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  29/03/2019

IoT vuela alto sin esperar el despegue de 5G

 

Hasta los medios más obedientes al marketing reconocen que, cuando se trata de jalear ´casos de uso` de las futuras redes 5G, no pueden esperar demasiado de los smartphones. Hay sobradas razones por las que incluso si volvieran los tiempos de crecimiento alocado y expansión global, un despliegue acelerado no se justificaría ni sería rentable. De modo que las miradas de la industria y los operadores se vuelven hacia lo que se conoce como Internet de las Cosas. Nadie pone en duda que 5G será fundamental para aplicaciones de IoT en las que sea crítica la rapidez de respuesta y el proceso simultáneo de múltiples entradas y salidas. Pero ¿y si fuera suficiente con las actuales redes 4G-LTE?

Al menos, para que IoT despegue seriamente y alcance la velocidad de crucero: en los próximos cinco años se prevé un despliegue masivo de sensores, con cientos de casos de uso y miles de millones de dispositivos conectados, según ha quedado claro en la octava edición de la Mobile IoT Summit, celebrada en Barcelona en el marco del Mobile World Congress.

Los sensores IoT se están desplegando con gran rapidez en todo el mundo, ya sea con la especificación de banda estrecha NB-IoT como con la más potente LTE-M. Huawei estima que este año habrá 200 millones de sensores conectados a las redes 4G-LTE de todo el mundo y cinco veces más en 2021, cuando se espera la explosión definitiva de IoT en múltiples ámbitos de actividad. Es una oportunidad para aprovechar y rentabilizar más la infraestructura 4G, aunque supone un freno para quienes están ansiosos por el desarrollo acelerado de la nueva generación. De lo que se desprendería que hasta mediados de la próxima década no se necesita 5G para las aplicaciones más habituales de IoT.

Actualmente, los sensores IoT conectados a redes móviles, que funcionan según los estándares internacionales NB-IOT y LTE-M, gozan de un amplio soporte internacional, con un total de 98 operadores y suministradores. Se han registrado 94 lanzamientos comerciales en 50 mercados y ya están comercialmente disponibles más de 100 módulos y más de 20 kits de desarrollo. El ecosistema Mobile IoT, respaldado por GSMA, cuenta con unos 2.100 miembros y existen 47 laboratorios de desarrollo de aplicaciones en 21 países, según dijo en la cumbre Graham Trickey, responsable del programa IoT de la GSMA, la asociación que reúne a la mayoría de operadores y organiza el MWC. La cobertura mundial es ya La cobertura mundial es Mobile IOT es ya muy amplia.

Veni Shone, presidente de la unidad de negocio de chipsets y dispositivos IoT de Huawei, trazó en Barcelona un panorama muy halagüeño del futuro de los dispositivos NB-IOT y LTE-M. Las conexiones de máquina a máquina (M2M) se hacían hasta ahora a través de redes 2G y 3G y recientemente también con 4G, pero desde el año pasado para las nuevas conexiones en aplicaciones sencillas  de hasta 1 megabit por segundo, mayoritariamente  se utiliza NB-IOT. Cuando se necesita más ancho de banda y cobertura en sitios complicados,  se recurre a dispositivos que funcionan con LTE-M.

Shone estima que este año habrá unos 200 millones de dispositivos NB-IOT conectados, alrededor de una cuarta parte del total, y para el año que viene unos 500 millones, que alcanzarán los 1.000 millones en 2021. Como la gran mayoría de los nuevos dispositivos serán NB-IOT, su participación llegará al 75% del total en 2021. El mayor despliegue tendrá lugar en China pero Shone prevé instalaciones masivas en otros países y cita España, Australia, Reino Unido, Alemania e Italia, por este orden.

En España, Telefónica y Vodafone tienen planes ambiciosos de lanzamiento. El siguiente gráfico  – extraído de la presentación de Shone – ilustra esa evolución.

Sin embargo, a pesar del optimismo de Huawei, los casos de uso de NB-IOT no destacan por su naturaleza revolucionaria. La mayoría ya fueron apuntados hace más de un lustro, cuando se gestó la idea de las smart cities. En China, los cinco casos principales de NB-IOT son el control de contadores inteligentes de agua y de gas, el rastreo de bicicletas – un auténtico problema en las urbes chinas – los detectores de humo y los electrodomésticos compartidos en campus universitarios, con un total de 10 millones de dispositivos.

Con estos, se logra detectar fugas, localizar incendios rápidamente, establecer tarifas a la carta, prevenir robos y disminuir fallos de suministro. También se están extendiendo a otros usos “inteligentes”: iluminación de las calles, bicicletas compartidas, agricultura, aparcamientos o logística, entre otros. Solo en bicicletas eléctricas, el mercado potencial en China es de 300 millones de unidades NB-IOT.

