Si la candidata republicana Margaret Cushing Whitman hubiera ganado en 2010 las elecciones en California, hoy tendría que apechugar con el déficit que Arnold Schwarzenegger dejó a su sucesor, el actual gobernador Jerry Brown. Pero Meg Whitman perdió las elecciones y volvió por la puerta grande a la empresa privada. Como CEO de HP desde hace ocho meses, apechuga con otros problemas: en los dos trimestres cerrados desde su llegada, los ingresos de la compañía han bajado un 5% y los beneficios un 38%. Como es sabido, la herencia recibida es una excusa de patas cortas, por lo que Whitman se empeña en demostrar que lleva el timón y marca el rumbo. Convence, pero todavía no vence.
Durante estos ocho meses, varias decisiones de Whitman han enmendado la plana a su antecesor: ha renunciado a segregar la división de sistemas personales, y luego la ha fusionado en una misma estructura con la de sistemas de impresión. La semana pasada, ha rectificado en parte la operación más importante de Apotheker, la compra de Autonomy por 10.300 millones de dólares, al calificar sus resultados como decepcionantes. El fundador de Autonomy, Mike Lynch, a quien algunos auguraban gran futuro dentro de HP, se marcha como antes lo hiciera el equipo directivo que llegó con él, más millonario que hace un año.
Los resultados trimestrales de HP anunciados la semana pasada, han excedido las expectativas de Wall Street, lo que dice más sobre el bajo nivel de las expectativas que sobre la calidad de las cifras presentadas. La sesión con los analistas será recordada por otra noticia, la confirmación de que el plan de Whitman para bajar los costes y recuperar los beneficios conlleva la pérdida de 27.000 empleos, el 8% de la plantilla de la compañía.
En el trimestre febrero-abril, los ingresos de HP sumaron 30.700 millones de dólares (un 3% menos que hace un año) y el beneficio neto se hundió un 30,9%, hasta 1.500 millones. Una revisión sistemática de las cifras revela que el único negocio realmente a flote ha sido el de software, que por su dimensión poco puede hacer frente al declive generalizado. A continuación, el desglose de los resultados sigue el guión presentado por la directora financiera de HP, Cathie Lesjak.
PSG, Personal Systems Group. Con 9.452 millones de ingresos, ha cerrado el trimestre con un crecimiento secuencial del 6,5% sobre el precedente, pero en la comparación con el trimestre equivalente del ejercicio anterior su saldo es cero. El beneficio operativo ha bajado 2 décimas de punto. Yendo al detalle, se apunta una recuperación de las ventas a empresas y un descenso en el consumo. Según Lesjak, el total de unidades despachadas ha disminuído el 1% interanual, declive compensado por una elevación del precio medio. Whitman ratificó ante los analistas la confianza en que la nueva gama de productos presentada el mes pasado reforzará a HP en el primer puesto del mercado mundial. Todd Bradley ha tomado el mando de la nueva división Printing and Personal Systems (PPS), que absorbe la hasta ahora llamada Imaging and Printing Group.
Services. Esta es una de las ramas de la compañía que más sufrirá la reestructuración decidida por Whitman. En el trimestre de referencia, sus ingresos bajaron el 1%, aunque tuvieron un repunte secuencial. El mayor problema es la rentabilidad: su beneficio operativo ha caído 4,1 puntos en un año. La actividad de outsourcing (3.669 millones) ha sido determinante en la tendencia, con un retroceso del 3% en los ingresos. Explicación de Lesjak: “hemos sido más selectivos en los contratos que buscamos; tienen que ser estratégicos y con márgenes atractivos”
IPG. Imaging and Printing Group. Ha sido tradicionalmente un motor del beneficio de HP, pero antes de fusionarse con la división de sistemas personales venía mostrando datos inquietantes: una caída del 10% en los ingresos – más grave aún en consumibles; -12% – y un beneficio operativo en descenso de 3,4 puntos con respecto a un año antes. Los problemas – explicó la directora financiera – se reparten entre el segmento comercial (-4%) y el de consumo (-15%). No obstante, la presencia de HP en el mercado de artes gráficas es un signo esperanzador, así como lo son las sinergias que puedan conseguirse tras la fusión con PSG.
ESSN. Enterprise Servers, Storage and Networking. Whitman ha confiado a Dave Donatelli la tarea de restaurar la buena salud de esta estructura compleja dentro de la compañía. La mayor parte del descenso del 6% en los ingresos se ha explicado por la escasez de discos duros, y la bajada del beneficio operativo a la presión competitiva en los servidores estándar, que abarca la familia ProLiant. El negocio de almacenamiento salió a flote (1% de crecimiento). En este contexto, la actividad de networking avanzó 2%, y Lesjak creyó oportuno apostillar: “confiamos en que tenemos una excelente cartera de productos, entre ellos la recientemente anunciada Virtual Application Network”.
Software. Queda dicho que esta rama de actividad ha contribuído con un 22% de aumento de sus ingresos, pese a haber sido “desfavorablemente impactada por los costes de integración y ajustes contables relacionados con las adquisiciones recientes”. La evolución de las licencias ha sido la nota más baja de este conjunto, un problema que parece no ser exclusivo de HP: los resultados de sus competidores parecen indicar que la demanda de nuevas licencias está desganada, lo que hace que el beneficio operativo dependa de la facturación de soporte y otros servicios (+ 72% en el caso de HP).
Fue en este punto cuando Meg Whitman desveló su insatisfacción con los resultados alcanzados por Autonomy, adquirida durante el breve reinado de Leo Apotheker. Según la CEO, serán necesarios varios trimestres para que esa adquisición fructifique, aunque aclaró: “no es culpa del producto, ni del mercado, ni de la competencia”. Blanco y en botella. La división de software volverá a ser dirigida por Bill Veghte, un veterano de Microsoft, que compaginará esa responsabilidad con la de vicepresidente de estrategia de la compañía.
Cuando toque juzgar la gestión de Meg Whitman al frente de HP, los analistas recordarán su promesa de llevar a cabo “un esfuerzo plurianual para hacer de HP una compañía más simple y más eficiente”. Se trata – dijo – de reducir la estructura de costes y de realinear la fuerza de trabajo. Y como parte de ese programa, confirmó la noticia más temida: antes del final de este año fiscal saldrán de la compañía 9.000 empleados, número que se elevará a 27.000 antes de cerrar el 2014. El ahorro previsto oscilará entre 3.000 y 3.500 millones de dólares.
“No puedo decir que hayamos completado el giro que la compañía necesita, pero estamos haciendo progresos”, fue la frase con la que la CEO de los últimos ocho meses cerró su presentación.