¿Contracorriente? ¿Signo precursor de un cambio de ciclo? Todos los parámetros de las cuentas de Intel del segundo trimestre han roto los pronósticos previos: ingresos, beneficios, margen bruto, facturación por empleado… dejando cortos los cálculos de los analistas y las previsiones de la empresa, en su día consideradas optimistas. Paul Otellini, su presidente ejecutivo, ha recordado que el segundo trimestre es normalmente el más problemático, en el que los ingresos de Intel suelen declinar un 2% sobre el anterior, pero entre abril y junio de este año han crecido un 5% secuencial – o un 34% interanual – hasta 10.765 millones de dólares.
Otros grandes números del anuncio son los siguientes. Beneficios operativos: 3.981 millones de dólares (+177%); beneficio neto: 2.887 millones (+175%); margen bruto: 67,2% (3,8 puntos más que el trimestre anterior); ingreso por empleado: 134.000 dólares. La interpretación de estas cifras deja algún detalle sabroso: el segmento de mayor crecimiento ha sido el Data Group, que abarca las ventas de chips Xeon, por lo que pudiera pensarse que las empresas han reanudado su gasto en tecnología, pero el propio Otellini aguó la expectativa al observar que lo determinante ha sido la demanda de los proveedores de servicios cloud, que siguen ampliando la capacidad de sus centros de datos.
Lo anterior no deja de ser un reflejo de que la demanda no acaba de despegar donde se la esperaba. Cuando el crédito se restringe, las empresas prefieren arrendar a comprar, y esto es en esencia lo que implica la adopción del cloud computing. Por otro lado, el rendimiento energético de los nuevos chips de Intel relativiza la importancia del precio, y esto también se expresa en las cuentas de Intel: el precio medio de los microprocesadores ha aumentado secuencialmente.
Pero también el PC Client Group registró un incremento sustancial sobre las ventas de hace un año, y en buena medida se debe a los procesadores Atom de doble núcleo. Cuando un analista le pidió confirmar si el ciclo de renovación de servidores será seguido por otro comparable en las ventas de PC, Otellini dijo que esa correlación, común en el pasado, no lo es en la actualidad: muchos de los servidores que se venden van destinados a albergar aplicaciones a las que se accede a través de un browser y, por tanto, no se traducen en la necesidad de comprar nuevos PC.
No obstante, el mejor trimestre en 42 años de historia de Intel no acaba de despejar todas las dudas sobre el entorno económico. Intel ha estimado que sus ventas del tercer trimestre oscilarán entre 11.200 y 12.000 millones de dólares – una horquilla amplia, de entre un 4 y un 11% – mientras sus beneficios mantendrán el nivel. Esto parece reforzar la convicción de quienes piensan que la economía saldrá del mal paso gracias a que las grandes corporaciones han acumulado liquidez durante un período de recorte de costes, y tarde o temprano la invertirán. Tal vez no sea así, o tarde más de lo conveniente: la abundancia de tesorería expresa aversión al riesgo, y si bien el recorte de costes puede ser bueno para las compañías individualmente, no lo es para la economía.
Tras conocerse los resultados, la acción de Intel experimentó una subida de más del 7%, con lo que recuperan la mitad del valor perdido. Por esto es significativo un efecto indirecto de la noticia: la cotización de su rival AMD se ha elevado, y el conjunto de la industria de semiconductores espera que los próximos meses le serán propicios. Los inventarios mantienen un nivel razonable y la segunda mitad del año debería mantenerse dentro del cauce habitual. Visto lo visto, los analistas bursátiles acaban de descubrir, de la noche a la mañana, que las acciones tecnológicas están baratas.