Bajo la constante prédica sobre el brillante futuro de Internet de las Cosas, asoma una verdad menos exuberante o más realista: el crecimiento en el número de conexiones está lejos de cumplir los pronósticos. Un estudio de la consultora IDC, basado en 3.828 entrevistas a empresas (970 en cinco países de la UE, entre ellos España) revela que la mayor parte de los proyectos de 2018 no han pasado de ser pruebas de concepto o pilotos sin continuidad en producción. Marta Muñoz, responsable europea de este área de investigación de IDC, dialogó con el autor de este blog acerca de las tendencias observadas en el estudio, que dejan al descubierto zonas grises merecedoras de reflexión.
Al margen de las siempre discutibles aplicaciones más elementales de consumo, se da por cierto que Internet de las Cosas será a su debido tiempo un ingrediente central de la digitalización industrial, lo que ha quedado institucionalizado como Industria 4.0. Es de temer que si su destino se deja exclusivamente en manos del ruido mediático, hay riesgo de desviarse del objetivo. Y no es la primera vez que se advierte.
Empecemos por definir la representatividad de la muestra […]
Esta encuesta la hacemos anualmente a empresas cuyo tamaño medimos por el umbral de 200 empleados; lo que vemos cada año que pasa es una mayor consistencia de los resultados. Sólo un 31% de las empresas europeas de la muestra nos dicen que en 2018 han lanzado proyectos de IoT y que prevén expandirlos este año; al mismo tiempo, sólo un 9% han lanzado proyectos pero no van a ampliarlos en 2019. Ya tenemos un 40%, que son muchas aunque divergen en su perspectiva inmediata. El 27% se plantea lanzar proyectos IoT en los próximos 12 a 24 meses.
Pues en principio suena bastante positivo […]
Así es, pero otros porcentajes no son satisfactorios: un 13% de la muestra ha desarrollado la solución pero no ha llegado a hacer nada con ella, ni una prueba de concepto. Y hay un porcentaje alto de empresas que no se plantean poner en producción proyectos de IoT.
¿Eso cómo lo explican los entrevistados?
Los motivos son muy variados, lógicamente. Van desde la carencia de un presupuesto específico hasta los riesgos de seguridad, pero un número importante declara que si no acomete proyectos de este tipo es porque les preocupa que sus infraestructuras actuales no podrán soportarlos.
Si ellos lo dicen…
Es un mensaje implícito a los vendedores de tecnología: no empezar la casa por el tejado. Antes hay que contar con infraestructuras adecuadas para soportar IoT. Esto no siempre ocurre, por lo que se ve. Sólo el 27% admite que los datos recogidos están influyendo en sus modelos de negocio. Resulta muy inquietante escuchar de boca de un 62% de los encuestados que en los últimos doce meses nadie les ha contactado para proponerles alguna solución IoT.
¡Sorprendente!
Para ser justos, interpretamos que tal vez los proveedores se equivocan de interlocutor: muchos de los proyectos que ha identificado IDC no nacen por iniciativa del CIO sino del área de operaciones. También puede haber errores en cuanto a qué contar; es posible que el comercial tenga inercia a hablar de productos […] Visto desde el lado de la oferta, los proveedores nos dicen que IoT no puede venderse como tecnología, sino como una solución a problemas que antes deberán estar identificados por la propia empresa.
¿Puede ocurrir que el concepto de IoT sea poco concreto? Lo digo como hipótesis […]
Puede ser. Normalmente, una solución IoT incluye diversas tecnologías. O debería: la analítica del dato, por ejemplo, es fundamental. La integración implica toda una serie de factores no previstos al principio. Hay quienes opinan que muchos comerciales no están habituados a entablar o a mantener una conversación que requiere un tono más estratégico.
Si fuera así, el fallo estaría en la empresa proveedora […]
No diré que no. Estamos constatando que muchos proveedores han tomado la decisión de dar formación adicional, que forma parte de una reorganización de sus estructuras de ventas para abordar el problema. No tenemos dudas de que IoT puede ser un acelerador de la transformación digital, pero para eso tendrá que encajar correctamente en el puzle. No es preciso tener todas las piezas, pero sí la capacidad de hablar de soluciones, no de tecnología y productos. Insistimos mucho en esto.
¿Quiénes son los proveedores notorios en el mercado español?
Los más proactivos son los operadores, que pueden fácilmente englobar IoT en un mensaje de conectividad, hablo de Telefónica y Vodafone. Asimismo, los proveedores de infraestructuras, como Huawei, HPE, Dell o Cisco, inician la conversación justo en ese punto: las redes empresariales no están preparadas, y a partir de ahí desgranan el discurso IoT. No al revés, quiero decir
¿Qué piensan los clientes de esos proveedores?
