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  24/11/2025

La IA va sin freno, pero tardará en crear valor

ITxpo, el simposio itinerante de la consultora Gartner que desembarca cada otoño en Barcelona, no ha defraudado las expectativas por las que unos 7.000 asistentes (o las empresas) han apoquinado varios miles de euros a cambio de recibir inspirados mensajes y compartirlos con sus colegas. La mayoría ya los conocía o, como poco, los presentía: según los analistas, la inversión en inteligencia artificial es ineludible, pero podría ser contraproducente si no se cumplen determinadas condiciones. La primera, contar con un plan de gestión de la IA que ha de incluir cambios en la organización (no sólo en el organigrama) además de adaptar las plantillas a la nueva realidad de sus operaciones.

El encuentro ha servido, principalmente, para recordar a los responsables de sistemas de información que no se dejen encandilar antes de tiempo por las promesas de beneficios que sus empresas – y los particulares, que están actuando como cajas de resonancia – pueden recoger gracias al uso de la IA. Ciertamente, conlleva beneficios, pero también gastos que tienden a escaparse de control y atentan contra la creación de valor.Este fue el tono general del evento.

“No toda la IA está preparada para explotar sus posibilidades, pero los humanos estamos aún menos preparados para utilizarla con provecho”, fue una afirmación recurrente durante los tres días del simposio. Desde una óptica financiera, el 74% de los CFO o sucedáneos buscan en la IA claras ganancias de productividad, pero sólo el 11% aprecia valor o rentabilidad en las inversiones en IA, hasta el momento. Lo que no impide que sigan invirtiendo, naturalmente. Los ponentes de Gartner han insistido, una y otra vez en la exigencia de centrarse en el valor, lo que equivale a enfatizar tres cuestiones: el crecimiento, el éxito en la `misión´ de las empresas y, por supuesto, la reducción de costes.

El 90% de los empleados de grandes empresas en EMEA están interesados en usar las herramientas de IA, frente al IA global, pero únicamente el 30% en EMEA (y el 23% globalmente) confían en el liderazgo que permita la transformación prometida. Sigue un toque de realismo: “las empresas se encuentran ahora mismo con una IA poco preparada para lo que se avecina y con unos recursos humanos aún menos preparados”, destacó Gabriela Vogel, vicepresidenta de Gartner, en la ponencia inaugural, que compartió con Rob O´Donohue, también veep.

Los errores de la IA generativa alcanzan al 25%, por lo que el 84% de los encuestados dicen no contar con procesos formales para rastrear su efectividad. Muchos se plantean usar más agentes de IA, pero hacerlo sólo en su faceta conversacional – lo que mayormente está ocurriendo – implica errar el objetivo porque los agentes no están todavía preparados para tomar decisiones, que será el requisito para la creación de valor real.

Si estas prevenciones no fueran suficientes, el 74% de los responsables de TI en EMEA (y el 74% globalmente) respondieron a las encuestas de Gartner que los costes actuales de la IA son iguales o superiores al valor conseguido. A lo que han de agregarse los de la transición del ERP – licencia de software, aprendizaje de los usuarios, puesta en marcha, etcétera – lo que hace que Gartner concluya que todas las herramientas de IA conllevan costes ocultos.

Y después está el espinoso problema de escoger un proveedor. Para Gartner, si la empresa quiere un despliegue masivo, será preferible acudir a uno de los grandes, pero si prefiere limitarse a casos de uso específico, lo aconsejable es recurrir a uno pequeño. En cualquier caso, se les sugiere no basar la selección en las valoraciones del proveedor, sino confiar más en su ecosistema de partners – guiño de Gartner a su clientela – y en la flexibilidad de sus soluciones para ajustarse a las normativas y a las reglas de la soberanía tecnológica.

“Hay que cuidarse de dos extremismos, la incredulidad y la exaltación acerca de las virtudes de la IA”, proclamó en la jornada inaugural Gabriela Vogel, sintetizando las conclusiones de cientos de analistas de esta consultora. Su compañero O´Donohue tiró de hipérbole para calificar de “superhéroes” a los directivos que afrontan los innumerables retos de este enorme cambio tecnológico. Porque no se trata – dijo – meramente de ajustar la IA a las necesidades particulares de cada empresa, sino que, además, les toca meter mano en su organización y formar a departamentos enteros para que sea rentable y útil en cada caso.

