Inevitablemente, la pandemia es la referencia para casi todo. Lo que no empezó con ella, al menos de ha acelerado desde marzo del 2020. Es el caso obvio del trabajo y las transacciones remotas, con las que se agudiza la necesidad preexistente de garantizar no sólo su seguridad, sino que cada uno es realmente quien dice ser. Sobre esta cuestión reflexiona Juan Pablo Yagüe, director general de Serban Biometrics, compañía nacida en 2013 como filial del grupo Serban. Inicialmente especializada en soluciones de firma digital para la banca, ha extendido su campo de actividad a otras formas de identificación biométrica. La conversación ha abarca otros asuntos adyacentes de actualidad.
Trabajo remoto, transacciones remotas… el cielo se ha abierto para quien acierte en la comercialización de soluciones de identidad digital.
Obviamente, la identidad se sitúa en el centro de todo algoritmo. Si no tienes garantía de que la persona que está al otro lado es quien dice ser, de poco servirán las medidas de control y las puertas cerradas, porque al final, cuando se abran, quien entre no será la persona supuestamente habilitada.
Si el foco es la identidad digital, ¿cuál es la situación de este mercado?
Nuestras soluciones están enfocadas a la identidad digital o identidad soberana, tal como la ha definido la Unión Europea, que por cierto está elaborando un proyecto llamado Digital Wallet, cuyo propósito es que los propios ciudadanos sean gestores de su identidad. La UE se mueve más de lo que parece.
Volveré sobre el asunto; veamos las soluciones de Serban Biometrics
Las separamos en cinco grandes bloques. Por un lado, lo relacionado con la firma: todas las transacciones se hacen entre partes y se consuman en mutuo consentimiento. Desde luego, hay unos servicios de confianza que son necesarios a la hora de hacer los trámites en remoto, que una entidad autorizada sea la que emite esos certificados y haga la función de notario digital. El segundo es la gestión documental o EDM (Electronic Document Management), porque si hablamos de transacciones digitales tendrán que manifestarse en documentos de naturaleza es digital, para lo que hay que disponer de herramientas que permita trabajar con ellos, almacenarlos adecuadamente y mantenerlos disponibles para el futuro.
Hasta ahora, poca biometría. La firma digital puede serlo, pero no es una novedad
El onboarding digital es todo lo que se refiere al alta de clientes cuando se quiere evitar el contacto digital o cuando por alguna razón no es posible […] ¿Cómo se da de alta a un nuevo cliente en esos casos? Normalmente, proponemos unos medios electrónicos basados en la videoconferencia, con dos modalidades: una atendida por un operador, casi siempre por exigencia normativa […] Para otros casos de uso vale con el onboarding desatendido: una máquina o bot, una aplicación que va guiando la transacción.
¿Y la solución de identidad propiamente dicha?
Nuestra propuesta desde hace muchos años es la biometría. Está muy en boga hablar de blockchain, pero deja demasiadas incógnitas de las que se habla menos, como el consumo de energía en los nodos de validación. Nos parece algo positivo, pero le queda mucho por resolver. Mientras tanto, la biometría es una forma de garantizar la identidad que ya tenemos.
La huella digital es la más corriente […]
Sí, sí. Pero también lo son el iris, la voz, el rostro. O la forma de firmar, no hablo de la firma en sí sino de su dinámica, que es biométrica. Entre todas hemos seleccionado las que consideramos más sencillas de usar, menos intrusivas y más eficaces, o a menudo más baratas. Por ejemplo, el iris es intrusivo y requiere aparatos sofisticados; en cambio, la voz es sencilla, barata y fácil de implementar.
¿Hay limitaciones que inclinen por una u otra?
Hay adaptaciones a cada caso de uso. Nadie puede imaginar que para comprar en un supermercado haya que poner el iris en un aparato. Para entrar a un edificio, la huella dactilar es más amigable y deja en el usuario una experiencia positiva […] Cada una tiene su idoneidad. Si se trata de contratación a distancia, la voz es el medio digital más universal.
