Todos los estudios publicados recientemente coinciden en identificar tres de las cuatro grandes tendencias que dejarán huella en el mercado de las tecnologías de la información el año entrante: cloud computing, big data y business analytics. La cuarta es obvia: movilidad. En una industria con crecimientos rácanos, estos son los segmentos que (salvo catástrofe) tienen aseguradas ratios de dos dígitos en 2012. Para entonces, en el mejor de los casos –dice Gartner – el sector en su conjunto crecerá como máximo un 3%, insuficiente para saciar a los inversores. Por consiguiente, todas las compañías de T.I. exploran esas líneas de negocio para elevar la media de su crecimiento previsto.
A pesar del ruido imperante sobre el cloud computing, sólo el 40% de los directores de sistemas afirman que sus organizaciones tienen prisa por llevar su informática a “la nube”; pero el 75% identifica como prioridad el almacenamiento de datos a gran escala, o big data, y el porcentaje sube a más del 80% cuando se les pregunta por su implicación en las soluciones analíticas. ¿Están relacionadas las tres tendencias? Bastante.
Para las organizaciones de todo tipo, en casi cualquier sector, la ola de información digital que las desborda implica la necesidad de instrumentos que les permitan adaptar su oferta a las preferencias de los usuarios y consumidores, planificar sus campañas de marketing y corregirlas sobre la marcha si fuera necesario. Todo ello recortando costes, como mandan los tiempos.
Imaginemos: 1) compañía eléctrica que necesita predecir la influencia de la meteorología en sus costes; 2) fuerza policial que tiene que rastrear en el mínimo tiempo las imágenes grabadas por cámaras de seguridad; 3) banco que quiere indagar un historial de transacciones para prevenir fraudes; 4) gran superficie que pretende optimizar la rotación de existencias y recalcular los precios del día para ajustarlos a la demanda; 5) marca de consumo que está obligada a responder a una campaña hostil en Facebook o Twitter. Estos son ejemplos reales; de ellos, y de otros muchos, se ocupa la disciplina llamada business analytics. Para practicarla se necesita capacidad de almacenamiento de magnitud nunca antes conocida; sobre todo, se necesita capacidad para interpretar ingentes masas de datos ante los cuales las bases de datos convencionales son impotentes, o demasiado lentas. Este es el punto en el que big data y business analytics se encuentran.
Cada día, el mundo entero produce 2,5 cuatrillones de bytes de datos, generados por sensores, móviles, transacciones on line, buscadores e intercambios en las redes sociales. Un 71% de los directores de sistemas interrogados por Gartner reconocen no estar preparados para el aluvión.
Del lado de la oferta, prácticamente todas las compañías de T.I. se dan codazos para ocupar un espacio en negocio tan floreciente. IBM lleva años de ventaja, absorbiendo empresas y tecnologías que encajan en su estrategia de business analytics. Esta categoría es uno de los ejes del informe Tech Trends, publicado por IBM en julio de este año, e identifica la más alta tasa de adopción comparada con otras áreas tecnológicas; la mitad de las organizaciones que no la usan actualmente, planean hacerlo en los próximos 24 meses, y el 42% de los encuestados consideran que es un área fundamental para el desarrollo de software.
A propósito de desarrollo, según el informe, el 87% de los interlocutores señala que las plataformas open source como Hadoop van a desempeñar un papel clave en este campo de aplicación. No todo son parabienes, sin embargo. Muchas de las respuestas, incluso las más positivas, sugieren la existencia de inquietud acerca de cómo integrar esta sofisticada capacidad en las tecnologías existentes y cómo formar al personal para sacar provecho de aquélla. Estos dos problemas aparecen por delante de las consideraciones de coste.
Este año, IBM anunció BigInsights, un software de la familia InfoSphere destinado a resolver los problemas planteados por big data. Es, según la compañía, el resultado de cuatro años de trabajo de 200 investigadores, está basado en Hadoop pero también incorpora Watson, tecnología que ha recibido un impulso de popularidad gracias a su aparición en un concurso televisivo. Watson está diseñado para analizar el significado y el contexto del lenguaje humano y recomendar respuestas a las preguntas que se le plantean. Lo importante es que puede procesar el equivalente a 200 millones de páginas de datos en menos de tres segundos. El próximo reto para IBM es encontrarle aplicación comercial, otro punto de convergencia entre big data y business analytics.
IBM no está entre las empresas con tesorería más rica del sector, pero esto no impide que sus adquisiciones sean constantes: en los últimos cinco años ha digerido casi un centenar de compañías. La lista de afinidad con business analytics, impresiona: Ascential, FileNet, Unica, Cognos, Ilog, SPSS, Netezza, y otras, hasta contar 26 empresas en las que ha desembolsado 14.000 millones de dólares. Desde agosto, ha adquirido otras dos, i2 y Algorithmics, que complementan su cartera. Presume también de registrar cada año 500 patentes en este campo, y de contar con el mayor departamento de matemáticas de cualquier empresa privada.
Como es obvio en un campo tan fértil, los competidores se mueven. HP ha presentado una solución analítica que integra las tecnologías adquiridas de Vertica y Autonomy. Por su parte, EMC, gran especialista del almacenamiento, va en la misma línea desde la compra de Greenplum a finales del 2010. SAP apuesta por un desarrollo diferente, el software de análisis en memoria mientras Oracle, toda una potencia en las bases de datos, anda al acecho de alguna presa que facilite su asalto a la categoría. Lo dicho: nadie quiere quedarse al margen de una corriente que en 2012 puede marcar la diferencia entre crecer o quedarse estancado.