Hasta la prensa menos sensible ante los asuntos tecnológicos publicaba esta noticia: “Apple supera en capitalización bursátil a su rival Microsoft”. El morbo estaba servido, porque ocurría precisamente el día en el que Microsoft presentaba sus resultados trimestrales, buenos pero no tan buenos como los anunciados por Apple unos días antes. La diferencia de comportamiento en bolsa hizo el resto: el valor teórico de Apple ascendió a 241.500 millones de dólares, superando por 2.000 millones al de Microsoft. Esto la elevaba al segundo puesto del indice S&P 500, sólo precedida por ExxonMobil, pero la historia puede ser menos simple.