Entre todas, la identificación digital es la más discutida
Si, pero también puede tener utilidad, como ocurre con el chequeo facial del DNI o del pasaporte. En Serban Biometrics estamos poniendo en marcha un proyecto muy interesante en el sector turístico, para hacer el check in previo desde casa, de forma que cuando el cliente llega al hotel, en lugar de pasar por recepción va directamente a un quiosco digital que le reconoce y le entrega la llave.
Pero no todas pueden ser igualmente fiables.
No hay muchas diferencias, la verdad. Cada una tiene su casuística […] Cuando se cumplen los requerimientos del entorno, el rendimiento es muy parecido, pero todas se mueven en líneas cercanas, que obviamente fluctúan en función de condiciones ambientales. A veces recurrimos a la combinación de más de una, para situarnos en un 99,9% de fiabilidad.
¿A quién se venden esas soluciones?
No nos planteamos ninguna limitación sectorial. Nuestro hábitat natural es el sector financiero y lo extendimos hace tiempo a las aseguradoras, al logístico, el sanitario, la educación […] Al final, todos los sectores hacen cosas muy semejantes y tenemos clientes en estos sectores y en otros. Un vertical que está creciendo es el sanitario, pero también trabajamos con concesionarios y empresas de alquiler de coches; entre las inmobiliarias tenemos casos de firma remota de contratos de alquiler o de la cesión de poderes. En las juntas de accionistas, se ha hecho común la firma por voz con Microsoft Teams […]
¿La pandemia ha tenido influencia o consecuencias sobre la demanda?
Puede haber actuado como acelerador de proyectos que en condiciones normales habrían esperado más tiempo. Lo relevante es que la pandemia ha resuelto dudas y reticencias sobre el uso de la biometría […] Creemos que la tendencia tenderá a equilibrarse: hemos pasado del todo presencial a todo en remoto, debido a las circunstancias; ahora es lógico buscar un punto intermedio y aprovechar el tirón para perfeccionar los usos en los que ha sido inevitable improvisar sobre la marcha.
¿Van a desaparecerán las reticencias?
El momento de rechazo a la biometría ha pasado. Siempre hay resistencia intrínseca al cambio, más acusado en algunos sectores. En España, las profesiones jurídicas han sido más reacias inicialmente, pero cuando los bancos y las aseguradoras presionaron para incorporar estas tecnologías a la legislación, se produjo un salto en el reconocimiento de su valor probatorio. Una vez cruzada esa línea, los juristas se pusieron del lado de la tecnología. Hoy, la firma realizada en una tableta tiene rango de firma digital avanzada.
Hay motivos para pensar que la preocupación por la privacidad es más mediática que real […]
Dicho en general, los ciudadanos son más permisivos en ciertos usos y más exigentes en otros. Sin embargo, ellos no son los responsables directos de su privacidad, que ha recaído en ciertos intermediarios: bancos, centros comerciales, restaurantes, etcétera deberían hacer un uso más adecuado de esa posición que ocupan. Todos decimos estar muy preocupados por la privacidad, pero luego proporcionamos nuestros datos con ligereza, y a la vez pretendemos que los intermediarios los cuiden.
Ahí entramos en la identidad soberana […]
En los próximos meses se hablará mucho de esto. Lo que la UE propone es que cada persona gestione su identidad, que no la deje al albur de un tercero. Para que sea así, se necesitarán capacidades de identificarnos digitalmente.
Hay quienes opinan que el RGPD, aun siendo un avance muy importante, se está quedando prematuramente viejo. O no se aplica ni vigila al pie de la letra. Sabemos por experiencia que, si se le pierde el respeto, las cosas podrían desmadrarse
Sólo podría repetir lo que usted ha dicho. La legislación siempre va un poquito por detrás porque la tecnología no puede parar a esperarla. Al aparecer nuevos paradigmas, si no se aplicaran penalizaciones, que las hay, podría haber una relajación indeseable. Nuestra posición es que incluso cuando el cliente se relaja, el intermediario tiene que cumplir a rajatabla.
A lo largo de la charla ha mencionado tres atributos que debe tener una solución biométrica: acceso, materialización y valor probatorio. Campos de aplicación distintos para usuarios distintos. ¿Las soluciones varían de un sector a otro?
Por supuesto. Si hablamos sólo de firma digital, tenemos la simple, la avanzada y la cualificada. Si tuviera que gastar mucho para completar las transacciones de mi negocio, puede no compensar y tendré que buscar un equilibrio entre beneficio y coste de cada modalidad. Siempre teniendo en cuenta los cuatro parámetros que he citado.
