La televisión en 3D que en la edición del año pasado fue un banderín de enganche para forzar las ventas de una temporada que pintaba mediocre, esa categoría ha estado omnipresente en los pabellones de lFA 2010. Una vez hechas las cuentas, 2009 ha salido bien, aunque las ventas de 3D hayan sido minoritarias. La experiencia visual es tan cautivadora, que ninguna marca puede quedarse al margen, y en esto poco importa si son sinceras o íntimamente escépticas. El mercado está en una fase embrionaria, y para que despegue realmente hará falta arroparlo con contenidos, sean originales o reciclados. A medio plazo, habrá que encontrar la manera de que el usuario pueda prescindir de las gafas.
Panasonic juega buena parte de su futuro a esta carta, al proponer a los consumidores “una experiencia integrada end-to-end”. Laurent Abadie, presidente ejecutivo de Panasonic Europa, enunció los cuatro pilares de esa estrategia: contenidos desarrollados por los propios usuarios, películas de Hollywood, espectáculos en directo (deportes) y juegos. La mención de los deportes apunta uno de los problemas para desarrollar el mercado. En la presentación de Panasonic, lucían en 3D las voleas de Rafa Nadal en Roland Garros, ¿Por qué no las imágenes de la Copa del Mundo, tanto o más espectaculares? Ah, porque la exclusiva la tiene Sony.
Algo parecido ocurrirá con la distribución de Avatar en versión 3D para Blu-ray: Panasonic se reserva “temporalmente” la compatibilidad entre sus reproductores y sus televisores, cerrando el paso a otras marcas. Lo mismo hace Samsung con sus derechos sobre Monsters & Aliens. Es el tipo de maniobra a que recurren los fabricantes para asegurarse de que sus productos tendrán contenidos disponibles; de paso, satisface a los estudios, porque les garantizar un flujo de ingresos que compense lo invertido en la tecnología 3D. Pero es también una fuente de confusión para el consumidor.
A lo que íbamos. Panasonic presentó una impresionante gama de televisores de su línea Viera, que va de 46 a 152 pulgadas, en tecnología LCD o plasma, según tamaños. Pero, tratándose de una empresa líder en el mercado del broadcast profesional, también mostró cámaras y equipos de posproducción, así como la tecnología de conversión de contenidos en 2D para que puedan verse en 3D. Para que la experiencia sea realmente end-to-end, presentó dos primicias absolutas: la primera cámara de vídeo en 3D para el segmento de consumo, y un par de adaptadores para que sus cámaras Lumix puedan grabar imágenes tridimensionales. Hablando de pilares, la compañía japonesa anunció que en 2011 ampliará el alcance de su actual servicio Vieracast de video bajo demanda – en cinco mercados europeos, pero no en España – incorporando no sólo YouTube y Eurosport (como hasta ahora) sino también un catálogo de películas de Paramount.
Todos los fabricantes de primera línea van en la misma dirección, con los lógicos matices estratégicos. Para Samsung, el matiz consiste en promover su propia solución para que los contenidos 2D puedan verse como si hubieran sido producidos en 3D. LG, puesta a presumir de las “infinitas posibilidades” de su tecnología, exhibió una pantalla multivisión en 3D de 180 pulgadas, es decir 4,5 metros en diagonal. Llamativa, desde luego, pero la gran novedad de su stand en Berlín fue un televisor OLED de 31 pulgadas todavía no disponible comercialmente.
Sharp, cuya ventaja relativa es contar con la mayor capacidad de producción de paneles LCD del mundo, no había mostrado hasta ahora mucho entusiasmo hacia las tres dimensiones. Pero en la feria de este año presentó dos modelos de su gama Aquos (54 y 60 pulgadas) en la tecnología que denomina Quattron y cuya característica es que procesa los cuatro colores primarios, añadiendo el pixel amarillo al estándar RGB. “Tanto si optan por 2D o 3D, los consumidores buscan la mejor calidad de imagen – dijo el presidente europeo de Sharo, Hiroshi Sasaoka – y nuestra compañía ha elevado una vez más el listón, colocándose tecnológicamente por delante de la competencia”. A los modelos previos de esta gama, se añaden dos 3D en 52 y 60 pulgadas, en un diseño muy delgado y sin marco. Según la documentación técnica, la incorporación del amarillo aporta una reducción del consumo de energía, ya que un panel convencional RGB requiere mucha luz para mostrar correctamente los colores intermedios (amarillo, cian y magenta) y – subraya – el amarillo tiene una relación de apertura mayor, que hace más fácil la transmisión de la luz.
En el pabellón de Sharp había otro motivo de lucimiento, una pantalla LCD táctil que, en espera de su aplicación a los formatos propios de la televisión, tiene un potencial inmediato en smartphones y consolas de juegos. De momento, el tamaño alcanzado es de 3,4 pulgadas, todavía insuficiente para los nuevos móviles, pero la prensa japonesa ha anticipado que Sharp será el suministrador de la primera consola en 3D de Nintendo, cuya salida al mercado se espera para marzo del año próximo. En realidad, Sharp ya produjo un display 3D en 2003, pero en aquella fase el brillo y la resolución no eran del todo satisfactoria; ese problema ha sido superado en la versión actual.
Sony, por supuesto, participa del movimiento 3D, y de ello mostró pruebas en su exhibición. Pero la sorpresa, si así puede llamarse, ha sido el lanzamiento de una plataforma online, bautizada Qriocity, que conecta los dispositivos de la marca habilitados para trabajar en red. “A través de Qriocity – presumió Fujio Nishida, presidente de Sony Europa – podemos distribuir una amplia gama de contenidos digitales que incluye vídeo, música, aplicaciones, juegos y, con el tiempo, e-books”. Es fácil y arriesgado a la vez calificar esta iniciativa como un competidor para iTunes. Una parte del anuncio estuvo dedicada a Music Unlimited, que será la oferta de música en streaming de Sony. Las caras de escepticismo de la prensa eran elocuentes.