Este es otro hallazgo curioso: cuando preguntamos a usuarios finales qué tipo de proveedores ven ellos como líderes para la implementación de IoT, sólo el 12% menciona a los telcos o a los proveedores de infraestructuras. En cambio, nombran a proveedores de software, que precisamente no son los primeros en sacar el tema. Y cuando lo hacen, es más como apuesta de futuro que como oferta real. También están los vendedores de soluciones industriales, pero sólo en empresas de manufacturing
Con lo que llegamos a la cuestión de la verticalidad. IoT no se puede vender como concepto genérico y válido para todo el mundo […]
Es un problema para los proveedores porque necesitan tener en plantilla especialistas en sectores verticales. Admitamos que ninguno es capaz de ofrecer soluciones especializadas para todos los verticales […] Lo que hay, y se verá con frecuencia, es proveedores que se especializan en ciertos sectores. Vodafone es fuerte en automoción, mientras que a Telefónica la vemos mucho en retail. La mayoría trata de enfocarse en tres o cuatro verticales para identificar mejor oportunidades a corto y medio plazo.
¿Qué papel tienen los integradores?
Uno muy importante. Cuando hablamos con los usuarios, señalan como uno de los mayores retos la integración con sus sistemas de TI.
Hemos hablado de proyectos, pero no de inversión […]
La inversión en IoT ha crecido y creemos que es una de las áreas de tecnología que más crece. Según los últimos datos que tenemos, la ratio estaría en un 15% anual. En España, el monto en 2018 lo estimamos en casi 8.900 millones de euros. Pero el verdadero problema es determinar en qué casos de uso va a estar ese crecimiento y asignar ahí los recursos para obtener retorno. Los proyectos suelen ser pequeños; es muy raro que de entrada se piensen con vocación de escala. Paulatinamente van asegurándose de que tendrán presupuesto […] Un rasgo típico de IoT son los costes asociados, que pueden actuar como barreras para la inversión.
Hace un momento ha comentado el desaprovechamiento de los datos
Seguramente es uno de los primeros factores de la ralentización de los proyectos que refleja el estudio. Incluso en los que están implantados y funcionan, el porcentaje es muy bajo cuando indagas si se recopilan y se analizan los datos. En la práctica, un número altísimo, casi tres de cada cuatro empresas, los recopilan y adiós muy buenas. Así es imposible el retorno: cuando te has gastado el dinero y no haces nada con los datos, no puedes esperar que se autoricen más recursos.
Por tanto, prometo que ya terminamos [risas] ¿en qué fase diría que se encuentra IoT en Europa y en España?
En una fase incipiente, sin duda. Muy pocos de los proyectos que hemos conocido hablan de trasladar sus resultados a los procesos corporativos o de generar nuevos proyectos. Es la curva de ciclo de vida típica, que no ha llegado todavía al punto de inflexión en el que despega el crecimiento.
¿Por inmadurez de la tecnología?
Es difícil juzgar, pero nuestra impresión es que el problema no está en la tecnología sino en el equipo humano. O no tiene la preparación necesaria o no tiene la herramienta apropiada, o sí la tiene pero no ha sido bien integrada… O bien encuentra reticencias más arriba. Otro indicio es que con inusitada frecuencia no se ha definido claramente el caso de uso.
[…] preguntaba por España en el contexto europeo.
Pues la verdad es que España es uno de los países con más crecimiento. Es normal que Alemania vaya en cabeza por el fuerte peso de su industria y que detrás vengan Reino Unido, Francia y los países nórdicos (que a efectos del estudio forman un bloque). De todos modos, hay que decir que durante un tiempo la inversión española en IoT ha sido impulsada por proyectos de smart cities sostenidos por recursos públicos […] el sector industrial todavía no ha tomado el relevo, como sería deseable. .
Estamos en antesalas del Mobile World Congress. Es imperativo que le pregunte por la conectividad […]
A día de hoy no es un problema. Observamos que los usuarios terminan desplegando la tecnología que les permite cubrir sus necesidades de uso. Las variantes de LPWAN (Low Power Wide Area Network) responden a las de unos u otros: Sigfox, LoRa o NB-IoT […]. Nuestra visión, y esto no sale en el estudio, es que las tecnologías de espectro dedicado (celular, LTE, NB-IoT) acabarán ganando cuota en el largo plazo. Nuestras proyecciones dan un reparto de 50/50 entre espectro dedicado y no dedicado. Entretanto, los grandes operadores europeos optan por varias alternativas a la vez. Sólo Vodafone se ha decantado exclusivamente por NB-IoT. Lo que sí nos dice el estudio es que la conectividad no es algo que preocupe a los usuarios, son pragmáticos.