Recientemente, el semanario The Economist organizó en Madrid un seminario sobre el movimiento de transformación del negocio bancario que ha dado en llamarse fintech y que abarca iniciativas muy diversas pero con la tecnología como trama común. Uno de los platos fuertes de las sesiones fue la discusión sobre blockchain, tecnología que subyace en la existencia del bitcoin como «moneda virtual». Aunque no siempre es fácil distinguir ambos conceptos, no son lo mismo: la suspicacia que despierta el bitcoin no impide que la tecnología blockchain (el verdadero invento) esté siendo explorada por las entidades bancarias, temerosas de que pueda ser el caballo de Troya de competidores no deseados.
Tras una fase inicial de desdén, la banca está asimilando el concepto. Una treintena de entidades de primera fila, entre ellos BBVA y Santander, se han unido este año en el consorcio R3, que tiene como finalidad desarrollar un estándar propio basado en la descentralización que caracteriza a blockchain. Por su lado, los ideólogos del bitcoin son hostiles a toda iniciativa que pudiera implicar una regulación del invento.
Al término del seminario, el autor de este blog mantuvo una larga conversación, que se resume a continuación, con uno de los ponentes, Jon Matonis, director de la Bitcoin Foundation. En su actividad profesional, Matonis – antiguo operador en divisas y derivados del Sumitomo Bank – se ha desdoblado como fundador de una firma de exchange (casa de cambio) especializada en transacciones con bitcoin, radicada en Luxemburgo. Es, por tanto, una fuente inestimable para hablar del fenómeno desde el interior del negocio.
Desde la primera hora, el bitcoin ha sido visto como sospechoso. Pero en los últimos tiempos el sector bancario – supuestamente sería su primera víctima – se muestra muy interesado con la evidente intención de lo quedar fuera de juego. ¿Cómo explica este ambio de actitud?
Los banqueros son gente perspicaz. Han comprendido que el bitcoin es un problema para los bancos centrales, pero no necesariamente para ellos en tanto que bancos comerciales o minoristas. En realidad, la banca no debería tenerle miedo: con este, seguirá teniendo el mismo papel que con las monedas de curso legal. De paso le digo que no creo que se trate de un cambio de actitud, sino de una fase de aprendizaje: exploran formas de involucrarse en un fenómeno que les cuesta comprender. Lo que me parece erróneo es que pretendan organizarse para desarrollar un estándar propio como alternativo al protocolo existente, que funciona y es seguro.
Al parecer, los bancos están más interesados en la tecnología blockchain que en el bitcoin como moneda. ¿En qué consistiría ese temido impacto ´disruptivo` sobre la operativa bancaria que conocemos?
La disrupción se origina fuera del sistema bancario, por lo que este no puede dictar las reglas ni controlar el fenómeno, pero no hay duda de que se verá afectado. Porque existe una red muy potente y segura, hay aplicaciones para usar bitcoins como medio de pago… sólo falta que la liquidez sea suficiente y que existan un mayor número de puntos de acceso. Es cuestión de tiempo, pero va muy rápido, se lo aseguro.
[…] Al bitcoin le acompaña una mala reputación; las noticias son casi siempre negativas. ¿Qué haría falta para que fuera fiable? ¿Cómo ganar la confianza de las instituciones y dejar de ser un asunto turbio que sale en los medios?
Ninguna moneda es en si misma un ente moral. Se pueden hacer cosas buenas o cosas malas con cualquier moneda. De las buenas, puedo citar dos experiencias recientes. La de Argentina, país con fuerte inflación en el que la clase media trata de proteger sus ahorros ante las restricciones cambiarias. Lo mismo puede decirse de Venezuela […] Se han publicado en la prensa historias muy interesantes sobre cómo el bitcoin ha sido útil en esas circunstancias.
