La tendencia es clara: todos los países a la baja: -18,9% en la región, -15% en Reino Unido, -13,3% en Alemania y -17,8% en Francia. La demanda ha caído tanto en el segmento profesional como en el de consumo, y Gartner apunta que los portátiles en general han bajado un 20,4%, mientras los netbooks se hundían a menos de la mitad de las ventas de un año atrás. Las cifras que elabora la consultora se refieren a shipments, no a ventas al cliente final; tanto las marcas como los minoristas han tenido que enjugar en los últimos meses unos niveles de inventario que al finalizar 2010 eran abrumadores, y todavía hoy les perturban. La analista Meike Escherich, al comentar las cifras del trimestre, ha creído necesario matizar que “las esperanzas de recuperación del segmento profesional, supuestamente sobre una oleada de migraciomes a Windows 7, han sido sepultadas por la gravedad de la perspectiva económica”. Sin embargo, a escala europea, las unidades declinaron un 9% en ese segmento y un 27% en el de consumo. Acer ha perdido la primera posición, también en Europa y en los mercados nacionales que dominaba. ¿Su reemplazante? HP, naturalmente. Conviene ahora observar las tendencias globales. Las unidades despachadas en el segundo trimestre fueron 85,2 millones, de manera que al cierre del primer semestre sumaban 169,4 millones, un muy modesto saldo positivo, de 900.000 PC. Nuevamente, HP es un sólido líder, perseguido por Dell, que ante la debilidad de Acer, ha avanzado un puesto. La novedad es el empuje de Lenovo, única marca que puede presumir de tener un crecimiento impetuoso (y no sólo en China, por cierto). Queda un último asunto, la recurrente duda sobre el impacto de las tabletas sobre la demanda de ordenadores portátiles. Es abstracto preguntarse cuántos se venderían si las tabletas no existieran. Los analistas de Gartner se han fijado en otro detalle: «dada la excitación en torno a los tablets, muchos minoristas han adoptado una actitud muy conservadora en sus órdenes de pedido de PC». Y algunas marcas, en vista de la situación, prefieren recortar sus inventarios mediante promociones temporales, que una vez finalizadas tienden a dejar establecido un nuevo nivel de precio, con lo que al final contribuyen a deteriorar sus propios márgenes.