Parece haber mucha prisa mediática por decretar la extinción del dinero, a juzgar por ciertos titulares recientes. Más templadas son las conclusiones del estudio Tendencias en Medios de Pago, elaborado por Tecnocom en colaboración con Analistas Financieros Internacionales (AFI). La conclusión de la ola de integraciones bancarias, y el retorno (muy relativo) del crecimiento económico – y por consiguiente del consumo – podrían estar anunciando un período expansivo para los medios de pago electrónico. Si la crisis impuso una merma considerable de unidades de tarjetas de crédito en circulación, en 2015 se puso coto a esa tendencia, señal incipiente de un nuevo estado de ánimo. A saber.
Porque el dinero de plástico es dinero, y las llamadas monedas virtuales, como el bitcoin, también lo son. Otra cosa es que desde el norte de Europa se propague una corriente en favor del eclipse del efectivo. El estudio, ya en su quinta edición anual, se centra en el análisis de los medios de pago electrónicos, lo que implica necesariamente una correlación con la evolución del dinero contante y sonante. El análisis abarca no sólo España sino también Portugal y seis países de América Latina donde Tecnocom presta servicios de procesamiento informático de pagos. A continuación, este post se concentrará en las principales tendencias del mercado español.
Señala el economista Emilio Ontiveros, presidente de AFI, en el prólogo al estudio: «sin lugar a dudas, la principal novedad del sector en el último año ha sido la entrada en vigor de la reducción normativa de las tasas multilaterales de intercambio y sus efectos en el sistema. En los primeros meses de aplicación se observa un efecto inmediato en el repunte de los ingresos de adquirencia […] desaparece el diferencial por pertenecer a una misma red, igualando el terreno de juego para todas las entidades participantes en el mercado de tarjetas».
Entrando ahora a las cifras, referidas al año 2014, indican que se contabilizaron 2.090.000 tarjetas de débito menos en circulación en España, un 7,8% menos que el año anterior, pero sólo un 0,5% menos en las tarjetas de crédito. Puede explicarse los descensos por varios factores, entre los que se destaca el desprendimiento voluntario por parte de los titulares de múltiples tarjetas y, también, el derivado de los procesos de integración bancaria que, como es obvio, ha reducido el número de emisores.
El parque total de tarjetas en España alcanzó los 67,6 millones, distribuías en 24,4 millones de débito y 43,2 millones de crédito. El total resulta un 11,5% inferior al récord histórico de 2008, con 76,4 millones de tarjetas. La cara positiva es que el número de operaciones de compra realizadas en España – con tarjetas españolas – aumentó un 8,5% en 2014, crecimiento muy superior al 2,4% del año anterior.
En la misma línea, en relación con la aceptación de tarjetas en el comercio, el informe de Tecnocom incluye una investigación demoscópica que destapa las razones por las que la aceptación del pago con tarjeta está creciendo en el sector minorista con una penetración del 66%. Enumera las siguientes: comodidad de los clientes, facilidad de pagos con importes más altos, más segura que el efectivo. Estos son los criterios por los que los comerciantes se están subiendo al carro del pago electrónico.
Más allá del plástico, la tendencia más clara que se vislumbra desde 2011, año de publicación del primer estudio de Tecnocom, es el avance hacia la movilidad y la inmediatez del pago. En este sentido, todas las previsiones apuntaban a la tecnología de contacto como escalón intermedio para generar un infraestructura de aceptación de pagos que más parte diera soporte al despliegue de NFC. En el estudio 2015, los autores recogen las mismas pautas.
En cuanto a las previsiones a futuro, la mirada de los expertos consultados para el estudio se dirige a la transformación digital del sector y consiguiente adaptación del marco regulatorio, tanto europeo como español. Tres grandes ejes de innovación se dibujan en el horizonte en torno a las transferencias electrónicas inmediatas (faster payments), el creciente desarrollo de los wallets móviles y los avances en el comercio electrónico.
En este punto, la principal conclusión es que el comercio electrónico es un gran vector de crecimiento para los pagos online. En España, los pagos por comercio electrónico sumaban en 2014 casi 16.000 millones de euros en 190 millones de operaciones, un 24% de aumento sobre el año anterior y casi tres veces el valor de hace cinco años. Viajes y transporte aéreo han representado una cuarta parte del valor de las compras online. Sin embargo, el comercio electrónico transfronterizo (16,5% del total son compras iniciadas en el exterior) es una asignatura pendiente en España, desde la perspectiva de la exportación.
