De entrada, algún lector se preguntará qué relación puede haber entre la camiseta que lucen los jugadores del Barça y uno de los más originales proyectos de despliegue de telefonía móvil 5G. Rakuten, gigante japonés del comercio electrónico, está a un paso de convertirse en el cuarto operador de su país con una red tecnológicamente pionera, para cuyo despliegue prescindirá de los suministradores habituales tras diseñarla para que sea completamente virtualizada. Operadores de otras partes del mundo – entre ellos Telefónica – toman nota del experimento por las lecciones que pudiera aportar a sus propias redes. Mientras tanto, la industria lo observa con una mezcla de interés y aprensión.
El despliegue de la nueva red móvil de Rakuten Mobile, según la compañía, requerirá la mitad de tiempo que cualquier otra infraestructura convencional como las de sus tres competidores en el mercado japonés. Para ello, invertirá hasta 2025 el equivalente a 5.500 millones de dólares, cifra que sorprende porque es aproximadamente el desembolso que prevé cada año el ´incumbente` NTT DoCoMo.
El grupo Rakuten espera captar 10 millones de clientes para su filial móvil, apoyándose en los 100 millones de usuarios de su plataforma de comercio electrónico y servicios afines de banca y medio de pago. La red entrará en servicio en octubre próximo con conectividad 4G e incorporará 5G a partir de junio de 2020. Mientras dure el despliegue de su infraestructura, la compañía alquilará la del segundo operador del país, KDDI.
La primicia consiste en la construcción de una red nueva bajo un modelo cloud. No sólo estará virtualizado el núcleo de la red; también el segmento radio. Siguiendo el modelo vRAN, se podrán simplificar las estaciones base de forma que sea más fácil actualizarlas o reconfigurarlas, rompiendo la dependencia del respectivo proveedor de hardware. Así las cosas, la red gana en escalabilidad y en agilidad a la hora de adaptarse a las circunstancias, ya que la inteligencia se encuentra en la nube, no en la cabeza de la antena.
Entre las cualidades que promete la tecnología que empleará Rakuten, está la facilidad de soportar un edge multiacceso, con funciones de red definidas por software, capacidades de centro de datos a escala regional y la completa automatización del servicio. Además, al no tener que soportar localmente el software se simplificará el hardware y adelgazarán los nodos de acceso radio.
Más promesas. El control de la red será centralizado y los datos entrantes permitirán tomar decisiones mejor informadas y/o automatizar ciertas tareas. Otra ventaja sería la capacidad de prevenir un problema aun antes de que lo perciba el usuario: por ejemplo, aprovisionando más ancho de banda y activando más antenas en áreas donde se espere un pico de tráfico.
Quizá una buena explicación del proyecto sea la ofrecida por Marcus Weldon, CTO de Nokia: “el mérito de Rakuten reside en que ha encontrado el modo de no tener que invertir en estaciones base de su propiedad, alquilando espacio en torres ajenas y desplazando lo fundamental a una RAN cloudificada”
De eso se trata, en efecto. Rakuten Mobile, actualmente con estatus de operador virtual, informó en el Mobile World Congress de Barcelona que ya ha completado “la mayor parte del diseño” de su futura red 5G, gracias a que no tiene que ocuparse de mantener activos precedentes. El gobierno japonés ha repartido frecuencias 5G entre cuatro operadores: los actuales (NTT DoCoMo, KDDI y Softbank) y el recién llegado Rakuten. Por cierto, conviene saber que – anticipándose a los acontecimientos – las directrices oficiales excluyen a Huawei de la infraestructura 5G.
Por el momento, el cuarto operador está probando su red virtualizada en las afueras de Tokio, como primer paso para expandirla el año próximo en toda la capital, así como en Osaka y Nagoya, con el fin de alcanzar cobertura nacional del 96% en 2025.