Según la encuesta difundida antes y durante ITxpo, en 2025 el 81% de las tareas de TI está a cargo de humanos sin ninguna intervención de la IA, pero en 2030 el porcentaje será igual a cero: el 25% se hará exclusivamente con IA y el 75% restante seguirá bajo control de personas cuya capacidad se verá aumentada (sic) por la IA. Otra apreciación: a finales del año próximo, el número de reclamaciones legales causadas por “muerte por IA” superará los 2.000, debidos a que las empresas no han tomado medidas suficientes contra ese riesgo.

En el fondo, lo dicho desde el escenario del Centro Internacional de Convenciones barcelonés hace reflexionar acerca del impacto de la IA en la transformación de los empleos relacionados – activa o pasivamente – con las tecnologías de la información. Un asunto al que los ponentes se atrevieron con pies de plomo, como indica el lenguaje del siguiente gráfico.

Al hablar de la evolución de las plantillas, Helen Poitevin, analista distinguida de Gartner, aseveró que el uso de la IA forzará a los responsables de las empresas a replantearse su fuerza laboral. Tal vez consciente de la seriedad de su afirmación, la matizó a continuación: “no significa que [la IA] vaya a provocar un apocalipsis en el empleo, porque se van a crear más de los que se eliminen, pero esto supondrá la transformación de unos 32 millones de puestos de trabajo”

Poitevin no hizo público el método que justifica sus cifras ni el origen de estas: “cada día, 150.000 empleos evolucionarán con el aprendizaje y otras 70.000 tendrán que ser rediseñados, reescritos y recolocados”. Puede que pretendiera tranquilizar con esta coletilla: “el objetivo no es una empresa sin trabajadores sino una empresa con trabajos redefinidos, adaptables a la vez que creativa y profundamente humana en su núcleo […] empezar con IA sólo tendrá éxito cuando, por encima de todo, se piense primero en la gente”. Pero, hacia el final de su ponencia, dejó caer este resumen:: “la próxima era del rendimiento empresarial no se basará en la cantidad de gente empleada, sino en la calidad de la colaboración entre los humanos y la IA”.

Otro tema dominante del simposio fue la soberanía tecnológica [nótese una sutil evolución del sintagma soberanía digital, que tenía menos carga política]. A todas luces, es el momento justo para que Europa debata el concepto y empiece a tomar medidas.

Las respuestas a la encuesta confirman que es el momento justo para debatir el concepto y para tomar medidas en el actual contexto geopolítico. “La IA es un elemento crítico en la noción de soberanía, destacó Dean Lacheca, otro analista con rango de vicepresidente. Según una encuesta realizada entre CIO de fuera de Estados Unidos, Gartner ha descubierto que el 55% contempla cambios significativos de suministrador priorizando la región en la que operan. Para esta consultora, se trata de disponer de una IA soberana no sólo en su construcción, sino que comparta los valores y necesidades del cliente y cumpla las leyes vigentes en la región donde operan.

“Debe haber soberanía operativa, tecnológica y de datos, con un suministrador que soporte el desarrollo de un ecosistema doméstico desde una perspectiva de talento y capacidades. Puede sorprender que lo destaque una consultora de matriz estadounidense, pero ha de tenerse en cuenta que el simposio ITxpo de Barcelona se dirige a ejecutivos de Europa, Oriente Medio y África, para los que este asunto de la soberanía tecnológica se ha puesto de rigurosa actualidad gracias a un tal Donald Trump. Las políticas de residencia de los datos proliferan no sólo desde Bruselas. En otras ediciones del ciclo se ha observado que la mayoría de los ponentes, antes estadounidenses, se ha abierto a los analistas europeos de la compañía. Hay que valorar esta nueva vocación global de Gartner.

[informe de Lluís Alonso, en Barcelona]


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