Tanto la banca por Internet como la banca móvil avanzan con paso firme como canales transaccionales para operaciones de pago de bajo valor, consecuencia del aumento del uso de dispositivos móviles como canal de acceso e inicio de las órdenes de transacciones, así como por la mayor oferta de servicios de banca móvil puesta a disposición de sus clientes por entidades financieras y, especialmente en el último año, por otros proveedores de servicios de pago ajenos en origen al negocio financiero. Entre los principales servicios disponibles a través de estas modalidades, destacan las transferencias electrónicas, el pago de servicios, el pago con tarjetas de crédito y la consulta de saldos y movimientos en cuenta.
La eclosión de los wallets en 2014 ha supuesto un importante impulso para la banca móvil, especialmente notable en España, donde buena parte de los bancos ha inaugurado este tipo de servicio en los últimos meses. La importancia de Internet y la banca móvil pone de manifiesto la retroalimentación existente entre el sector TIC y el negocio bancario, lo cual no solo ofrece oportunidades de colaboración entre los operadores de ambos sectores, sino que sitúa al segundo en una posición de dependencia relativa respecto del primero, visto el acelerado ritmo que la innovación tecnológica impone a los negocios tradicionales, como es el bancario. En este sentido, el informe señala que “desde finales de 2013 somos testigos de importantes alianzas entre la banca y el universo de proveedores de tecnología (más allá de los operadores de telefonía) para desarrollar nuevos negocios digitales, entre los que se encuentra la banca móvil”.
La edición anterior del informe concluía con la mención al inminente lanzamiento de Apple Pay en el cuarto trimestre de 201. El de este año se abre con la misma cuestión, haciéndose eco de los sucesivos lanzamientos de plataformas similares por parte de compañías tecnológicas y nuevos entrantes como Samsung Pay, Google Pay y Line Pay, que “se han convertido en auténticos protagonistas en el sector de medios de pago”.
También se intuía una amenaza incierta proveniente de nuevos entrantes digitales, que con el tiempo se ha hecho realidad. Más allá de los grandes actores, el ´ecosistema` de nuevas empresas con base tecnológica dedicadas a innovar en el sector financiero, conocidas como fintech, está recibiendo mucha inversión y promete abrir significativamente la competencia en el negocio financiero.
Entre las innovaciones que pretenden cambiar de manera significativa el sector merecen especial atención las llamadas criptodivisas, como el bitcoin y, muy especialmente, la tecnología de registro distribuido denominada blockchain que “pensamos va permitir provocar movimientos disruptivos en el mundo de las transacciones financieras”, asegura el informe.
Es notorio que una de las primeras aplicaciones de blockchain ha sido el desarrollo de las llamadas monedas virtuales, de las cuales bitcoin es el ejemplo más conocido. Pero su potencial va más allá que el de ser un simple método de pago, dado que podría afectar a las transacciones vía tarjeta de crédito, a las transferencias de dinero entre bancos y a la gestión de bonos y acciones. De hecho, algunos bancos y compañías de tarjetas de crédito están empezando a explorar su potencial con pequeños proyectos: es el caso de Visa que estudia sus posibilidades de uso como una alternativa al convencional procesamiento de remesas.
El impacto de esta tecnología será determinante en el futuro de los medios electrónicos de pago. En la medida que el pago electrónico crece, las monedas y billetes podrían ser historia en no muchos años. Al menos es lo que manifestaron algunos de los principales ejecutivos financieros mundiales presentes en el último Foro de Davos como John Cryan, co-CEO de Deutsche Bank, quien pronosticó que, en diez años, “probablemente, no veremos circular un efectivo, que es tremendamente ineficiente.
La gran batalla de la banca digital es la erradicación del efectivo. “Es caro, impide la trazabilidad de las transacciones y, por tanto, facilita el fraude”, señala Javier Rey, director general de Banca y Seguros de Tecnocom, para añadir que a pesar de esto, no todos los actores del negocio, principalmente los consumidores, lo entienden así: “en muchos casos porque no encuentran las ventajas que les aporta, otras veces por una comodidad mal entendida e incluso porque creen que con el efectivo están haciendo un favor a sus tiendas de confianza, evitándoles unas comisiones innecesarias”.
[informe de Lola Sánchez]