Es oficial: según el INE, el consumo final de los hogares ha tirado de la economía española durante los tres primeros meses del año, un alivio que probablemente será efímero para el PIB. Ese modesto pero meritorio medio punto de subida en el consumo, más un esfuerzo de gasto público, ha hecho posible salir técnicamente de la recesión: +0,1% ha crecido el PIB. Bien. En lo que a las tecnologías de consumo se refiere, la tendencia queda corroborada por el estudio GfK Temax (Technical Market Index), según el cual la facturación del sector ha sido de 4.796 millones de euros entre enero y marzo, un incremento del 2,9% que es el primero interanual de los últimos dos años. Desde finales de 2007, la caída ha sido constante, salvo picos estacionales cada vez más bajos. Pero ese 2,9% de crecimiento no se hubiera alcanzado sin la contribución del segmento de electrónica de consumo, que representa más de una cuarta parte de las categorías analizadas y, en este primer cuarto del año, ha dado un salto del 16,5%. Motivado, casi no hace falta decirlo, por la proximidad del apagón analógico; al decir de Antonio de Santa Ana, responsable de Retail Services de GfK en España, esta transformación se ha traducido en que por tercer trimestre consecutivo “los consumidores se lanzaron a la compra de sintonizadores TDT o nuevos televisores con sintonizador integrado”.