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  23/10/2025

Los móviles plegables ya se ven por la calle

Puede que fueran un capricho cuando aparecieron en 2019 pero los smartphones plegables son actualmente una categoría indispensable en el catálogo de cualquier marca con aspiraciones. Lo que empezó como un experimento, casi un reto entre dos fabricantes líderes, Samsung y Huawei  , desde entonces ha permeado al resto y se ha ganado el favor de un número no despreciable de consumidores. La proyección de Canalys para 2026 apunta un incremento del 51% en ventas hasta alcanzar los 23,4 millones de unidades y la tendencia debería proseguir en el siguiente ejercicio. La esperada llegada de un iPhone plegable serviría para engordar la estimación y darles una legitimidad definitiva.

En la primera mitad de este año no ha habido apenas crecimiento en ventas. Con dos notables excepciones: China, donde los modelos de Huawei han impulsado un 32,9% de aumento en la categoría, y Estados Unidos, donde creció un 7% arrastrada por el éxito de la serie Motorola Razr, marca histórica ahora propiedad de Lenovo.

En estos momentos, a los consumidores se les presentan múltiples opciones, desde las mencionadas hasta los dispositivos plegables de Honor, Oppo, Google Pixel o Xiaomi. En total, sólo representan entre el 1% y el 1,5% de las ventas globales de smartphones (en volumen, que en valor la cuota sería más alta). Si el cómputo se contrae a los de más de 700 dólares, ya es otra historia: un 5%).

Por ahora, los plegables tienen dos formatos: los pequeños tipo concha y los que se abren y cierran a modo de libro. Los primeros imitan el tamaño de los smartphones antes de convertirse en smart, mientras los segundos plantean como principal atractivo las dimensiones de su pantalla. Ya se ha visto en el mercado un tercer formato, un plegable triple, con el sello de Huawei; todo apunta a que pronto habrá otros exponentes.

Globalmente, la referencia es Samsung, pionera de la categoría, que ha introducido mejoras notables en sucesivas generaciones  Su Galaxy Z Fold 7 ha ganado tamaño y su pantalla desplegada llega a las 8 pulgadas, de manera que se acerca a lo que puede ofrecer una tableta. Este es, en la práctica, el principal reclamo de los plegables: trata de captar a los usuarios que nunca han mostrado interés por las tabletas como dispositivo a medio camino o los que creen que pueden obtener lo mejor de dos mundos en una sola pieza. El otro modelo de la marca, Galaxy Z Flip 7, también aumentó el tamaño de la pantalla y explora la IA generativa como interfaz para controlar el terminal.

No hay duda de que el mayor revulsivo para los plegables sería, en su caso, la entrada de Apple. No sería la primera vez que el fabricante del iPhone sigue la estela marcada por otros. Hasta septiembre del 2014, los iPhone se mantuvieron en las 4 pulgadas mientras Samsung llevaba tiempo vendiendo modelos con pantallas más grandes. Al final, la marca de la manzana tuvo que ceder y adaptarse a lo que prescribía su competidor y pedían los consumidores.

Nadie diría que los consumidores actuales están pidiendo smarphones plegables, pero no se puede negar que hay un público para ellos. Ni que Apple necesita revitalizar las ventas de su dispositivo fetiche, ahora parece que más animadas gracias al modelo 17. En 2023, se vendieron 234,6 millones de unidades en total, que al año siguiente decrecieron a 232,1 millones, según informes de IDC. Este año, el iPhone Air, que está en la línea de los nuevos móviles ultradelgados, pretende dar un impulso a los números de la marca [los del cuarto trimestre y en consecuencia los del año fiscal, se conocerán el 30 de octubre]. Esta vez, la marca de la manzana se ha apresurado a seguir la tendencia marcada por Samsung meses antes.

En la última presentación del iPhone se produjo un fenómeno insólito, un desfile de preanuncios de los próximos lanzamientos, como si la compañía necesitara crear expectación. Entre esos futuribles no había un plegable, pero en los mentideros de la industria se anticipa que 2026 será el año elegido.

Los 5,6 milímetros de grosor del iPhone Air indicarían que Apple ya ha aleccionado a sus proveedores para que se preparen al adelgazamiento de los próximos modelos. Lo que es uno de los requisitos para conseguir fabricar un plegable. Sobre iOS 27, el sistema operativo que se prevé a finales del próximo año, ya se rumorea que tendrá algunas funciones pensadas para dispositivos plegables. Lo mismo se dice del módem diseñado por Apple que finalmente ha dado con la tecla  . La primera versión, C1, apareció con el iPhone 16e y demostró ser más eficiente que los equivalentes de Qualcomm, su antiguo suministrador. Con lo que – se especula – el C2 podría estar listo para equipar un plegable, con el objetivo de avanzar en autonomía, uno de los puntos débiles de esta categoría.

