Como tecnología joven que es, NFC (Near Field Communication) necesita, para destacar, la existencia de una infraestructura que facilite su adopción. Hasta ahora, con la excepción de Japón, su implantación ha sido lenta: en Estados Unidos y Europa no ha ido más allá de una secuencia de pruebas piloto, al parecer satisfactorias. Para que haya usuarios, ha de haber terminales adecuados, y hasta ahora son escasos. Sin embargo, el menor coste de los chipsets lleva a los analistas a pensar que 2010 será el año del despegue real. Los del instituto francés IDATE estiman que en 2012 alcanzará una penetración del 12,1%. A favor de la tendencia juegan la necesidad de los operadores de ofrecer nuevos servicios de pago móvil, y la paralela necesidad de la industria de reforzar sus márgenes con nuevas prestaciones de sus productos