[…] si los ha citado, me habré perdido
La identidad de la persona, la vinculación unívoca entre lo que afirma y el contenido de la firma, la simetría probatoria – que las dos partes tengan evidencias para demostrar que el contenido es cierto – y en cuarto lugar, que lo que se está firmando se pueda comprobar con herramientas y medios disponibles de verificación. Son los pilares de la norma europea eIDAS (electronic IDentification, Authentication and trust Services). Hay un tercer nivel, la firma cualificada, usual para auditorías de empresas, temas sanitarios complejos que deben firmar varias partes […]
En España vale con el DNI electrónico con chip incorporado
Sí, porque equivale a la firma cualificada del titular del DNI […] En Europa hay otros medios que cumplen la misma función. Lo importante es que la firma cualificada requiere que el ciudadano disponga de un medio donde va almacenado el certificado, cosa que no es necesario con la firma avanzada. Puede ser una clave permanente, con autenticación por parte de la administración pública, o temporal para un uso, OTP (one time password). La solución más idónea es siempre la biometría, porque la llevas puesta y no tienes que recordar nada.
A propósito del DNI electrónico, no se puede decir que sea popular: se suele considerar que es un engorro precisamente cuando más hace falta. Parece un problema de aceptación social. ¿Cuáles son los límites para que estas tecnologías se generalicen?
Ha dado en el clavo: la tecnología que no se utiliza no sirve para nada. Primero, tiene que haber demanda, que sea percibida como necesaria. Pero, además de socialmente aceptable, tiene que ser económicamente viable. Hay otro factor en juego, que tenga aprobación de los reguladores y que los órganos de cumplimiento y de auditoría le den su visto bueno.
Vuelvo al debate sobre el reconocimiento facial. No toda aplicación es perfecta, pero algunas pueden tener usos perversos. ¿Cómo enfocar este problema para que sea aceptable y viable?
Para el uso de la biometría facial tiene que haber consentimiento. No se puede poner una cámara en un local y capturar la imagen de las personas para usarla como medio de identificación, porque no hay consentimiento de las personas. Sin este, es una violación del RGPD. Sin embargo, una aplicación que se descarga voluntariamente en un teléfono y que luego hace la captura consentida de la cara del usuario, no hay problema.
¿Cómo se explicita el consentimiento?
Para poder utilizar medios y datos personales y sensibles, tiene que haber consentimiento. Explícito, como una carta firmada, o implícito que, como dice la legislación, consiste en la no negación.
Difícil dilema en el mundo actual […] Esto nos llevaría directamente a la regulación, que es otro asunto. ¿Qué hacer frente a este estado de cosas? ¿Dar por bueno todo, porque es tecnológicamente posible o remitirse a la aceptabilidad social?
Aunque las regulaciones no son universales, creemos que en la UE se está haciendo un marco bastante homogéneo. Y si cruzamos el Atlántico, hay cierto paralelismo sobre todo en América Latina […]
Por cierto, ¿dónde esta Serban Biometrics aparte de España?
Ahora mismo, el grupo Serban está presente en toda América, desde México a Argentina, excepto Brasil donde vamos a empezar. Lo que hicimos fue acercarnos a empresas con similitudes y acordar alianzas. En Estados Unidos tenemos una oficina en Miami, pero no es fácil.
¿Y cómo está el paisaje competitivo, me refiero a Biometrics, no a todo el grupo?
Algunas de nuestras tecnologías tienen mucha competencia. En la parte de firma, cuando empezamos hace diez años estábamos solos y al poco aparecieron muchos […] No podría hablar de saturación, pero sí de un mercado maduro. Lo contrario ocurre en la parte de identidad digital.
Ha hablado de un próximo equilibrio entre presencial y remoto. En lo que concierne a la biometría, ¿qué impacto tendría?
Aunque se vuelva al trabajo presencial, las soluciones remotas se van a mantener vigentes y creemos que la biometría será un instrumento de esa tendencia. Dentro de poco, a ver quién le dice a la generación Z que para hacer una transacción tiene que presentarse físicamente.