SonimagFoto, que se celebró la semana pasada en Barcelona, no goza ni remotamente de la solera de un salón internacional como Photokina, pero vale como termómetro para medir la temperatura del mercado fotográfico español. Desde 2007, año de máximo histórico, las ventas de cámaras digitales venían cayendo en España, pero ha sido precisamente en 2010 cuando se ha frenado la caída, con incrementos mínimos, eso sí: 0,7%, en unidades y del 1,4% en valor. Son bienvenidos, en todo caso, dadas las circunstancias. Los problemas fueron más serios en 2009, por lo que un desglose parece necesario para hacerse una idea completa de la situación actual.
Las cámaras de lente fija (compactas) han experimentado en 2010 caídas soportables, tanto en valor como en unidades, mientras las de lente intercambiable (con o sin espejo) han registrado crecimientos importantes, que llegan al 23,6% en unidades y 18,6% en valor. En ambas categorías, el precio medio ha descendido menos de lo previsible en un año de crisis.
Según los datos que elabora GfK, se vendieron 2.684.702 unidades por un monto total de 495,2 millones de euros. Un 95,7% del volumen y un 67% del valor fueron para las cámaras de lente fija (compactas), lo que significa que las de lente intercambiable han ganado terreno en ambas magnitudes. El precio medio casi no ha variado sobre el año precedente, de una profunda crisis. Estadísticamente, fue de 185,2 euros (139,3 las de lente fija y 545 euros las de lente intercambiable).
Visto de otro modo, las compactas pierden peso gradualmente en el mercado, y son escasamente rentables, pero ninguna marca renunciaría a una categoría que representa ocho de cada diez unidades vendidas y seis de cada diez euros facturados. Se supone, con fundamento, que los usuarios de compactas serán mañana usuarios de la categoría inmediata superior.
La tendencia – mejor sería decir la inercia – revela que la carrera de los megapixeles no tiene pinta de detenerse, por mucho que varias marcas prediquen el freno: el consumidor identifica resolución de la cámara con calidad de sus fotos, y no hay más remedio que seguirle la corriente. Incluso en las compactas, el 68% de las unidades que se vendieron en 2010 ofrecían más de 12 megapixeles y se ha saltado la barrera de los 14 megapixeles que en esta categoría son claramente excesivos.
Ignacio López, director del área de Electrónica de Consumo de GfK no cree posible en este momento un pronóstico serio acerca del 2011. La demanda de cámaras compactas es básicamente de reposición – dice – y no se puede esperar que salve las cuentas; en cambio ve recorrido a las de lente intercambiable, dependiendo de la marcha de la economía. Lo que parece una obviedad, tiene como referencia Alemania, un mercado maduro en el que un esbozo de mejoría económica ha disparado las ventas de cámaras digitales, con previsión de dos digitos de crecimiento.
Un enorme factor de incertidumbre deriva de la catástrofe que sufre Japón. Las consecuencias del seísmo del 11 de marzo aún no se conocen con exactitud, pero han ensombrecido la perspectiva de una industria en la que las marcas niponas son hegemónicas. Todos los informes difundidos por los fabricantes transmiten la idea de que sus instalaciones han sufrido daños menores y podrían reanudar la producción en un breve plazo, pero la suma de noticias es inquietante.
Sólo Nikon ha perdido un empleado de su fábrica de Sendai, pero reconoce que su planta de Tochigi está muy dañada, aunque confía en rehabilitarla a comienzos de abril. Según la recopilación de la revista Amateur Photographer (ver mapa), Canon se ha salvado porque sus cámaras se fabrican al sur del país, en la isla de Kyushu, pero la producción está perturbada por los cortes de suministro eléctrico. Pero su fábrica de lentes, al sur de Fukushima, ha cerrado y no hay fecha de reapertura.
Sony tiene cuatro instalaciones en el área de Fukushima, una de las cuales produce baterías recargables para sus cámaras y las de otras marcas, también paralizada; la misma situación se da en otras más al sur, en Aichi y Gifu, donde se fabrican cámaras réflex y lentes. Olympus ha informado de serios daños en su factoría de Shirakawa. En la de Fujifilm sigue paralizada la producción de la cámara X100.
En suma, el desbarajuste logístico es mayúsculo. Aunque varias compañías, entre ellas Nikon y Olympus, tienen radicada una parte de su producción en China y Tailandia, incluso estas plantas sufren la escasez de materiales. La interrupción de suministros de sensores, pantallas LCD y memorias es casi seguro que perturbará durante meses el lanzamiento de nuevos productos. De pronto, el mercado se ha visto abocado a una inesperada crisis de oferta, y un efecto inmediato ha sido el descenso de las acciones de Nikon (-30%) y Canon (-17%) en los últimos 30 días.