Cada cual se monta las vacaciones como mejor puede, si es que puede, pero sabe que el mundo seguirá girando y generando noticias del sector de las TI, en este agosto especialmente. Ha sido un mes pródigo, en el que el autor no ha podido resistirse a analizar la sorprendente reorganización de Google, entre otros asuntos de actualidad. Muy buena ha sido la acogida de los lectores a la crónica sobre el hackeo de un coche conectado, cuyo desenlace provisional ha sido que los dos hackers han encontrado trabajo en Uber [ya lo tendrían apalabrado] Ahora, al borde de septiembre, toca reconstruir la secuencia de lo ocurrido durante las vacaciones, algo que se hará en entregas sucesivas.
QUIÉN GANA Y QUIÉN PIERDE CON UN YUAN BARATO. La devaluación del yuan tendrá distintos efectos sobre las empresas chinas de tecnología, premiando a las exportadoras y castigando a las orientadas al mercado interno. No tendrá iguales consecuencias para Huawei, ZTE y Lenovo, que reciben un alto porcentaje de ingresos en el extranjero, que para Xiaomi, que depende en un 90% de los consumidores chinos pero paga en dólares parte de su suministros. Un caso específico es Foxconn, a la que se le abaratarán los costes de todo lo que fabrica bajo contratos fijados en dólares. Queda por ver cómo va a afectar la depreciación a la comparación de precios con los vecinos asiáticos, en especial Corea.
No es esta la temida guerra de las divisas, pero sí un desajuste generalizado de los precios relativos, agravado porque China es de hecho «la fábrica del mundo» a la vez que el mayor importador de mercancías y materias primas. El dólar se ha apreciado últimamente en previsión de que la Reserva Federal eleve los tipos de interés. Si China ha espegado la trayectoria de su moneda por relación a la estadounidense, ha sido supuestamente para evitar que sus competidores le quiten espacio en el mercado mundial.
Una variable que se ha discutido mucho en agosto es qué impacto tendrá la depreciación del yuan sobre Apple: el mercado chino (sumando HongKong y Taiwan) representa el 27% de sus ventas, por lo que esa parte de sus ingresos caerían al contabilizarlos en dólares. En teoría, podría aumentar sus precios en yuanes, pero si lo hiciera probablemente perdería más cuota ante sus competidores locales.
TOSHIBA, ENÉSIMO ESCÁNDALO CORPORATIVO EN JAPÓN.
Una teoría dice que el fraude contable en Toshiba comenzó tras el desastre de Fukushima – que también lo fue para la rama de la compañía que vende reactores nucleares – cuando decidió huir hacia delante inflando los beneficios de otras divisiones mediante el truco de falsear a la baja los costes y sobrevalorar los ingresos. Otros dicen que la práctica de fijar objetivos irreales viene de antes, pero hoy poco importa. El CEO del grupo, Hisao Tanaka, ha arrastrado en su caída a otros directivos, y no serán los últimos. Las cuentas de los últimos años serán recalculadas para encajar pérdidas estimadas entre 2.400 y 3.200 millones de dólares.
Irónicamente, Toshiba fue una de las primeras compañías japonesas que abrió su consejo a personalidades externas, cumpliendo la recomendación gubernamental de implementar medidas de buen gobierno corporativo. En la práctica, se las arregló para que esas personalidades independientes fueran tan ignorantes como dóciles.
La división de PC parece haber sido una de las afectadas. El truco habría consistido en que al final de cada trimestre se facturaban, a precio superior al coste, las entregas de componentes a contratistas de fabricación. De este modo se inflaban los márgenes del trimestre, y luego se compraban los productos finales a precios que compensaban la artimaña. Así fue hasta que la bola de nieve despertó las sospechas de un auditor honesto. Empieza a hablarse de una “nueva Toshiba”.
