy importante cuando las empresas están decidiendo si adoptan una plataforma nueva, algo que no se decide en un par de días. En la industria, los cambios tienden a ser estructurales: en el caso de la automoción, una nueva plataforma requiere cinco años, en aeroespacial siete años; en bienes de consumo es más fácil, pero en todos los casos tienes que entrar cuando están haciendo su plataforma y es entonces cuando cualifican nuestra tecnología para que podamos estar en carrera cuando lancen su plataforma. Ahora es cuando estamos recogiendo los frutos de haber estado en el mercado durante los pasados seis años. Y creo importante dar visibilidad a lo que hacemos en este campus de Sant Cugat.

Olvidaba que en paralelo a su función en la impresión 3D es director del campus, ¿qué implica?

Efectivamente, combino esos dos roles, con un fuerte foco internacional. Estamos en uno de los campus más grandes de HP en todo el mundo. La diversidad de la plantilla que tenemos aquí es deliberada: 62 nacionalidades y con una alta proporción de investigadores. Además de ser la cabecera mundial de la impresión 3D, desde Sant Cugat se gestionan otro negocio de HP, la impresión en gran formato. En mi opinión es un magnífico ejemplo porque competimos favorablemente con ecosistemas innovadores muy celebrados de Estados Unidos y Japón.


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