21/03/2025

iPhone 16e, una lanzadera muy calculada

Presentar un iPhone fuera de sus ciclos habituales es una anomalía para una empresa como Apple, que no da puntada sin hilo. Lo ha hecho antes tres veces, pero no tiene por qué seguir un patrón temporal. Las generaciones anteriores que llevan el suplemento SE parecen pensadas para servir como coche escoba: aparecen en el momento preciso para recoger a los consumidores que se resisten a pagar un precio demasiado alto para ellos por el smartphone de turno de la marca. En este caso, el iPhone 16e adquiere un carácter estratégico, Es un 40% más caro y trae el hardware necesario para integrar Apple Intelligence. Dos aspectos clave en medio de una situación voluble por la que atraviesa la compañía.

Con el salto de precio, Apple se aleja de la gama media de smartphones y cede ese segmento tan reñido a Samsung, Xiaomi y otros fabricantes, porque puede permitírselo sin riesgo de perder cuota. La primera impresión es que se trata de una decisión acertada, ya se verá en las cifras. Según un análisis de IDC profusamente citado, en su tres primeros días en plaza, del nuevo terminal se vendieron un 60% más de unidades que el modelo SE de 2022.

El nombre tiene importancia: se esperaba que naciera como iPhone SE4, pero resultó ser una versión limitada del iPhone 16. Su cámara es menos potente y vuelve al sistema de notificaciones con la clásica muesca, pero la mayor parte de las funcionalidades es idéntica, así que para muchos tendrá una experiencia de uso similar. Quizá por esto, se contrae la brecha de precio: se vende a 599 dólares (699 euros en España) ¿Cómo alguien ha podido sugerir que Apple se decantaría por el low-cost?

Cuando el terminal “barato” de Apple costaba 429 dólares, la decisión de compra era más fácil de tomar. Ahora, la diferencia no es grande y esto podría llevar a la canibalización de los dispositivos superiores de la marca; lo que no parece plausible es una fuga de usuarios a Android.

Un blog especializado que responde al título de CIRP-Apple Report apunta el detalle de que un 45% de los compradores de un iPhone SE han tenido antes un modelo de más precio. Esto demostraría, en todo caso, fidelidad hacia el ecosistema iOS, que difícilmente quebrantarán a causa de la subida de precio. Ha de tenerse en cuenta  que el precio medio de los smartphones ha aumentado mientras el del SE apenas ha cambiado. El de 2016 salió a la venta por 399 dólares y en 2022 sólo había aumentado en 30 dólares. En cambio, desde la primera iteración hasta la actual, el iPhone más caro ha pasado de 969 a 1.599 dólares.

Aparte del precio, cuya relevancia es innegable, la principal diferencia del iPhone 16e con los SE es la introducción de inteligencia artificial, que en principio estaba destinada a los modelos superiores de la marca. Incorpora el nuevo procesador de Apple, el A18, un detalle significativo porque la compañía suele escatimar en el hardware de sus modelos más baratos: de hecho, el 16e tiene la pantalla del iPhone 14 y una sola cámara.

¿Por qué esta crónica se detiene en tales minucias cuando una opinión a bulto está al alcance de cualquiera? Pues porque el nuevo modelo está preparado para ejecutar Apple Intelligence y esta es  una de las fronteras establecidas como incentivo de la renovación de sus smartphones. Así dicho, el dispositivo debería servir como farola de entrada al ecosistema de IA de la marca. Entre los potenciales consumidores estarán aquellos que busquen un nuevo iPhone, pero también los que quieran un modelo reacondicionado. Teniendo en cuenta el éxito de Apple en el mercado de segunda mano, dar un mordisco a esa demanda es algo tentador.