Me habla de situaciones excepcionales, sistemas monetarios paralelos transitorios y, en todo caso, minoritarios…
No digo lo contrario. Pero han dejado como saldo la experiencia de que es posible competir con la autoridad emisora de moneda. Como ocurrió en Grecia, cuando la población no tenía efectivo ni podía retirarlo de los cajeros, por lo que se organizó para hacer transacciones con bitcoins.
…inservibles para hacer transferencias bancarias a otros países, que era lo que a mucha gente le importaba.
Todavía no. No espere que ocurra de la noche a la mañana. Por ejemplo, el sistema Swift, de compensación de pagos interbancarios, está en un trance difícil porque tiene el monopolio de esas transferencias: si adoptara esta tecnología, perdería el monopolio. Y eso es precisamente lo que no quiere; les conozco bien, y me consta que estudian el asunto con muchísima atención.
No todo ha sido tan positivo; se han denunciado delitos que giran en torno al bitcoin…
Sí, se ha dicho que algunos lo usan para blanquear dinero ilícito, y supongo que será cierto. Pero, ¿acaso no se blanquea dinero en euros o en dólares? Un delincuente es un delincuente en cualquier moneda, y las autoridades tienen los medios de combatirlo.
¿Podría describir el negocio que se articula en torno al bitcoin? Vamos a llamarlo cadena de valor.
Es una cadena de valor. El bitcoin cumplirá siete años en enero, y tiene un límite definido: sólo puede haber 21 millones de bitcoin en todo el mundo, es decir que la oferta es finita; algo incomparable con la capacidad de emitir miles de millones de euros que tiene el BCE, y que la está usando con largueza. La oferta de bitcoins está bajo control y sigue una curva predecible, de tal manera que los 21 millones no estarán en circulación hasta el año 2140. La finitud de la oferta es una garantía contra su desvalorización. El proceso que llamamos de minería tiene dos funciones: garantizar las transacciones hechas en los diez minutos precedentes, esta es la primera función; la segunda es acuñar bitcoins y distribuirlos mediante un ecosistema que, por cierto, es la mayor red informática distribuída existente.
¿Qué partes intervienen en el proceso?
Lo que he descrito es un ecosistema limitado, que vale para la emisión de moneda. La otra forma de obtenerla es es comprando bitcoins. Y para eso están las casas de cambio o exchanges, como la que yo dirijo. Hay unas 400 en todo el mundo, en las que usted puede abrir una cuenta y conectarla con su banco para comprar bitcoins.
Puedo comprarlos en euros, pero luego no puedo convertirlos en euros…
Idealmente, debería ser un ecosistema cerrado, en el que usted pueda cobrar en bitcoins, gastar en bitcoins y ahorrar en bitcoins, sin necesidad de convetirlos, pero no hay una liquidez común con otras monedas. Yo, para pagar mi casa en libras esterlinas, tendría que vender mis bitcoins al cambio del momento, y para eso están las casas de cambio.
¿Puede ser un activo de inversión?
Por supuesto. Hay cinco o seis fondos de cobertura que tratan el bitcoin como un activo: el más importante gestiona unos 200 millones de dólares según su equivalencia en bitcoins.
¿Es posible usarlos como mecanismo monetario en otros sectores, fuera de las prácticas bancarias?
En principio, vale para cualquier sector que necesite manejar dinero, sin pasar por el circuito bancario establecido. Por ejemplo, se pueden hacer pagos y transferencias globales sin pasar por Swift, creo que ya lo he dicho. ¿Es bitcoin un mecanismo alternativo? Sí, lo es.
Veamos: ¿cuál es el principal atributo de ese mecanismo monetario paralelo?
La descentralización. La tecnología blockchain conjuga descentralización con seguridad, y resuelve una cuestión clásica en la teoría de la computación, el llamado ´problema de los generales bizantinos` […] sin necesidad de intermediarios; por esta razón las instituciones centralizadas la ven como una amenaza.