Para otros usos más sofisticados, que requieran subir el rango de ancho de banda, velocidad de transmisión o conectividad segura en sitios difíciles, la solución pasaría  por instalar un dispositivo LTE-M. Sólo Huawei prevé vender este año 100 millones de chipsets NB-IOT, con más de 10.000 aplicaciones, 1.500 socios y más de 500 ciudades conectadas. Por su lado, Telefónica y Vodafone dispondrán de laboratorios conjuntos con la compañía china, de los ocho que esta tiene en total con operadores en todo el mundo.

Para Huawei, IoT no es de ninguna manera un negocio de segundo orden. En 2016 el primer chipset comercial NB-IOT, Boudica 120 que funciona con la Release 13 aprobado por 3GPP; el año pasado, el Boudica 150 subió un peldaño con la Release 14 de 3GPP. Para 2020 espera lanzar el Boudica 200, que funcionará con la Release 15 para redes 4G/5G y conexiones masivas. Esta secuencia implica que con cada nueva generación de chipsets, se podrá tener una gestión más inteligente por el operador, una entrega más precisa de servicios, una mayor calidad de servicio y por tanto más facturación y menos fallos, precisa el directivo.

Huawei no está sola en la conectividad LTE de IOT. Gemalto y Sequans han vendido millones de unidades en Estados Unidos y Japón desde 2014. Desde 2017, Sequans suministra el módulo Cinterion EMS31, que permite trabajar tanto con LTE-M como con NB-IOT, y ahora tiene la segunda generación, Monarch 2, con menos consumo de energía. Gemalto integra el chipset de Sequans en una tarjeta de tamaño muy reducido adecuada para todo tipo de dispositivos.

Cualquiera que lea sólo tuits sabrá de estudios de mercado que cifran en 5.000 millones el número de conexiones IoT a las redes móviles en 2025. Dando por buena la redondez del pronóstico, de ese total 3.500 millones serían NB-IoT, para tareas sencillas y con velocidades del orden de 100 kilobit por segundo; otros 1.300 millones hay que apuntarlos en la cuenta de LTE-M, para tareas más sofisticadas y conexiones a 1 megabit por segundo. Finalmente, otras 200.000 conexiones 5G, con LTE NR, para conexiones prácticamente instantáneas a más de 10 megabits por segundo.

La tarea que tienen por delante los operadores es encontrar casos de uso con vocación mayoritaria, que sean sencillos de instalar, económicos y ofrezcan un rápido retorno de la inversión. Todo en un paquete. Cameron Coursey, vicepresidente de ATT a cargo del negocio IoT, se dijo convencido de que puede lograrse más pronto con dispositivos multimodo, que funcionen tanto con LTE-M como con NB-IOT. Lo cierto es que, si se compara un dispositivo LTE-M y NB-IOT con otro más antiguo, LTE Cat 1, los costes bajan entre un tercio y la mitad y el tiempo de instalación es más corto, unas siete semanas. Para Coursey, aumenta mucho la seguridad y la interoperabilidad de los dispositivos y se reduce la necesidad de contar con instaladores muy expertos, dos de los obstáculos con los que se ha enfrentado IoT.

Orange también tiene planes ambiciosos para implantar dispositivos LTE-M en la red de ferrocarriles francesa de SNCF y en otros países, como España, Bélgica, Polonia, Eslovaquia y Rumania, con equipos suministrados por Sierra y Ericsson, tanto en las estaciones como en las vías de tren. Sus primeras experiencias se remontan a 1996, con 2G, pero desde 2013 se basan en 4G. El grupo francés considera que con LTE-M se maximiza el ancho de banda disponible y se logra un despliegue a menor coste y con menos consumo de energía. No es el único actor que sostiene esta postura: para los próximos años, LTE-M reúne todos los requisitos necesarios a un despliegue con éxito. Visiblemente, Orange se aparta del sendero de NB-IoT

“IoT móvil es ahora realmente global”, sintetizó Graham Trickey, por lo que prevé que habrá muy pronto más despliegues. Según este portavoz de GSMA, la oportunidad de mercado que representa IoT móvil es de 1,1 billones de dólares en 2025. Uno de los motivos que hacen que la cifra de negocio sea tan alta es que IoT móvil puede actuar como palanca para que los usos se extiendan. Según Trickey, más del 80% del valor de IoT está  más allá de la conectividad, porque los operadores están trabajando con sus socios para que sirva como plataforma de datos y de servicios. Y hagan caja, claro, para que la rueda siga girando, que de eso se trata ¿no?

[informe de Lluís Alonso]


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