La generación Z, con menos poder adquisitivo pero que usa la IA con intensidad, forma parte del público potencial para este modelo de iPhone. Y más temprano aún: Apple lleva tiempo promocionando sus avanzadas funciones de control parental, que sólo pueden ponerse en práctica si el menor tiene un dispositivo Apple propio, no vale con que utilice el de sus padres. El iPhone 16e sería así una  opción para las familias, de manera que sus miembros más jóvenes se enganchen a la marca desde el principio.

La IA se ha convertido en el argumento preferido de algunos fabricantes como Samsung, que ha incorporado parcialmente Galaxy AI en sus modelos de gama media. Pero Apple Intelligence aún tiene mucho que pulir. El iPhone 16e cuenta con los mimbres para implementar las funciones de IA generativa que estarán en los principales terminales de Apple, pero desde hace tiempo se espera una actualización de Siri que no llega. El asistente, antaño deseado, no es capaz de llevar a cabo búsquedas “comprendiendo” lo que hay en el teléfono, por ejemplo.

Bien es cierto que no hay todavía en el mercado ningún smartphone con funcionalidades de IA que por sí solas sean un estímulo para comprarlo, lo que significa que toda la industria tiene trabajo por hacer. Con más motivos Apple, que debería empezar por ponerse a la altura de otros más tempraneros y ser capaz de aprovechar el tirón  de la IA cuando esté más madura que en su estadio presente.

El lanzamiento del iPhone 16e ha llegado en un momento convulso para la compañía. Sus resultados del último trimestre del año fueron los mejores que haya presentado nunca, con un crecimiento del 4% en la facturación, pero los ingresos por ventas del iPhone – su principal negocio, de largo – cayeron el 1% y para colmo de males en China el retroceso fue del 11%. Tal vez con su nuevo smartphone pueda Apple aspirar a un incremento del precio medio de sus terminales,. Desde hace tiempo, ha dejado de informar sobre unidades vendidas – tarea que asumen las consultoras – pero sí ofrece la cifra de ingresos de ese capítulo, un dato que ningún otro fabricante facilita.

En todo caso, el objetivo de más facturación y más margen de beneficio no se podrá alcanzar en todas partes. En China, donde los móviles Android ofrecen una férrea competencia y, según en qué casos, merecen incentivos gubernamentales, las ventas de Apple caerán este año un 2%, según el pronóstico de IDC.

El aumento de precio tiene otras contrapartidas. Se supone que con un modelo más económico habría más oportunidades de captar usuarios de Android. Sin embargo, lo más importante para Apple son los ingresos que cosecha por servicios (Apple Music o Apple Care) así como las ventas potenciales de otros productos de la marca, como los AirPods.

En los servicios, Apple podría buscar nuevas líneas de ingresos si, por ejemplo, ofreciera capacidades de IA exclusivamente bajo suscripción. La canibalización de ventas no sería un problema, porque el dispositivo habría servido para poner a punto el parque de iPhones.

Para Apple, el 16e es rompedor en otro sentido menos visible. Por primera vez, incorpora el módem C1, desarrollado internamente al cabo de un tortuoso vaivén para, gradualmente, desprenderse de Qualcomm. Obviamente, será un campo de pruebas para ajustar esta tecnología que tantos dolores de cabeza le ha costado.

El iPhone 16e – está por ver si tendrá una periodicidad anual que complemente la de los modelos superiores – preludia otra fase de diversificación: se espera que Apple presente un modelo más fino este año, tan delgado como lo era el iPhone 6, circunstancia que podría influir en el lanzamiento de septiembre. Extraoficialmente se conoce como iPhone Air y, según el rumor, sería un apéndice en el catálogo. De cumplirse el vaticinio, sería una forma de alentar las ventas con una  novedad llamativa en el hardware, que desde hace tiempo arroja pocas novedades de diseño. También se dice que en 2026 llegaría el primer iPhone plegable, formato por el que no ha mostrado mayor interés… hasta ahora. Desde luego, a Tim Cook  – o a quien le suceda – no le faltarán ideas para seguir enriqueciendo a sus accionistas.

[informe de Pablo G. Bejerano]


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