¿Quiere decir que los gobiernos no deberían emitir moneda? ¿Que el bitcoin no debería estar regulado?
Los gobiernos deberían estar al margen. Estrictamente, no se necesita un banco central para emitir moneda, han dejado de ser imprescindibles; el bitcoin representa una manera de emitir moneda sin autoridades centrales. Es algo completamente nuevo para la sociedad, porque la única manera de cumplir esos requisitos era, en determinadas condiciones, el oro, que tiene muchos inconvenientes; por eso hay quien dice que el bitcoin es «oro digital».
¿Cuál es el papel de la Bitcoin Foundation, que usted dirige? ¿Quiénes la promueven?
Cumplimos un papel de evangelismo, participamos en conferencias como esta, etcétera. Pero en su origen fue creada para remunerar a los desarrolladores voluntarios. La Bitcoin Foundation sigue el modelo de la Linux Foundation […]
Antes ha mencionado Argentina, Venezuela y Grecia, tres países problemáticos, pero cuando los problemas desaparecen, si desaparecen, ¿qué queda del sistema monetario paralelo después de la tormenta?
Llegados a ese punto, en el mejor de los casos, habrá un 10 o un 20% de la población familiarizada con el bitcoin, usuarios de aplicaciones que usan la moneda para transacciones desde sus móviles… así se va creando una base que crecerá a medida que sean reconocidos los beneficios de tener una moneda a cubierto de la inflación futura, protegida de una eventual confiscación y de la manipulación bancaria de los tipos de interés. Y que, además, es un buen recurso de privacidad.
No ha mencionado la ciberdelincuencia. ¿Por qué estaría el bitcoin al abrigo del fenómeno?
Tampoco me ha preguntado por ella. En rigor, todas las monedas son usadas por los ciberdelincuentes. No creo que de ninguna innovación pueda decirse que uno puede quedarse con lo positivo y prescindir de lo negativo.
He entendido que no acepta la regulación, pero ¿debería haber un organismo que actuara como registro, a la manera que el ICANN lo es para los dominios de Internet, o el W3C que supervisa el buen funcionamiento de la World Wide Web?
La Bitcoin Foundation tiene elementos similares a los ejemplos que cita, con potestad para certificar el software a través de un procedimiento que llamamos BIP (Bitcoin Improvement Proposal) que se asemeja al modo de funcionar del ICANN, con énfasis en la estandarización. Asimismo, hay una nomenclatura estándar ISO para designar las monedas [USD para el dólar, EUR para el dólar, GBP para la libra] que en el caso del bitcoin es XBT.
Creo que el bitcoin ha tenido mucho éxito en China, otro país problemático a su manera, ¿cómo se gestiona esa circunstancia?
No veo que haya nada que gestionar. Se trata de un protocolo open source disponible a cualquiera en cualquier país del mundo, tal como es o debería ser Internet. Es cierto que el bitcoin tiene un alto número de usuarios en China, involucrados en el mantenimiento de nodos de la red, en la minería y también en mecanismos de intercambio. Pero también es cierto – y creo que usted va por ahí – que en China hay un exceso de especulación, porque mucha gente está convencida de que el precio del bitcoin seguirá subiendo indefinidamente. Para muchos ciudadanos chinos es una forma de tener activos líquidos fuera del país. Nuestra posición es muy clara: los controles de capital que se imponen a los ciudadanos son inmorales y no deberían existir.
¿Es preferible la estabilidad o la fluctuación?
Las dos cosas. Si hay volatilidad, más gente participará en el circuito y los negociantes en bitcoins ganaremos más dinero. A veces, sería deseable una estabilidad, pero no se podrá alcanzar mientras no haya más liquidez que facilite las transacciones. Ahora bien, si alguien quiere hacer con bitcoins un negocio por valor de 10 millones de euros, no hay duda de que pondría en marcha un movimiento enloquecido, porque no hay suficiente liquidez para eso.