Los resultados preliminares del mercado mundial de PC entre enero y marzo han roto una secuencia de seis trimestres con saldo positivo (descendente pero positivo). Según Gartner, se despacharon 84,1 millones de unidades (-1,1%), y, según IDC, 80,5 millones (-3,2%). Cualquiera sea la fuente que uno escoja, las cifras son elocuentes: no se trata de un retroceso estacional sino de un efecto directo de la recesión, asistida por otros factores. Entre ellos, estos dos: 1) el retraso en el lanzamiento de portátiles basados en el nuevo procesador de Intel, y 2) el boom de las tabletas ha sido un golpe para las ventas de netbooks, categoría que el año pasado por estas fechas estaba en el candelero. Antes de entrar en detalles, conviene saber que ambas consultoras habían previsto crecimientos suaves, pero no una caída de la demanda: Gartner esperaba un 3% de incremento (unos 87 millones de unidades), mientras que el pronóstico de IDC era más conservador: 1,5% de aumento (84,4 millones de unidades). El baile de cifras expresa las diferencias de método, pero no desmiente el sesgo negativo, en el que ambos coinciden; hay que tener en cuenta que la comparación se hace con el primer trimestre de 2010, que registró un espectacular crecimiento del 26,5%, a su vez calculado sobre el momento más duro de la crisis, los primeros meses de 2009. Los analistas de Gartner apuntan otros matices. Sin el incremento de la demanda profesional, el mercado de PC pudo haber experimentado la peor caída de su historia; la esperanza es que el ciclo de reemplazo de hardware en las empresas debería prolongarse hasta finales de 2011 o los primeros meses de 2012. Sus colegas de IDC lo dicen en otro tono: “después de un año impresionante, la frugalidad será la norma durante los tiempos venideros”.