STAGEFRIGHT, OTRO GOLPE AL ECOSISTEMA ANDROID. Si hace honor a su nombre, Stagefright [miedo escénico] podría ser la más perturbadora de las amenazas que penden sobre el sistema operativo Android. El hallazgo datado a finales de julio – aunque parece que Google fue avisada en abril – consiste en una vulnerabilidad del motor multimedia que facilita la ejecución inadvertida de un código malicioso embebido en un vídeo enviado a través de MMS. Sólo los smartphones equipados con Android 2.2 o posteriores estarían expuestos al peligro, pero equivaldrían a unos 950 millones de usuarios. En la práctica, el 91% de los móviles potencialmente afectados llevan la versión 4.1 o siguientes de Android.
Google ha agradecido a los descubridores la información, aclarando que ya ha cursado un parche a los fabricantes adheridos a Android, y correspondería a estos distribuirlo entre los usuarios de sus respectivas marcas. Luego, tomó conciencia del error de este enfoque y puso la solución en Google Play para que los usuarios puedan descargarla directamente. Hasta no hace mucho, los antivirus basados en firmas funcionaban bien en dispositivos móviles, y con eso parecía suficiente, pero el malware ´clásico` ha sido reemplazado por nuevas herramientas y habilidades que superan esas barreras.
El problema se agrava por la naturaleza del ´ecosistema` Android: en su fuero interno, los fabricantes no tienen mayor interés en corregir los fallos de las versiones antiguas, porque piensan que si lo hicieran podrían frenar la rotación de modelos y atenuar la venta de los más recientes. Esto explica que, salvo error u omisión, sólo HTC habría comenzado de inmediato la distribución del parche. Otras marcas han prometido hacerlo a lo largo de septiembre. Los problemas de Android con el malware – un filón para el marketing de las empresas de antivirus – han provocado que Google publicara por primera vez, en abril, su primer Android Security Report, en el que comunica que en 2014 no registró ninguna vulnerabilidad «crítica»; aunque suministró un total de 79 parches contra vulnerabilidades diversas.
LAS CUENTAS DE CHAMBERS DAN LA BIENVENIDA A ROBBINS. Parece que los analistas bursátiles están encantados con el nuevo CEO de Cisco, o al menos tienen la elegancia de concederle un período de gracia. Uno de ellos, Time Long, de BMO Capital Markets escribe «los excelentes resultados [del cuarto trimestre] reflejan la tracción de múltiples refrescos de sus productos, así como el mayor peso del negocio cloud y la oferta de software por suscripción. Claro que el mérito no es de Robbins, que acaba de llegar, sino de su antecesor John Chambers, pero la herencia recibida le vendrá muy bien en un año fiscal 2016 que, si nada se tuerce, es factible que dé más satisfacciones que el pasado reciente.
Desde otra mirada, Cisco ha salido del estancamiento y progresa modestamente: un 4% de aumento anual en los ingresos [más alto que el de empresas con las que suele compararse] y un guidance de entre el 2 y el 4% para el ejercicio entrante. Lo mejor son algunos detalles: 26 de los 28 mayores clientes han comprado los nuevos switches Nexus 9000 (que soportan la plataforma ACI/APIC) de lo que se desprende que la amenaza del software-defined networking estaría, como poco, controlada.
Otro analista habitual, Brian White, opina que la visión bursátil sobre Cisco “está rezagada [frente a] la transición hacia un modelo de negocio más predecible y un portfolio despejado de lastres, que nos permite contemplar una mejora de rentabilidad sostenible”. No todos fueron tan cordiales: a Robbins le preguntaron por qué la seguridad, un segmento en el que la compañía ha invertido mucho, cerró el año con un crecimiento mediocre, y el nuevo CEO se refugió en el argumento de que la transición ha recortado el peso de los appliances especializados: «un 47% de nuestra cartera de seguridad es software», precisó antes de sugerir que habrá pronto nuevas adquisiciones que reforzarán ese segmento.