La compañía que comanda Tim Cook tendrá que hacer un equilibrio para que su futuro dispositivo no canibalice las ventas del iPad más de lo debido. Y también deberá acertar en la fijación de su precio. Parece plausible que su línea de referencia esté en los 2.000 dólares: ya hay plegables que rondan o superan esa cifra y sus fabricantes tendrían que decidir si rebajar los suyos es la táctica adecuada para batallar con el recién llegado. Si sirve de lección, la compañía no debería cometer el mismo error que con las gafas Vision Pro, cuyo precio estratosférico ha sido un freno al salir al mercado.

Desarrollar un plegable para su producción masiva no es sencillo, dicen los especialistas. Algunos fabricantes han tenido problemas con la primera generación, especialmente en la bisagra. Precisamente: Apple habría trabajado en una tecnología para evitar que la parte central de la pantalla se arrugue al abrir y cerrar. Curiosamente, sería Samsung su proveedor de paneles y responsable de producir este componente cuya   que distribuyan el estrés del material cuando se dobla. Desde luego, se espera que Apple se distinga nuevamente por la calidad del producto.

Pero esta vez parece ir a la zaga en este segmento del que ya resulta problemático ausentarse. Para cuando Apple – supuestamente – saque al mercado un iPhone plegable, es posible que Samsung tenga ya el suyo propio de pantalla triple. Por ahora, este formato que se desdobla en tríptico sólo está representado por el Huawei Mate XT, presentado el año pasado y el Mate XTs, de segunda generación. Su precio equivale a 2.500 dólares y sólo se vende en China.

Los indicios sobre Samsung se deben a que registró el año pasado una patente, que se ha hecho pública recientemente, para incrustar tres baterías en un dispositivo de tres cuerpos. El objetivo sería alargar la autonomía lo máximo posible, teniendo en cuenta el despliegue de una pantalla grande. Como antecedente, el Mate XT de Huawei tiene 10,2 pulgadas, tamaño comparable al de un iPad que, en un smartphone, sólo puede conseguirse mediante un delicado mecanismo que estará sometido a un estrés muy superior. Por cierto, en este caso, la relación de aspecto (16:11) es muy similar a la que despliega una tableta (4:3). Esto es algo que ni siquiera ocurre con el Galaxy Z Fold 7, cuyo formato es prácticamente cuadrado y aprovecha peor el espacio en los vídeos panorámicos.

Los plegables triples tienen, por lo tanto, la ventaja de compararse mejor con la aspiración de ser un dos en uno y, también, de aprovechar el tercer panel, que en los plegables simples queda sobrante al abrir la pantalla grande. El plan de Samsung contemplaría empezar con una producción controlada de 50.000 unidades (se prevé que del Galaxy Z Fold 7 se vendan diez veces más) para tantear la demanda. Será un producto costoso, difícil de fabricar y que tal vez sólo aparezca, al menos inicialmente, en Corea del Sur y China. Síntoma de su carácter  ensayístico.

En paralelo, los plegables bailarán al ritmo de la IA generativa, que se ha inoculado en los smartphones de gama alta con visos de extenderse a todos los demás. Muchas funciones basadas en esta tecnología van camino de convertirse en usuales, como la traducción simultánea de llamadas, subtítulos en una conversación, cierta edición de imágenes y vídeo o resúmenes de textos. Apple cuenta con todas ellas, pero no con una IA que vertebre sus dispositivos, mientras que Samsung – al final, el juego estará entre las dos marcas – se ha asociado con Google para que Gemini sea ese asistente moderno con el que sueñan todos los fabricantes desde que apareció Siri, que luego se estancaría. La exhibición de la IA como interfaz de usuario se pone de manifiesto en el Samsung Galaxy Z Flip 7 .

Este plegable tipo concha ha incrementado el tamaño de su pantalla exterior, con el fin de desplegar más información que la mostrada en las generaciones anteriores. Pero el factor decisivo será la posibilidad de acudir a Gemini para hacerle cualquier consulta o incluso pedirle que ejecute alguna aplicación. Esto recuerda a otros dispositivos de IA que han nacido – y perecido con prontitud – en los dos últimos años. Con la salvedad de que este terminal puede convertirse en un smartphone cuando el usuario lo necesite. Es otra pista de que este nicho de mercado puede entrar en una fase de expansión.

[informe de Pablo G. Bejerano]

 

 


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