Para esta aventura, impulsada por su fundador y CEO, Hiroshi Mikitani, Rakuten ha reclutado un heterogéneo grupo de proveedores, entre los que destaca Altiostar, startup estadounidense especialista en virtualización de RAN. Otro de los socios es la compañía india Tech Mahindra, como integradora de sistemas. La referencia a Altiostar se bifurca para conducir a un tercer nombre, Cisco. Suministrará routers y switches, tal como hace con prácticamente todos los operadores del mundo, pero lo interesante es que ha sido contratada para el despliegue de NFV (Network Functions Virtualization) en un total de 4.000 nodos.
El hilo que une Cisco con Altiostar se remonta a 2009, año en el que la primera adquirió Stared Networks por una cifra que entonces pareció altísima (2.900 millones de dólares) para asimilar su tecnología de desagregación entre la RAN y el packet core. Dos años después, el fundador de Stared Networks, Ashraf Dahod, crearía Altiostar recibiendo apoyo financiero de Cisco, entre otras.
Bob Everson, director global de Movilidad 5G de Cisco, declaraba en los días del MWC de Barcelona que, cuando Rakuten desveló sus intenciones, muchos en la industria se mostraron escépticos, mientras que Cisco vio en ellas la oportunidad que estaba esperando: que las estaciones base se simplifiquen, dejando el resto de las funciones a la orquestación de una nube.
Nokia fue el primero de los suministradores tradicionales de equipos de red que vio venir el fenómeno de la ´cloudificación` y se sumó como miembro de la Open RAN Alliance. La tecnología abierta que abandera este consorcio despeja la vía a la participación de otros participantes en los que se apoya Rakuten. Entre ellos, Mavenir, Quanta y Fujitsu, además de los previsibles Intel (procesadores Xeon) y Qualcomm (small cells)
En este contexto cobra relevancia la figura de Tareq Amin, CTO de Rakuten, fichado para dirigir la puesta en marcha de la red 5G. Fue Amin quien planificó y ejecutó el despliegue del operador indio Jio, creado de la nada en 2016 por el conglomerado industrial Reliance. Al poco tiempo empezó a ofrecer servicio con tarifas low cost sobre una red 4G, alcanzando en tres años 280 millones de clientes, lo que provocó una reestructuración del sector.
En teoría, compañías que empiezan desde cero, como Jio o Rakuten, contarían con la ventaja de no tener que ocuparse de una infraestructura heredada del pasado. A los operadores tradicionales, la obligada transformación de ese legacy les ocasiona complejidad y costes asociados. De ahí que ninguna telco convencional haya ido tan lejos como aquellas.
Hay quienes no ven clara la jugada, al menos en los plazos que se ha autoimpuesto Rakuten. La compañía cuenta con un cierto número de datacenter de una nube al servicio de su plataforma de comercio electrónico, conectados por fibra de alta velocidad, que serán la palanca de su conversión en operador móvil.
En la motivación de Rakuten tiene mucho que ver la trayectoria personal de su fundador, Hiroshi Mikitani. Criado en Estados Unidos, al retornar a Japón trabajó como ejecutivo de banca hasta que, en 1997, fundó su empresa de comercio electrónico como trasunto de la Amazon iniciática. Con los años, Mikitani ha sabido jugar dos bazas: internacionalización [de ahí su patrocinio del FC Barcelona] y unas inversiones que le han procurado generosas plusvalías [Lyft, Careem, Pinterest, etc]. Por esto es costumbre compararlo a menor escala con su compatriota Masayoshi Son, febril cerebro de Softbank.
El proyecto de cuarto operador móvil encaja en la política del gobierno japonés de fomentar más competencia y provocar una bajada de tarifas. Actualmente, el mercado está repartido entre NTT DoCoMo (38%), KDDI (28%) y Softbak (23%). Se da por supuesto que la posición transversal de Rakuten debería cambiar las proporciones a través de su posibilidad de empaquetar tres bloques de servicios (comercio electrónico + banca + telefonía móvil) a escala masiva. La oportunidad propicia se presenta con el arranque de los servicios 5G antes de los Juegos Olímpicos de 2020.